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La conexión azul con Panamá

Diego Toro dirige una fundación que colabora con el Oviedo y busca la inclusión de los jóvenes latinoamericanos: "Hay situaciones difíciles, uno de nuestros chavales está en la cárcel"

Diego Toro. | Miki López

El fútbol es un fenómeno tan universal que puede conectar dos puntos separados por casi 9.000 kilómetros como quien no quiere la cosa. Lo demuestra la historia de Diego Toro (Cali, Colombia, 1975), un arquitecto colombiano que reside en Panamá y cuya pasión por el fútbol le llevó a poner en marcha un proyecto con mucho calado en Oviedo. Toro dirige la fundación "DFT Foundation (Dream for Tomorrow)", una ONG que busca el desarrollo social de jóvenes en Latinoamérica gracias al fútbol. "Hacemos seguimiento a chicos e intentamos buscarles una oportunidad y que así puedan mejorar su situación social. Queremos que haya inclusión por medio del deporte", explica Toro, de visita en Oviedo para seguir la evolución de cinco jóvenes panameños que estarán hasta el 30 de octubre en las instalaciones de Fundoma, donde el antiguo instituto minero. Se entrenan en Tensi. El Oviedo colabora con la DFT Foundation desde hace pocos meses y una delegación azul ya estuvo en Panamá recientemente. Allí tuvo lugar un campus con cientos de jóvenes que quieren ser futbolistas. La ONG les proporciona toda la logística: campos, ropa, balones…

Por la izquierda, David Bennett, Carlos Bailey, Vecchio Gómez, Antony Perea y Marcos López, en el Tartiere. | DFT

"Le enseñé mi proyecto al Oviedo y les gustó. Nuestro objetivo (el de la fundación) final es hacer un gran centro de alto rendimiento en Panamá que sea referencia en América Latina", explica el colombiano, cuya ocupación es una compañía de materiales que tiene una sede en Europa. "Eso me da de comer, el fútbol es mi otra pasión", cuenta mientras apura su visita en el Principado. Mañana estará en el palco del Tartiere viendo el Oviedo-Cartagena.

La ONG de Toro supone una vía de escape para muchos jóvenes panameños. Muchos de ellos están en una situación límite. Gracias a la fundación con la que colabora el Oviedo pueden jugar al fútbol y, gracias a los convenios, dar el salto a Europa. "Hay situaciones difíciles. Uno de nuestros chicos, que tenía mucho talento, está ahora en la cárcel. Muchos viven en un núcleo complicado: o robas o no comes. Para ellos el fútbol puede ser una gran oportunidad". El colombiano recuerda un momento durísimo con ese chaval que ahora está entre rejas. "Estaba en Miami y me llamó. Me dijo que llevaba dos días sin comer y que no sabía qué hacer, que igual cogía un arma. Lo pudimos solucionar al día siguiente, pero es una prueba de cómo está la vida allí", dice el colombiano. También hay historias felices. Por ejemplo, la de Puma Rodríguez, ex del Sporting y actualmente en Portugal, que salió adelante gracias al programa de la fundación.

Toro, que vivió en Tarragona, conoce bien al Oviedo. Curiosamente, como apunte, su empresa colabora con el grupo Carso desde hace varios años, antes de la compra del Oviedo y posterior venta a Pachuca. De despedida, un deseo: "el club quiere crecer en lo social y estaremos encantados de ayudar".

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