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La apuesta de Jorge Sánchez, partícipe de la salvación del Oviedo en 2012: "Con nosotros, Carso se hubiera ahorrado 18 millones de euros"

"Decíamos: ‘¿cómo no vamos a encontrar 10 empresarios que pongan 400.000 euros?’ Fue imposible, nos cerraron muchas puertas"

Jorge Sánchez, en las afueras del Carlos Tartiere. | Miki López

Aquel consejo tenía un especialista en cada campo. Los números eran cosa de Jorge Sánchez. El hombre de confianza de Fidalgo que se embarcó con el avilesino por segunda vez en la tarea de ayudar al Real Oviedo. Actuó como asesor económico del consejo y se pasó todo el proceso, exitoso al final, cuadrando números.

–¿Cómo entra en el consejo?

–Me llama Toni (Fidalgo) y me dice que se va a reunir con el Alcalde (Caunedo). Le digo, "cuidado, que te van a ofrecer entrar en el Oviedo", y él me contesta que no, que será otra cosa. Le dije que ni se le ocurriera porque conocía la situación económica del club, había analizado las cuentas, que si aceptaba que no contara conmigo. A las horas me llama y me dice: "Jorge, ¡estamos dentro!". Se me caía el mundo encima.

–¿Tan mala era la situación?

–Era horrorosa. En cuanto llegamos, vimos que había 4 millones a pagar, 3 de ellos a los organismos públicos. Pero es que debíamos afrontar a finales de julio un pago de 400.000 euros en pagarés a los futbolistas de la anterior temporada. Y ese era un pago urgente, porque si no lo hacías no podías inscribir a los nuevos. También se debían 550.000 euros a proveedores.

–Solo se salvaba con una ampliación.

–Empezamos visitando las instituciones, a través de Toni. El Ayuntamiento siempre nos apoyó. Estaban dispuestos a poner 200.000 para los pagarés, pero existía una deuda del club con el Ayuntamiento y no se pudo cerrar esa ayuda. El 14 de septiembre, Toni dio una rueda de prensa explicando la situación de forma pormenorizada. Creo que uno de los secretos fue la transparencia con la que actuamos en todo momento.

–Y llega la ampliación de capital.

–Era el último recurso. No soñábamos con un inversor de 2 millones, no. Nuestra idea era más humilde. "¿Cómo no vamos a encontrar 10 empresarios de aquí que pongan 400.000 euros?", decíamos confiados. Fue imposible. Nos cerraron muchas puertas, nos llevamos algunas decepciones. La situación era límite pues cerramos el primer tramo de la ampliación con 64.000 euros solo. Un fracaso.

"Recuerdo las colas en las oficinas del Tartiere desde el primer día. Fue muy emocionante. Y el aluvión de accionistas extranjeros gracias al papel de Sid Lowe. Fueron unos días mágicos"

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–Todo explotó en el tramo libre.

–Ahí ya fue otra cosa. Recuerdo las colas en las oficinas del Tartiere desde el primer día. Fue muy emocionante. Y el aluvión de accionistas extranjeros gracias al papel de Sid Lowe. Fueron unos días mágicos. Logramos sumar casi 30.000 accionistas de 86 países diferentes, una locura.

–Volvamos a los empresarios. ¿Qué falló?

–Creo que muchos se vieron cohibidos porque tenían negocios a nivel regional y si invertían en el Oviedo pensaban que quizás les pidiera lo mismo el Sporting. Pero los de fuera tampoco respondieron. Me reuní con 14 grupos de fuera de Asturias y ninguno dio el paso. El único que apostaba fuerte era Pina, que prometía un millón.

–Hasta la entrada en escena de Carso.

–Fue una semana muy intensa, de intercambio de documentación, de estar a las 3 de la mañana en mi despacho para hablar con ellos por la diferencia horaria. Con Carso también fuimos transparentes desde el primer contacto. Creo que le transmitimos confianza.

–¿Cómo se tomó Pina el desenlace?

–No muy bien. El último día de la ampliación llegaron a las oficinas dos abogados suyos, querían hablar conmigo. Me dicen que a Pina le consta, por vías directas con la familia Slim, que no piensa invertir en el Oviedo. Había un ligero temor, porque nosotros teníamos un correo electrónico de Carso confirmando la inversión de 2 millones pero la ampliación se cerraba el sábado y al tratarse de una transferencia internacional tardaría un par de días en ser efectiva. Pero confiamos en su palabra y salió bien.

"Nosotros sabíamos manejar la miseria. Heredamos el club con unas pérdidas de 1,8 millones e hicimos un presupuesto austero de solo 240.000 euros de déficit, que pensábamos regularizar con la Copa"

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–¿Por qué no duró aquel consejo con el nuevo dueño?

–Carso no apostó por nosotros y fue una pena. Estoy seguro de que con el consejo de Toni Fidalgo Carso se hubiera ahorrado 18 millones de euros en el Oviedo, que es lo que invirtió los años posteriores para cubrir las pérdidas. Nosotros sabíamos manejar la miseria. Un ejemplo: Heredamos el club de Alberto González con unas pérdidas en el anterior curso de 1,8 millones. Nosotros hicimos un presupuesto austero de solo 240.000 euros de déficit, que pensábamos regularizar con la Copa.

–Ya había tenido otra experiencia previa en el Oviedo.

–Y me gustaría reivindicar aquella experiencia. Entre 2005 y 2007 se trabajó para el futuro, con el consejo que presidía Juan Mesa. Ahí reducimos el capital social, hicimos una ampliación de capital de un millón que se cubrió. Sin aquella experiencia no hubiera existido lo de 2012.

–¿Qué opina de Pachuca?

–Es importante que sean gestores. Y que tenga gente en Oviedo, que no traten de dirigir en la distancia. Es un grupo que sabe gestionar clubes de fútbol y que parecen tener las cosas claras.

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