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El último técnico que ascendió a Primera con el Oviedo rememora la gesta azul

Vicente Miera: “Recuerdo las campanas de la Catedral tras el ascenso del Oviedo, nunca vi nada igual”

“El Oviedo ha ido mejorando a lo largo de la temporada, lo vi bien ante el Zaragoza; un ascenso sería una gran alegría para la afición”

Vicente Miera, celebrando su cumpleaños con su esposa, Margot Puente, en el Real Casino de Madrid, la semana pasada. | M. P.

Vicente Miera (Nueva Montaña, Cantabria, 1940) es el último entrenador que consiguió ascender a Primera División con el Oviedo. Fue hace 34 años, en un 1988 inolvidable para el oviedismo. “Nunca vi nada igual”, recuerda el cántabro, un tipo discreto que vive a caballo entre Madrid y Cantabria y que fue todo en el fútbol: jugador del Real Madrid, entrenador de equipos como el Oviedo, el Sporting, Atlético de Madrid o Sevilla y también seleccionador nacional. El Oviedo guarda un sitio especial en su memoria, como admite en esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA en el momento más trascendental de la temporada para los azules, a pocas horas de un duelo a vida o muerte ante Las Palmas, mañana a las 22.00 horas. Con la ayuda de su mujer, Margot Puente, y de una de sus hijas, Andrea, Miera rememora una vida futbolística que empezó en un pequeño pueblo.

–¿Cómo fueron sus inicios?

–Empecé en Nueva Montaña, en el equipo de mi pueblo y después pasé al Rayo Cantabria y más tarde al Racing de Santander. En esa misma temporada me llamaron los gestores del Racing y me dijeron que me preparase para fichar por el Real Madrid. Así, casi sin tiempo para digerirlo. Fue todo muy rápido y en pocas horas fiché por ocho años con el club madrileño.

–¿Dónde vivía?

–En los primeros tres años en una pensión, luego en casa de Zárraga, que era mi compañero. Me acogieron estupendamente y allí estuve hasta que me casé.

–¿Qué fue lo mejor del Real Madrid?

–Tengo muy buenos recuerdos. Éramos un equipo fantástico. Todo fueron éxitos: Copa de Europa, Ligas, viajes al extranjero... En menos de un mes desde mi llegada nos fuimos a América a jugar en distintos sitios y ciudades. Fue como vivir un sueño maravilloso. Todo esto me hizo entender que estaba en un gran club.

–¿Cómo se aguantan tantas temporadas en un club como el Madrid?

–Cuidándose mucho y estando siempre al máximo nivel. Teníamos un gran equipo y trabajábamos duro.

–Compartió vestuario con algunos jugadores históricos.

–Me encontré con la flor y nata del Real Madrid. Bernabéu de presidente, Gento, Pachín, Marquitos, Puskas, Di Stéfano... Grandes compañero y grandes amigos.

–¿Y qué se encontró en Gijón?

–En el Sporting de Gijón estuve dos años de jugador, fue un cambio importante y me hicieron sentir muy bien. Fueron años muy buenos.

–¿Siempre tuvo claro que quería ser entrenador?

-Sí, me gustaba mucho ese mundo y me fui preparando. Tras mi paso por Gijón, en verano me saqué el título en Madrid.

–Empezó en el Langreo.

–Fue fantástico. Me trataron muy bien y para mí fue una etapa muy importante para dar los siguientes pasos como entrenador.

–Con solo 34 años se hizo cargo del Real Oviedo. ¿Qué se encontró?

–Me fichó José María Velasco, que siempre me apoyó y me hizo sentir como en casa. Tuve en el equipo a Tensi y a Vicente. Era un equipo fantástico.

–Poco después se fue al Sporting. ¿Qué supuso para la época?

–La afición del Sporting me acogió muy bien desde el primer momento. Tanto en Oviedo como en Gijón, a pesar de la rivalidad, me apoyaron siempre sin problemas.

–¿Tan buen recuerdo dejó en el Oviedo que luego regresó?

–Pues sí. Con Asturias siempre he tenido muy buen feeling, y cuando me volvió a llamar el Oviedo me sentí muy honrado. De hecho, mi hija Andrea nació allí.

–Antes fue al Espanyol.

–Creo que era mi momento. El Espanyol era un gran club y con el señor Meler de presidente estuve realmente bien. Tengo muy buenos recuerdos, también de la gira que hicimos por Filipinas.

–Vuelta al Sporting, Atlético de Madrid y acaba en el Oviedo en Segunda. ¿Fue un paso atrás?

–No, más bien fue una mayor motivación para alcanzar el éxito del ascenso a Primera, que fue una inmensa alegría para todos.

–¿Se hablaba de ascenso en aquella temporada?

–Era el objetivo que nos habíamos marcado y que al final conseguimos. Hubo trabajo duro, un gran equipo y algo de fortuna, que siempre hay que contar con ella.

–Ha sido seleccionador, ha ganado ligas y ha logrado ascensos, pero... ¿donde sitúa el éxito de 1988?

–Fue un gran éxito en su momento del cual me siento muy orgulloso.

–¿Recuerda alguna anécdota tras ascender?

–Recuerdo que tocaron las campanas de la Catedral tras el partido en Mallorca: nunca vi nada igual. Incluso los sportinguistas fueron al aeropuerto a felicitarnos.

–Después solo estuvo una temporada en el Oviedo. ¿Por qué?

–Surgieron otras oportunidades, fiché por otro club y seguí mi camino.

–Ha entrenado en el Oviedo y en el Sporting. ¿Qué es para usted la rivalidad y cómo la entiende?

–Son dos equipos de la misma zona con los mismos objetivos. Ambos quieren ganar y tienen una base detrás, peleando con pasión.

–¿Sigue el fútbol en la actualidad?

–Sí, claro. Lo veo por televisión y sigo los resultados.

–¿Qué opina del Oviedo?

–Ha ido mejorando a lo largo de la temporada y en este último partido, contra el Zaragoza, le vi francamente bien. El resultado fue una pena.

–¿Y al Sporting?

–Comenzó muy bien, pero los últimos resultados no le han hecho justicia. A los dos equipos les deseo lo mejor en los próximos partidos.

–¿Se considera querido en Asturias?

–Sí, mucho. Siempre se han acordado de mí y siempre he recibido muchas muestras de cariño por parte de los asturianos. De hecho, aunque nací en Cantabria, mucha gente me pregunta si soy asturiano por la buena relación que he tenido siempre con todos.

–¿Cree que el Oviedo tiene posibilidades de ascender?

–En el fútbol todo es posible, sería una gran alegría para la afición.

–¿Qué experiencia le dejó ser seleccionador?

–Que me eligieran seleccionador fue un gran momento de mi vida. Gracias a ello conseguimos una gran victoria con el oro en Barcelona-92, que puso los cimientos para el futuro del fútbol nacional.

–¿Echa de menos el fútbol?

–Ahora lo veo con más tranquilidad, pero sigue formando parte de mi vida. Es algo que nunca se deja.

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