Un ejército de jugadoras del Oviedo rodea a Gabriel Sánchez, joven técnico de 24 años, en el campo de Tensi. “¡Podemos con él!”. Y pueden, a duras penas, pero pueden. Lo mantean a grito de “campeones”. La fuerza de un ascenso alevín que ahora intentará repetir el primer equipo. Quién sabe, ojalá, piensa el Oviedo, que en pocas semanas sean Brugman, Borja, Costas y compañía quienes estén manteando al Cuco Ziganda en el Tartiere.
“Eso sería tremendo, un triplete”, dice Naiara Rodríguez, extrema del equipo que ha metido 34 goles, en referencia al ascenso del Vetusta y al que intenta el primer equipo. “Estamos todas muy contentas”, recalca. No es para menos, porque lo que ha conseguido el alevín del Oviedo es para nota. Por un lado, ha conseguido un ascenso a Segunda y ha sido de los mejores equipos de un grupo mixto: compite contra chicos. “Y notamos un poco la desigualdad física”, explica Rodríguez. El salto de categoría es de cuidado. Según los datos del club azul, el alevín es el primer equipo femenino de Asturias que asciende de categoría en una liga mixta.
“Sentimos un gran orgullo, le agradecemos al club todas las facilidades y esperamos seguir teniendo muchos éxitos. Mucha gente del fútbol nos felicita. Es un gran éxito para el fútbol femenino”, explica el técnico. Natalia Álvarez, jugadora y delantera, “como Cervero”, asegura la ovetense, un terremoto. “¿Jugar contra chicos? Lo llevábamos regular, muchas veces se cabreaban porque les ganábamos. Los árbitros tampoco ayudaron mucho, porque varias faltas no nos las pitaban”, explica la jugadora, que dice segura: “Le marcamos el camino al primer equipo”.
El equipo ascendió como mejor segundo de todos los grupos. El líder fue el Centro Asturiano. Hubo fiesta de celebración. “Gabri nos llevó a cenar unas pizzas y luego fuimos a apoyar al primer equipo del Oviedo Femenino”, recalca Álvarez, que pone sobre la mesa el buen rollo entre las jugadoras.
