Cuando Esteban fichó por el Atlético de Madrid: "Jesús Gil me dijo que tenía que parar alguna"

"Veo bien al equipo azul en lo deportivo, pero los colchoneros jugarán con titulares: solo les queda la Copa", asegura el excapitán del Oviedo antes del duelo de Copa

Esteban, en San Juan de la Arena, con una camiseta del Atlético  de Madrid y otra del Oviedo. | X. Fernández

Esteban, en San Juan de la Arena, con una camiseta del Atlético de Madrid y otra del Oviedo. | X. Fernández / Xuan Fernández

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Esteban llega a la cita en San Juan de La Arena (Soto del Barco) puntual. Empieza 2023 hablando del Oviedo, el equipo de su vida. Es meridianamente optimista de cara al duelo ante el Cholo Simeone.

–¿Cómo llegó al Atlético de Madrid?

–Luis Aragonés ya me había querido fichar el año anterior, en el ascenso de Segunda. No llegamos a un acuerdo con el Oviedo por la forma de pago y me quedé.

–¿Quería irse?

–Sí, pero porque estaba Luis Aragonés. El segundo año volvió a insistir y se planteó una cesión. Hablé con Manolo Lafuente, el presidente del Oviedo por aquel entonces. Yo tenía pendiente de cobrar unos 80 millones de pesetas y quise marcharme gratis a cambio de irme cedido al Atlético.

–La 2002/2003: la antesala de un mal año para el Oviedo…

–Pasó de todo. Yo me casé ese año. El 7 de julio de 2002 vengo de viaje de novios, empecé a entrenar con el Oviedo y salió la oportunidad de salir. Se veía que la cosa estaba mal. Además, tenía pendiente ese pago y mirábamos cómo solucionarlo. Fui al Atlético de Madrid a jugármela un año.

–¿Qué se encuentra allí?

–Estaba Jesús Gil, que murió al año siguiente. Me encontré un club con una dimensión muy distinta a la del Oviedo. Noté mucho el cambio.

–¿En qué?

–En la presentación había 50 periodistas, no conoces a nadie, los jugadores que había: Fernando Torres, Mono Burgos… Y la importancia de Luis Aragonés, que allí era todo.

–¿Qué tal era Gil?

–Un gran tipo y bastante cercano. La imagen que se da de él en los documentales es real, pero en parte. Los enfados eran así como se ven, pero cuando se le pasaba te daba la vida. Yo firmé muy tarde mi contrato y mi primer partido fue en El Burgo de Osma, en un amistoso contra Osasuna. Mono Burgos juega la primera parte y ganamos 0-2, juego yo la segunda y perdemos 2-0. Antes del partido Gil fue al autobús, porque dijo que me quería conocer personalmente y agradecerme el esfuerzo en el fichaje. Me dijo que yo era de los suyos. Al acabar partido me dijo: "Hay que parar alguna eh, esto no es el Oviedo". Me lo dijo delante de muchos periodistas.

–Se quedaría callado.

–Quedas planchado. La dimensión de Gil, del Atlético… Es el tercer equipo más grande. Yo estuve en el Sevilla después, pero no tenía nada que ver.

–¿Cómo fue ese año?

–Había mucha ilusión. Venía Javi Moreno del Milán, Coloccini, Aguilera, Santi Denia, Barjuan… Pero cuando subes de Segunda cuesta mucho. Teníamos buen equipo, pero los resultados no fueron excelentes. Quedamos octavos, que está bien para un recién ascendido, pero no para el Atlético.

–Jugó bastante.

–26 partidos. En Copa nos echó el Recreativo de Huelva, en lo personal no fue un mal año. El entrenador de porteros era Miguel, el padre de Bastón, que es un tipo excelente.

–Competía con el Mono Burgos, ¿qué tal con él?

–(Se lo piensa). Era duro en lo deportivo, porque él era el portero del ascenso, pero yo tenía hecha mi trayectoria y Luis era mi valedor.

–¿Qué tal estuvo Luis ese año?

–Era el líder y casi nadie le discutía una decisión, aunque es verdad que para el tema de los fichajes mandaba menos que antaño. Un día me dijo: "Esteban, yo hace unos años fichaba lo que quería y ahora entreno a los que me da el club".

–¿Seguía al Oviedo en la distancia?

–Sí y uf, qué mal lo pasamos. Me tocó ir a ver al Oviedo a Leganés y a mi casa venían muchos compañeros. Era duro verlo desde fuera, sobre todo cuando ves que el desastre podía pasar, como así fue. El tema deportivo fue horrible. Recuerdo que era cuando empezaban a funcionar los teléfonos móviles. Cuando acababa de jugar yo recibía siempre un mensaje del partido del Oviedo. No había internet en el teléfono ni nada, me enteraba como podía.

–Celta, Sevilla, Oviedo… ¿dónde pone al Atlético en su carrera?

–Fue mi primera experiencia fuera de casa. Yo hasta los 27 años no me muevo de mi zona de confort. Siempre digo que mi vida era igual de estudiante en el instituto que de jugador del Oviedo. Iba a entrenar, comía en casa… En el Atlético me cambia todo y en el verano que voy a Sevilla, un año después, soy padre.

–¿Con qué se queda del Atlético?

–Con el sentimiento de pertenencia, que también pasa en el Oviedo. Y la fidelidad. Nosotros jugamos un Atlético de Madrid-Oviedo con el Calderón lleno. La gente que es del Atlético, en Segunda, no se avergüenza. La gente iba por la calle con la camiseta. La categoría no importa, como sucede en el Oviedo.

–¿Y la rivalidad con el Madrid?

–Deportivamente no podíamos competir. Ese año casi gana la Liga la Real Sociedad y la acaba levantando el Madrid. Mi último partido es un Atleti-Real Madrid. Si hubiésemos ganado o empatado y la Real gana en Vigo, se hubiesen llevado la Liga.

–¿Por qué no siguió?

–En aquel año surgen deudas. Yo estaba cedido y firmo un precontrato de un año cedido más la posibilidad de tres más. El Atlético no lo ejecuta porque decía que el Oviedo iba a perder la categoría por impagos y que entonces podría ir gratis, pero en ese tiempo no cobro y muchos optamos por denunciar. Yo en un momento determinado no tenía contrato ni cobraba, y encima el Oviedo baja de categoría. Al Atlético le dije: "Si me renováis ya, no denuncio. O eso o me pagáis". Me decían que esperase, pero la situación era difícil. No cobraba y no tenía contrato. Denunciamos unos cuantos.

–Lo pasaría fatal.

–El 14 de julio nace mi hijo y el 16 el Atlético me dice que no va a ejecutar la opción de cesión. En ese momento todavía tengo contrato con el Oviedo. Cuando sale publicado que no voy a seguir me llegan ofertas. Me reuní con el Racing, pero no hubo acuerdo. También me llamó algún equipo de fuera. Sobre todo, uno de Inglaterra, pero no me ficharon por la altura.

–¿Qué equipo era?

–El Bolton. Me vinieron a ver, pero cuando analizaron mi altura… Acababan de estrenar un estadio. No pudo ser. Fui a Santander a negociar, no nos entendimos y en el viaje de vuelta me llama Monchi, del Sevilla. También tenía otra oferta del Betis.

–Pasa de Gil, Aragonés y Futre a Monchi y Del Nido.

–La imagen que se proyecta de estos directivos a veces es abrupta. Ese año me denuncia al Oviedo porque entienden que me voy libre al Sevilla. Del Nido y Monchi estuvieron de mi lado y me apoyaron.

–Era un Sevilla que empezaba a despegar.

–El lema del cartel de la campaña de abonados era "salto de calidad", con Darío Silva. Nos metimos en Europa el primer año y luego casi en Champions, pero estábamos por detrás del Atlético de Madrid. Teníamos un vestuario espectacular: Pablo Alfaro, Jesús Navas, Ramos, Reyes… Había futbolistas y personas espectaculares.

–¿Qué pensó cuando vio el cruce copero Oviedo-Atlético?

–Estaba yendo a un pueblo y paramos en Villayón. Mi hijo seguía en directo el sorteo y me dijo el cruce. Me alegré mucho. y justo tengo que comentar el partido para Gol.

–¿Cómo lo ve?

–El Oviedo le va a plantar cara al Atlético, que imagino que saldrá con los titulares porque la Copa es el único título que le queda.

–Cholo Simeone.

–Le conozco de jugar contra él. El Atlético es ahora un equipo de Liga de Campeones. Hay gente que dice que cobra mucho, pero ¿cuánto cuesta el Atlético desde que está el Cholo y cuanto valía antes? La realidad es esa. Lleva diez años, la gente se cansa de las caras y se piden resultados inmediatos, pero la influencia del Cholo es indiscutible.

–¿Y el Oviedo cómo va?

–En lo deportivo lo veo bien. Un equipo que encaja poco tiene posibilidades de buenos resultados. Si encajas poco vas a estar arriba, es un dato importante. Se paga mucho por delanteros, pero un buen sistema defensivo es más importante. Al Oviedo es difícil ganarle.

–¿Y en los despachos? Siempre fue crítico con el final de Carso.

–Entre lo que salió y lo que no quisieron que saliese es para ser crítico. Me dio pena que haya salido David Mata, por ejemplo. Yo lo tuve y era un gran oviedista, muy cercano en el día a día. Aparte de eso, es obvio que se necesitaba un cambio y profesionalizarse. Hay que fichar a los mejores que se pueda. Llegó gente nueva, no están contaminados. La antigua propiedad, entre que no se quería enterar y le decían lo que quería escuchar… A Arturo Elías no le contaron toda la verdad. Mientras esté en el club gente como Vicky, y más, ese ADN estará.

–¿Cuándo lo veremos en el Oviedo?

–Estoy ocupado ahora, pero nunca sabes. Estoy muy contento en mi labor como comentarista. Me da la vida, me tiene activo. Lo comparo con el fútbol: mucho viaje para atrás y para adelante.

–¿Tiene quejas por sus comentarios?

–Siempre digo en las charlas que no voy por ser exfubolista: tengo titulación de entrenador, de director deportivo y de entrenador de porteros.

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