El Oviedo compite y avanza en corto: buen punto ante el líder (1-1)

Enrich, a centro de Borja, iguala las fuerzas ante un Eibar que se adelantó y los azules acabaron sometiendo al Eibar

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Vaya por delante que el Eibar es el conjunto más serio que ha pasado este año por el Tartiere. Tiene esa pinta de equipo que a va a sonreír en junio porque se le ve convencido de lo que hace, Y le llegó el miura a un Oviedo con dudas que sigue navegando por terreno pantanoso. Con problemas en el juego y con una suerte totalmente esquiva (el último en caer, Bastón). Y con un escenario tan inquietante, sacó la cabeza el equipo de Cervera, que trató de tú a tú al líder y rascó un punto que, calculadora en mano, puede ser decisivo para la salvación final.

Oviedo

Braat (1);

Lucas (2), Costas (2), Calvo (1), Bretones (2);

Viti (2), Luismi (1), Montoro (1), Borja S. (2);

Hugo Rama (2), Bastón (1).

Cambios:

Enrich (2) por Bastón, min.23.

Koba (1) por Montoro y Camarasa (1) por Borja S., min. 70.

Moro (1) por Viti, min. 85.

Eibar

Zidane (2);

Tejero (2), Venancio (1), Sergio (1), Arbilla (2);

Nolaskoain (1), Matheus (2);

Corpas (2), Stoichkov (2), Rahmani (1);

Bautista (1).

Cambios:

Aketxe (1) por Stoichkov, min. 76.

Leschuk (1) por Bautista y Vadillo (1) por Rahmani, min. 82.

Quique (s.c.) por Corpas, min. 87.

Goles: 0-1, min. 56: Rahmani. 1-1, min. 59: Enrich.

Árbitro: Fuentes Molina (comité valenciano). Amonestó a los locales Lucas, Luismi, Montoro y a los visitantes Venancio, Sergio y Stoichkov.

Carlos Tartiere: ante 15.102 espectadores, según datos oficiales.

Cervera ha explicado varias veces que los suyos sacan su mejor versión ante rivales de enjundia. No parece que al Oviedo le moleste ser dominado. Lo que pasa que lo que se vio de primeras fue algo más que eso, porque el Eibar sometió a los azules. Fue la forma más convincente de anunciar que había llegado el líder.

No es que tradujera ese mando en un aluvión de ocasiones, pero sí insistió. Ya a los 10 segundos llegó por la derecha. Y el anuncio se convirtió en tendencia: desde probaron sus centros Tejero y Corpas. Por otra rendija se coló Bautista a los 12 minutos para citarse, algo escorado, con Braat. El galo despejó con las manoplas.

Tardó el Oviedo en quitarse la camisa de fuerza, pero cuando lo hizo irrumpió con fuerza en el partido. Fue a los 19 minutos. Lucas y Viti encontraron la colaboración de Rama en su flanco. El gallego centró a la frontal, Montoro aterrizó en la escena para probar con derecha y la pelota se fue al larguero tras rebotar en un defensa. El Eibar había sido mejor que los azules pero la más clara lllneegó del lado local. Por estas cosas, el fútbol es la ciencia más indescifrable. 

El toque de Montoro con el travesaño dio paso a un nuevo Oviedo. La madera podía frustrar el intento de gol, pero como efecto secundario había activado la confianza del equipo que entonces, solo entonces, empezó a sentirse más cómodo con la pelota y parecerse al conjunto sin complejos que sonrió en Leganés y estuvo cerca de asaltar Granada.

Hugo Rama empezó a aparecer en casi todos los sitios y eso pareció clave. Más en la derecha que en la izquierda, donde Borja y Bretones formaban sociedad. Casi siempre entre líneas. Desatascó el juego en los momentos en los que parecía hacer embudo en territorio enemigo. Porque el Eibar dejó óptimas sensaciones tanto atacando como defendiendo. Un planteamiento con trazas del líder.

Pero el Oviedo estaba guerrero. Y ni la lesión de Bastón (¡otra más para la lista!) amedrentó el ánimo. Trataban los de Cervera de buscarle los espacios al Eibar pero la fórmula pareció mejor ejecutada por los visitantes, sobre todo cuando Stoichkov se colaba en tierra sin dueño. De su zurda surgió una gran ocasión, pero Costas, que había perdido en un inicio la marca, corrigió y bloqueó el intento lanzándose al suelo. Lo mejor al descanso era la sensación de que el Oviedo estaba compitiendo cara a cara con un señor equipo.

Y siguieron las fuerzas igualadas tras el descanso. Con Matheus probando desde la frontal. Con Viti contestando a la contra. Con los dos equipos con una marcha más. El premio fue primero para los visitantes. Arbilla lanzó a Tejero, este recortó y centro, y Calvo y Luismi se armeron un pequeño lío, mortal, del que Rahmani sacó provecho para anotar.

En vez de lamentar su sino, el Oviedo siguió a lo suyo. Solo tardó tres minutos en contestar. Borja recibió en la izquierda, miró por el periscopio y solo vio a Enrich en el área. Centró un balón con invitación de gol y el ariete se hizo fuerte en la disputa y cabeceó perfecto a la red. 1-1 y vuelta a empezar para todos.

Empezó a romperse el partido y el Eibar tuvo dos claras, con un disparo de Stoichkov y un cabezazo de Venancio. Aunque Borja replicó de zurda, a Cervera le inquietaba la deriva y movió piezas. Metió en el tablero a Koba y Camarasa para añadir energía y buen pie. El asunto pareció funcionar porque la balanza se volvió a equilibrar.

Entró el partido otra vez en una versión más trabada, solo con acciones a balón parado como picante. Y se vio al Oviedo otra vez cómodo. Porfió el equipo hasta el final desde los córners. lo intentó en varias ocasiones, pero la opción al triunfo se consumió con un derechazo de Moro, un remate forzado de Camarasa y un servicio otra vez de Moro que ni alcanzó Enrich. El final mostró al Oviedo más poderoso de la noche. Uno capaz de maniatar al líder.

Un pasito en corto del Oviedo. De un buen Oviedo. La renta puede ser jugosa a final de curso.

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