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Las claves que explican los problemas del Oviedo en el inicio de Liga

El club, "muy preocupado" por la marcha del equipo, espera una reacción ante el Cartagena y hace un análisis autocrítico

Bolo, técnico del Oviedo LNE

Las alarmas en el Oviedo no están todavía encendidas –van siete jornadas de Liga– pero la intranquilidad es palpable a todos los niveles. Hay un estado de “mucha preocupación” por las señales que emite el equipo de Bolo, en un limbo de identidad en los dos primeros meses. Este inicio no se esperaba: 9 puntos de 21 y una sequía ofensiva de récord, solo tres goles.

El Oviedo encara la visita del Cartagena, que va el cuarto clasificado, con los nervios habituales después de un mes sin ganar. En el cuerpo técnico hay confianza plena en revertir la situación, sin ocultar las malas sensaciones. Se percibe más autocrítica que antaño a todos los niveles. Entre bambalinas también se pone el foco en lo positivo: la solidez defensiva sigue a la orden del día. En los diferentes estamentos del club, el análisis interno que explica el mal fluye por varios frentes y apunta a varias áreas de trabajo.

La falta de extremos para el plan de Bolo. Fue la única posición que se dejó sin cubrir tras el mercado de fichajes, el primero con Tito Blanco al frente. El Oviedo aguardó por Ureña, extremo del Girona, pero no hizo ningún otro movimiento. Se entendía que con lo puesto, bastaba. El resultado es que la plantilla tiene un déficit en las bandas que ahora llama la atención internamente. Sobre todo, teniendo en cuenta el plan de Bolo.

El técnico, en la semana antes de recibir al Ibiza, quiso resetear al equipo e insistió en la importancia de llegar a línea de fondo y poner centros a los dos delanteros, Enrich y Bastón. El problema es que el único extremo clásico es Viti, por la derecha. Bretones, llegado del Vetusta, ha sido la sorpresa de este inicio de Liga y sí tiene ese perfil. No hay más, teniendo Sangalli y Borja tendencia de irse al centro. Un plan sin especialistas parece difícil de concretar.

Borja Sánchez sigue sin aportar por dentro. Era uno de los cambios sustanciales que se intuía en pretemporada. Bolo planeaba poner a Borja Sánchez, ahora lesionado, por el centro y así alejarlo de la banda. Así se lo trasladó el cuerpo técnico al jugador ovetense antes de su esperada renovación, que tuvo en vilo al club y por ende a la planificación deportiva. A la hora de la verdad, el cambio de posición no ha sucedido. Ziganda no se atrevió el curso pasado y Bolo, por el momento, tampoco. Borja, es cierto que con más libertad, no se ha movido de la banda izquierda. Mientras tanto, el Oviedo, según los análisis del club, sigue echando en falta alguien que haga de enlace con la delantera. Podría ser Marcelo Flores, que vino con la vitola de titular pero ha perdido claramente el puesto.

La figura de Brugman. La sombra del uruguayo se está haciendo alargada en el Oviedo. El centrocampista llevaba la batuta el curso pasado con Ziganda y Tito fichó dos pivotes en su lugar: Montoro y Koba. El primero está llamado a ser el organizador y, aunque existe confianza en sus prestaciones, le está costando coger la forma más de lo esperado. El valenciano necesita todavía acoplarse con los que le rodean para que así fluya el resto de juego del equipo. Bolo y su cuerpo técnico insistieron mucho en las últimas semanas en sus movimientos. Además, con la salida de Brugman también se ha perdido llegada ofensiva de segunda línea. El uruguayo metió el curso pasado 3 goles. Montoro no tiene ese perfil que sí podría aportar Koba. El reto es acoplar bien las piezas.

Una pareja ofensiva que necesita más ocasiones de gol. Hay un dato clave, que maneja el Oviedo, que sirve para poner en contexto la sequía ofensiva del equipo. El conjunto azul es el segundo equipo que menos "goles esperados" genera de la categoría. El Oviedo y el Huesca de Ziganda son los únicos dos equipos con menos de un gol esperado por partido, según datos del portal asturiano Dirfut. Los "goles esperados" es una métrica que mide la calidad de las ocasiones de gol y que en los clubes se valora mucho por su precisión. Para entenderlo basta un ejemplo: no es lo mismo una ocasión desde el área pequeña que un tiro lejano a puerta desde cincuenta metros. El Oviedo suspende en ese apartado, lo que indica que apenas genera ocasiones para su pareja de delanteros: Bastón y Enrich. El primero de ellos lleva dos goles, ambos de penalti, y Enrich lleva un tanto de jugada. Son los únicos tantos que ha logrado el equipo carbayón.

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