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La fe del Cuco: "Sabemos qué representamos"

Mi punto de vista es que si jugamos el play-off será por merecimiento nuestro, no por lo que pase en otros campos”, señala el entrenador del Oviedo

Ziganda Irma Collín

La rutina de todo entrenador bordea en ocasiones la tortura. Esa rutina exige que el míster visualice el partido de su equipo el número de veces que sea necesario hasta encontrar las claves del resultado. Lo de la tortura viene los días que las cosas no salen bien, que los futbolistas no cumplen con el guion o que, directamente, el plan de vuelo no era el más adecuado. Volver a pisar ese terreno tan decepcionante duele en la autoestima de cualquier preparador. “El partido ante Las Palmas lo he visto otra vez y se me han revuelto las tripas”, resume Ziganda, ácido como pocas veces en la previa del choque que decidirá si el Oviedo es o no equipo de play-off.

Llega el Ibiza como último envite del curso regular, con los azules pendientes de cumplir su trabajo y que una mano amiga, con más fe en Burgos que en Gijón, les ayude en su objetivo. Pero es inevitable regresar al Estadio de Gran Canaria, el escenario en el que el Oviedo perdió la condición de depender de sí mismo en la última jornada.

“Normalmente, nuestros partidos los suelo volver a ver dos o tres veces, pero el de Las Palmas solo lo he visto una vez. No fuimos capaces de dar nuestro mejor nivel en un día que era clave, que era crucial. Y llegamos en una buena racha, una dinámica merecida, además. Sumas eso y la ilusión con la que llegas al partido y duele mucho perder así”, resume el entrenador. Lanzado el lamento, cambia rápidamente el discurso: “Hay que darle la vuelta: el domingo –por mañana– van a ir 20.000 al campo. Es motivo de sobra para saber a qué club representamos”.

Si Las Palmas supuso un obstáculo que puede ser definitivo en el camino, el choque ante el Ibiza se presenta como una oportunidad. No está todo perdido. El Oviedo no necesita ni un milagro, es mucho más sencillo: tiene que ganar y esperar otro resultado que le sonría. Que caiga el Girona en El Plantío, una situación en la que los oviedistas tienen puestas sus esperanzas. O que el Sporting derrote a Las Palmas, una hipótesis con muy pocos creyentes, casi ninguno.

En todo caso, el Oviedo se agarra a sus opciones como a una madera sobre la que seguir flotando. “Nos llevamos una gran decepción, pero le tenemos que dar la vuelta, asumiendo qué pasó. Asumimos lo que nos toca. La gente va a ir al campo y sigue confiando, habrá un ambiente espectacular. La afición nos dice que creamos hasta el final. Hemos perdido la mano de la jugada, pero hay posibilidades. Y para tenerlas debemos ganar”, asume el navarro.

Hay una cosa que sí preocupa a Ziganda. La más obvia de todas: el rival. La experiencia ante el Zaragoza –“nos metieron tres goles en media hora”, recuerda– pesa a la hora de plantear el partido. No quiere distracciones, aunque sea el día que esté más justificado mirar hacia otros estadios. “Por mí parte no habrá distracción. El público sí estará pendiente, supongo. Nos centramos en lo nuestro, es la obligación”, dice antes de advertir sobre el Ibiza de Paco Jémez: “No le afecta los momentos, los estadios, los contrarios... Siempre va hacia adelante. Hace partidos abiertos, ofensivos. Nosotros tenemos otro estilo, con otro tipo de jugadores, y hay que llevar el partido a nuestro terreno”.

La cita con morbo se da en el Sporting-Las Palmas. Preguntado sobre qué espera, el Cuco dispara: “Mi punto de vista es que si jugamos el play-off será por merecimiento nuestro, no por lo que pase en otros campos”.

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