El delantero era Vallejo: los números ofensivos del Oviedo crecen con él

La presentación del gaditano como titular, decisivo con su gol, coincide con el partido de Cervera en el que el Oviedo creó más ocasiones y tiró más veces

Vallejo celebra el  gol conseguido en  La Rosaleda. | |  LA LIGA

Vallejo celebra el gol conseguido en La Rosaleda. | | LA LIGA / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

El juicio de Cervera sobre Vallejo, al que siempre se le ha considerado un segundo delantero o un extremo, pudo sorprender a más de uno. "¿Manu? Para mí es punta punta", defendió el técnico, explicando después que las características de los arietes azules, Bastón y Enrich, impedían que el gaditano actuara como última referencia en el ataque. Pero Cervera, ojo clínico para diseccionar el fútbol, lo tiene claro con su pupilo: es un delantero.

Lo demostró en La Rosaleda, con un tanto del que huele la presa. El centro de Lucas es bueno, tenso y a ese espacio indefinido entre el portero y los centrales. Pero el movimiento del atacante es aún mejor. Desmarque a toda velocidad y cabezazo a la red. Testarazo, además, con premio añadido de tres puntos.

"No recuerdo la última vez que marqué", decía pensativo el gaditano al final del partido, repasando en la zona mixta del estadio malagueño su primera titularidad con la camiseta del Oviedo. Fue hace casi 11 meses. El 19 de marzo de 2022, el delantero anotaba con el Alavés en la derrota babazorra frente al Granada (2-3). Desde entonces no había vuelto a sentir esa alegría indescriptible del balón rebotando contra la red.

Vallejo, en el Tartiere.

Vallejo, en el Tartiere. / Real Oviedo

El triunfo en Málaga lleva la firma de Vallejo en una actuación que parece un aviso de lo que puede dar. El andaluz tan solo apareció a ráfagas, pero siempre protagonizando escenas de riesgo. En la primera mitad, sirvió a Bastón para encarar a Ramalho ya en el área rival. En la segunda, un pase medido citó a Bretones con el portero Yáñez. La tercera acción decisiva fue el golazo que definió el duelo.

Sonríe otra vez Vallejo y lo hace el Oviedo, que ve en su fichaje más ilusionante de enero una razón para confiar en un futuro con más pólvora. Sigue teniendo el equipo un problema de puntería, pero ya ante el Málaga se vieron mejoras en este aspecto. Por ejemplo, la primera titularidad de Vallejo coincidió con el partido en el que el Oviedo creó más ocasiones ("big chances", según la web especializada de estadística Opta) desde que Cervera llegó al banquillo: 4. Uno más que las 3 creadas ante el Mirandés en el Tartiere. También fue la cita con más intentos sobre el arco rival desde que llegó el Almirante. El Oviedo probó con 10 disparos, los mismos que había logrado ante Las Palmas. Solo los duelos frente a Levante y Huesca en el Tartiere, ambos con Bolo, lo superan con 12.

El plan ideado por la dirección deportiva y el cuerpo técnico pasaba en el mercado invernal por sumar más picante al ataque. Se buscaba velocidad y chispa, pero la obsesión era el gol. Por eso se rastreó el mercado en busca de un delantero de condiciones diferentes a las que ofrecían Bastón, Enrich y Obeng, tres perfiles con muchas similitudes.

Suárez tocó diversas opciones y el club puso la diana en un Borja Garcés que parecía dispuesto a salir del Tenerife, mientras se trabajaba de forma paralela en la llegada de Vallejo, considerado más bien un jugador de banda o un segundo punta.

Pero lo de Garcés se estropeó y el mercado no ofrecía alternativas golosas. La salida de Obeng dejó a Cervera con un ariete menos. Pero Vallejo está llamado a cubrir ese hueco. Al final, Manu era ese delantero que demandaba Cervera.

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