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Diego Cervero Exjugador del Real Oviedo

“Un ascenso del Oviedo el año de mi retirada sería el mejor broche”

“Me veo como médico deportivo, eso lo tengo claro; parto con un déficit respecto a médicos de mi edad, pero cuento con algo que ellos no tienen: saber cómo funciona el deporte”

Entrevista con Diego Cervero exjugador del Oviedo. JAIME CASANOVA

–¿Y ahora?

–¿Ahora? Pues...

A Diego Cervero (Oviedo, 1983) la pregunta le coge desprevenido. Como si no la esperara. Como si el paso que acaba de dar, abandonar el fútbol a sus 38 años, no lo tuviera más que meditado. Él que trata de diseñar todo en su cabeza, aquel gol ante el Cádiz como ejemplo de plan a largo plazo, para tratar de que luego se cumpla duda cuando tiene que pensar en el mañana. Durante su encuentro con LA NUEVA ESPAÑA se refiere un par de veces a él como “exfutbolista” y cuando lo dice pone cara de extrañeza. Es historia viva del Real Oviedo, 246 partidos y 141 goles, por eso como regalo de despedida del fútbol tiene un último deseo: que el año que cuelga las botas, su equipo, el Real Oviedo, regrese a Primera División. “Pues ahora a la medicina”, dice para salir de la incertidumbre. Y así, de un plumazo, DC9 se convierte en el doctor Cervero.

–Si dejo el fútbol no es por ganas, sino porque veo el momento de dedicarme a la medicina. Veo oportunidades.

–Si no tuviera la carrera, ¿seguiría jugando?

–Cien por cien. Yo te diría que me quedarían 2 o 3 años de fútbol. En un Primera RFEF de la zona baja o un Segunda RFEF alto. Pero me quedaría algo. Pero pongo en la balanza ser tercer delantero en un equipo o empezar de médico en otro club y trabajar en un hospital y tienes que tomar una decisión.

–Entonces, tiene ofertas como médico.

–Un par de ellas, sí. En ello estoy. Y luego hay otro factor que pesa, el temor a las lesiones. Hace poco hablaba con Miguel (Linares). Él, que se cuida como nadie, se rompió la rodilla y no quedó bien. No quiero que me pase. Mi vida es el deporte. Me encanta el surf, el pádel, hacer crossfit... El fútbol es muy agresivo, muy exigente. Y voy teniendo miedo.

Entrevista con Diego Cervero exjugador del Oviedo. JAIME CASANOVA

–¿Dónde se ve de aquí a diez años?

–Como médico deportivo, eso lo tengo claro. Tengo un déficit respecto a médicos de mi edad, pero cuento con algo que ellos no tienen: saber cómo funciona el deporte. El médico de un equipo también es gestor y psicólogo. He aprendido mucho con Sebastián Jiménez, médico del Cádiz, con el que he trabajado año y medio y he practicado un montón con la ecografía. Creo que ese es mi futuro.

–¿Volver algún día al Oviedo?

–Soy canterano, oviedista, estuve tres veces en el primer equipo, trabajé en el campus... Es mi casa, si me veo capacitado y me llaman para algo que me vea útil... Si tiene que venir, vendrá, pero no hay que forzar las cosas.

–Repasemos su carrera. ¿Su primer recuerdo con el Oviedo?

–Estar en Bueño con otros 70 críos en una prueba para entrar en el alevín. Tenía 9 años. El mejor era un sordomudo que nunca la pasaba. Pasé el corte e hice otra prueba en el Tartiere, con campos a lo ancho. Mira, se me pone la piel de gallina al recordarlo... Fui con unas botas Line7 lamentables. Me salió bien, pasé la criba. Y nos llamaron para jugar en Villamayor contra el Fortuna.

Entrevista con Diego Cervero exjugador del Oviedo. JAIME CASANOVA

–Y entró en el Oviedo.

–Nacho Canal fue mi primer entrenador. El segundo fue Lobo. Me dijo: “Te voy a echar”. Me quedé, hice 32 goles y Lobo me confesó que era el jugador que más había mejorado. El cambio más grande fue en cadetes, con Angulo. Era de primer año y me subió al primer equipo. Estaba en la selección asturiana y jugué el Campeonato de España.

–¿Le quiso fichar alguien?

–Sí, el Celta. Pero yo no quería marchar y mis padres lo tenían claro. Desde guaje quería ser médico y los estudios eran una prioridad. Cada nota era fundamental para poder entrar en Medicina. Y entré por dos décimas.

–Vamos con su historia por capítulos: 2003. ¿Cómo se vivió desde dentro?

–Mi recuerdo es de Manolo (Lafuente) un par de días después del descenso administrativo hablándonos en el centro del campo del Tartiere. Nos convocó a unos 20, entre gente del filial y juveniles. Señaló para las gradas y nos dijo: “Todo esto lleno, ¿eh? Llevándoos en volandas a Segunda B...”. Cuando acabó de hablar fui a por Silva, el delegado, y le dije: “Dame la ficha, que la firmo ahora mismo”. Me daba igual cuánto me pagaran. Todo mi equipo de alevines e infantiles hubiera hecho lo mismo. Era una generación que mamó oviedismo.

Entrevista con Diego Cervero exjugador del Oviedo. JAIME CASANOVA

–El Sotón, 2003. Su estreno goleador con el Oviedo fue a lo grande.

–Lo máximo. Cuando paso con el coche cerca de Pola de Lena, paro y aplaudo. Mi historia en el Oviedo está marcada por ese partido contra el Lenense. Había la opción de salir cedido al Uni, pero voy y marco cuatro goles... Y la cosa cambia.

–Arteixo, 2004. El fracaso en el intento de ascenso.

–Creo que nos faltó humildad. Éramos infinitamente superiores. Perdimos en la ida y estábamos convencidos de levantarlo. Pero no lo gestionamos bien. Y luego, lo anormal de ese año: la afición. Te elimina un equipo inferior y te sacan en volandas. De aquello aprendimos. Al año siguiente se vio.

–Ávila, 2005: primer ascenso.

–La clave fue eliminar primero al Coruxo. Ahí pesó lo de Arteixo. Fuimos a Coruxo a no perder, nos criticaron, pero sacamos un 0-0. Era un equipo más veterano, más hecho.

–Un alto en su camino azul: su prueba en el Oldham Athletic, de la Tercera inglesa, en 2006.

–Otro mundo. Unas instalaciones alucinantes, la taquilla personalizada, llegabas a las 8 de la mañana y hacías el día allí. Fui para una semana y me quedé un mes. Ellos iban como aviones físicamente, pero en finalizaciones yo era el mejor. Me llevó Eugenio Botas, me veía muy bien entrenando. Jugué con el equipo reserva tres partidos y marqué dos goles. Me decía: “Me quedo fijo”. Hablaron conmigo, me dijeron que me harían ficha, que pidiera el tránsfer. Me ofrecían una pasta, creo que eran 150.000 euros, pero con un matiz: que tenía que ir un mes a España, “entrena y vuelves”. Allí es normal firmar contratos de un mes. En el Oldham estaba Maheta Molango (después fue director general del Mallorca) con un contrato de 30 días. Y yo le supliría. Pero no había opción en España de jugar un mes y rescindir. Me fui al Marbella.

–Saltamos a Caravaca, 2008. Derrota 4-1 en el play-off.

–Nos pintaron la cara. Pensábamos que jugando al fútbol... y no, no. Compitieron mejor. Después, echaron al Lobo y aquella semana con Fermín fue una locura de motivación. Remontamos, pero teníamos un problema: estábamos mentalizados para ganar 3-0, pero hicimos el tercero muy pronto, en el 60 y pico. Y, ¿luego? No sabíamos qué hacer. Y la roja a Curro fue decisiva. Fue duro de asimilar.

Entrevista con Diego Cervero exjugador del Oviedo. JAIME CASANOVA

–Ascenso ante el Mallorca B, 2009.

–¡Qué plantilla! Imposible juntar tanto sentimiento oviedista. Gente de la casa, como Nachín (López), Mario (Prieto), yo... Asturianos, como Chicho (Villanueva), José Luis, la “Perlina” (Jaime). Y los de fuera, que se integraron de maravilla: Gonzalo, “Pelote” (Hedrera), Aulestia... Parábamos en el San Juan quince de nosotros a tomar algo. ¡Tenemos un grupo de Whatsapp todavía!

–Vaya agonía aquellos penaltis.

–Teníamos ensayados los cinco primeros. Pero marcamos todos. Y había que elegir un sexto. Villanueva se había quitado las botas, Gonzalo me decía que no había tirado un penalti en su vida... Y miro para Dani (Hedrera) y me dice: “Yo lo tiro, pero ya sabéis cómo lo tiro, ¿eh? Luego no os enfadéis”. Los lanzaba siempre a la escuadra. Y la clavó. El del Mallorca B lo falló Kevin, con el que jugué después. El primer día le recibí de rodillas: “Tú nos diste un ascenso”. Le tengo en el móvil como “Kevin penalti”.

–2012: otra situación límite con la ampliación.

–Después de lo que viví en 2003 pensaba que era imposible que despareciera. Sobre todo, al ver el primer día de ampliación. Toni (Fidalgo) era un gran gestor, había confianza en él. Aquello unió al vestuario y si no fuera por el Eibar...

–El gol al Cádiz, 2015. El previo al del ascenso.

–El más importante de mi carrera, indescriptible. En octubre, siete meses antes, empecé a preparar aquello. Le dije a Nacho Gonzalo (preparador físico) que iba a marcar el gol del ascenso. Trabajábamos en el gimnasio planchas, dominadas, core... Y los martes, día de descanso, al campo. Iba cogiendo a gente conmigo, a Nacho (López), Diegui... para que bajaran los martes. Lo más duro eran los partidos en casa en los que calentaba 30 minutos, no jugaba nada y después metía una sesión de gimnasio. Salía de noche del Tartiere. ¿Era duro? Sí. Pero sabía que tenía que seguir ese camino hacia finales de mayo.

–Y su momento llegó.

–Tenían que darse varios condicionantes. Que se lesionara un delantero (Dioni se fastidió justo antes del play-off), jugar el primer partido en casa e ir por debajo en el marcador. Cuando salí en el Tartiere sabía que iba a marcar. Salté al campo ido, el primer balón lo perdí, pero tenía algo ese día. Decía: “Como me caiga, pa’ dentro”. Y así fue.

–El Carranza: el deseado ascenso.

–Cuando entró el balón de David supe que ascendíamos. Sabíamos que íbamos a aguantar. Ellos no tuvieron ni una ocasión.

–Aunque poco, tocó el fútbol profesional.

–El debut con el Lugo fue increíble. La pena es no haber tenido opciones de marcar, pero fue una ilusión cumplida. Lo que le falta a mi carrera es un derbi. Habrá quien diga que le faltó jugar en la selección o ganar un título, pero para mí mi lunar es no haber jugado un derbi.

–¿Cómo se imagina la vida como exjugador?

–Supongo que me costará, que me entrarán ganas de volver, pero también puedes disfrutar de algunas cosas que antes no podía. Ayer –por el lunes– fui al Tartiere como aficionado y disfruté como un enano. Me levanté, canté, di con los pies para armar jaleo... Viví cosas que nunca había experimentado.

–¿Es optimista con el Oviedo?

–Claro. Estamos quintos. El partido del Mirandés me encantó y contra el Zaragoza erramos a balón parado, pero la sensación es que podíamos ganar bien. Nos metieron los tres de estrategia. Ellos estaban muy implicados. Y es normal que haya miedo, estás muy cerca. A pesar de todo, jugamos muchos partidos peores que ese y los ganamos. Evidentemente no puedes recibir tres goles a balón parado. Pero todavía quedan sorpresas.

Entrevista con Diego Cervero exjugador del Oviedo. JAIME CASANOVA

–Las Palmas: duelo a todo o nada.

–¡Vaya partido! En agosto lo hubieras firmado, tiene razón Ziganda. No es empatar o te quedas fuera, luego hay que ver qué pasa. Y no llegas ni mucho menos muerto. Tienen que ganarte.

–¿Lo que más le gusta del equipo?

–Los dos centrales, Brugman y Bastón. Y que Viti dio un saltín. Pero sobre todo Bastón. Es un delantero impresionante.

–¿Renovaría a Borja Sánchez?

–De por vida. Tiene talento y apostó en su día por el Oviedo. Hay una cosina que debe mejorar: después de una cosa muy buena, haz la más fácil. Contra el Zaragoza, hace un recorte bestial y luego intenta un cambio de juego. No, dala en corto. Y tiene que recibir en ventaja para brillar más, que no le suele pasar.

–¿Y si su retirada coincide con el ascenso del Oviedo?

–Sería el mejor broche posible, un sueño. Y confío en que pase. En la plantilla del Numancia había muchos aficionados del Madrid. Un día les dije: “Imaginaos que tenéis una moneda. Por un lado, ascenso del Numancia; por el otro, el Madrid gana la Champions. ¿Qué elegís?”. Todos contestaron al momento: “¡El Numancia, claro!”. Y yo les contesté: “Pues yo tiraría la moneda y pondría en las dos caras que ascienda el Oviedo. Esa es la diferencia de ser de un equipo cuando gana y de ser de uno a muerte”.

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