La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Bronca del Tartiere tras la derrota ante el Cartagena

La afición despidió al Oviedo con una pitada y con gritos de "¡fuera, fuera!"

EN IMÁGENES: Así fue la derrota del Oviedo en casa ante el Cartagena (3-0) Miki López

El Oviedo cayó derrotado esta tarde ante el Cartagena (1-3) en una durísima caída de los azules que hace saltar todas las alarmas en el club y en la afición por la mala racha de resultados. . Los números en casa hablan por si solos: tres derrotas, una victoria y un empate al calor del Tartiere. Cuatro puntos 18 posibles. La crisis carbayona ya es oficial tras una tarde nefasta del equipo de Jon Pérez Bolo, muy contrariado en la banda por el resultado. La afición despidió al equipo con una sonora pitada tras el final del partido a gritos de "fuera, fuera". Hacía tiempo que no se escuchaba una bronca así en el municipal ovetense,

Y eso que el Tartiere arrancó con ganas. Enchufado para animar. Carlos (“gol”) le entregó a Bastón el trofeo de máximo goleador y, antes de que el balón corriese, apuntaba a tarde de resurrección. “A ver qué hacemos hoy”, se comentaba en el palco, repleto de políticos y empresarios. Pero el equipo hizo poquísimo para animar al respetable, que centró sus iras en el árbitro en los primeros instantes.

El primer sopapo llegó en forma de gol del Cartagena y caraja defensiva cuando no habían pasado ni 10 minutos. La respuesta no pudo ser mejor: ánimos al Oviedo desde el Fondo Norte, desde donde se ponía todo el empeño para desperezar al equipo. Pero lo cierto es que ya había runrún. Cada pase atrás era un puñal para la grada. Los errores, numerosos, una desesperación. A la media hora Bolo escuchó la primera gran pitada de la tarde. Hubo más. Con el 0-2 se escuchó el silencio. Acto seguido, gritos de la grada pidiendo más implicación (“échale…”). No había forma. El equipo estaba grogui y la afición irritadísima. La bronca al descanso fue de las gordas.

El guion ambiental no cambió en la segunda parte. El público pitó el cambio de Mier y además se desesperó en cada error no forzado. A medida que el encuentro avanzaba, el hastío se hacía más patente. Ya no había casi pitos, más bien indiferencia. Solo el Fondo Norte pedía más. Se cantó el "pasan los años, pasan los jugadores...". Y así llegó el 0-3, que provocó otra enorme pitada y también la estampida de muchos aficionados antes de que acabase el encuentro. "Somos nosotros, Oviedo somos nosotros", cantaba la hinchada. El 1-3 de Bastón provocó tímidos aplausos, pero nada que ver con la bronca final. Los jugadores se acercaron al centro del campo tras el pitido final y los aficionados los despidieron con una pitada, aunque también hubo algún tímido aplauso. Tomeu pidió perdón a la afición.

Compartir el artículo

stats