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¿Por qué Moro lleva el dorsal 40 y Bretones ha cambiado al 2? Una decisión con efectos económicos

La elección del número con el jugador cedido por el Lazio le permite al Oviedo ahorrarse 23.000 euros

Raúl Moro Twitter de Raúl Moro

Sobre su espalda, un número llamativo, el 40, destinado a los chicos de la casa, a los que aún son meritorios y buscan un hueco en la primera plantilla. Algo sorprendente para Raúl Moro, eléctrico extremo cedido por el Lazio en el pasado mercado de invierno y que ya sabe lo que es disfrutar de minutos en el exigente Calcio italiano. Moro se estrenó el sábado en el Carlos Tartiere dejando buenas sensaciones en una decepcionante derrota. Y lo hizo con el dorsal 40, mientras que Bretones, el 28 hasta la semana pasada, lucía el 2. La elección de los números encierra una cuestión económica de fondo.

Los clubes de Segunda debe abonar la ficha profesional de cada futbolista inscrito que debute en la competición con la camiseta de su equipo. El coste de dar de alta la ficha en Segunda es de 23.000 euros. Y solo se paga en la primera campaña.

Raúl Moro durante su presentación como nuevo jugador del Real Oviedo Irma Collín

Pero hay un escapatoria. Los futbolistas menores de 23 años pueden ser inscritos con ficha del filial. A ellos se les destina los números por encima del 25. Por eso Bretones, que empezó como futbolista del Vetusta, portaba el 28. Por eso Mángel, en el mismo caso, lleva el 30. Y así se ha elegido el 40 de Moro, una decisión que permite al Oviedo ahorrarse 23.000 euros.

Con Bretones, en cambio, sí se ha asumido el coste por un razón sencilla: tiene contrato a largo plazo con el club azul, al haber renovado recientemente hasta 2026. Lo hizo además con la condición que a partir de la próxima temporada tuviera sitio en el primer equipo. Es decir, el Oviedo estaba obligado la próxima campaña a incluir a Bretones entre las fichas del primer equipo y abonar los 23.000 euros correspondientes. No sucede lo mismo con Moro, que en verano regresará al Lazio. Por eso, el club decidió hacer la inversión en un futbolista de su propiedad.

La elección de números por encima del 25 en Segunda es una práctica habitual en Segunda principalmente por otra ventaja: permite disponer de mayor margen en el tope salarial. Al figurar como futbolistas del filial no se computa todo su salario en el tope, sino que ese sueldo aumenta el presupuesto del segundo equipo y un porcentaje del mismo es el que se descuenta del tope. Es decir, los clubes gastan menos margen en el tope. Así se ve en los casos de Mollejo, que lleva el 28 en el Zaragoza o de Imanol, con el 30 en el Eibar. Los dos tuvieron anteriormente ficha profesional pero sus clubes les inscriben como jugadores del segundo equipo por las ventajas que ofrece sobre el límite salarial. Al igual que sucede con ellos, a Moro no se le computa todo el sueldo que percibe esta temporada en el tope. Aunque la Liga puede investigar cada caso para detectar una interpretación que considera errónea de la norma.

Un estreno prometedor. Al margen de cuestiones económicas, el estreno de Moro en la competición española dejó buenas sensaciones. El extremo disputó los últimos 25 minutos ante el Villarreal B con una misión entre ceja y ceja: encarar y buscar centros. Logró su cometido, poniendo al límite a su marcador. Se le vio suelto, con desparpajo y una punta de velocidad que parece casar perfectamente con la sensibilidad futbolística de Cervera.

De hecho, el técnico apostó por Moro como una de las soluciones en busca del empate cuando solo había completado un par de sesiones con sus nuevos compañeros. Reemplazó a un Koba demasiado frío durante toda la tarde.

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