En el Oviedo no se ponen excusas por la mala situación deportiva. No lo hacen ni en los despachos ni en la plantilla. Pero hay un factor que está alterando el rumbo del equipo azul: las lesiones. La plaga se hace notar especialmente cuando más necesita victorias el Oviedo, en plena crisis de resultados. El equipo tiene en estos momentos un caído por línea: Calvo en la defensa, Koba en el centro del campo y Borja Sánchez en el ataque. Palabras mayores, ya que se trata de, a priori, tres jugadores indiscutibles llamados a liderar el equipo. Los tres tienen una rotura.
El club azul busca explicaciones a tantas lesiones, teniendo en cuenta además que, salvo una, la de Luismi por un golpe, todas han sido musculares. En los últimos cursos casi no hubo caídos. La preparación física depende de Pablo Santis, que llegó al Oviedo de la mano de Jon Pérez Bolo y sustituyó en el puesto a Alberto Martínez, que se fue con el Cuco Ziganda y con Mossa al Huesca.
Está previsto que el director general, Agustín Lleida, supervise el área de la preparación física y aporte sus conocimientos en ese apartado. El directivo fue director del departamento de preparación física club Pachuca y preparador físico del equipo mexicano, por lo que tiene experiencia en ese apartado pese a que ahora sus labores en el Oviedo sean de gestión. Las tres bajas que sufre el Oviedo suponen un quebradero de cabeza para Bolo. Calvo se perdió el partido ante el Cartagena y su ausencia se notó: el equipo azul fue vulnerable por primera vez en la temporada, encajando tres goles.
El central estará varias semanas de baja por una pequeña rotura, aunque el club no ha emitido ningún parte médico oficial sobre el estado del central. La ausencia de Koba tampoco es menor en los planes de Bolo. El francés se había destapado como el posible sustituto de Brugman y su lesión ha frenado en seco su progresión. Como Dani Calvo estará varias semanas fuera.
Borja Sánchez fue el primero en caer y su sitio en la izquierda se lo disputan Marcelo y Bretones. Fue la primera lesión muscular seria que sufrió en los últimos años el jugador ovetense.
El servicio médico del Oviedo, por otro lado, está en un proceso de reestructuración. El azteca César Gómez, que llegó de la mano del Grupo Pachuca, está en el día a día de la plantilla, presente en todos los entrenamientos y dialogando con el cuerpo técnico sobre el estado de salud de los jugadores. Manuel Rodríguez, el médico del Oviedo, continúa en la entidad, aunque parece tener un papel más discreto desde la llegada del doctor mexicano.
