Ante todo, oviedismo: así fue la fiesta del cumpleaños del Real Oviedo

Los seguidores celebran el 97.º aniversario del club entre guiños al pasado más glorioso, recuerdos a los ausentes y aplausos a sus fieles aficionados

Los aficionados azules, durante la celebración del aniversario. | Miki López

Los aficionados azules, durante la celebración del aniversario. | Miki López / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

–Quería darle la enhorabuena a Mariano y preguntarle si puede echarnos una mano a las 9.

–Estaría encantado, pero estoy operado de cinco hernias discales y lo tengo difícil...

La divertida conversación entre Martín Peláez y Marianín a las puertas del Carlos Tartiere provocó la risa espontánea de los presentes. La falta de gol del equipo azul contrasta con los méritos de uno de los homenajeados ayer. El Jabalí del Bierzo era un especialista genuino del gol.

Así se desarrolló el día. Con guiños al pasado remoto más lustroso, al de los centros endiablados de Emilín y los cambios de juego de Falín; con aplausos a los tiempos en los que el Oviedo contaba con un Pichichi capaz de cabecear con la fuerza de un derechazo, la etapa de Marianín; con lágrimas, también, por la pérdida de Pelayo Novo, el último en irse antes de lo que debía; y con ovación, finalmente, para los seguidores anónimos, como Laureano García y Maida López, que cada quince días viajan con el petate a cualquier rincón de España para ver a su "Oviedín", no siempre con el resultado que ellos deseaban. El 97.º cumpleaños del Real Oviedo sintetizó a lo largo de todo el día, y con las inmediaciones del Carlos Tartiere como centro de operaciones, la esencia de un club que, por encima de todo, celebra siempre por estas fechas el hecho de seguir con vida: no hace tanto, esto parecía una quimera.

Desde el mediodía, los aficionados empezaron a agolparse en la carpa habilitada en el aparcamiento exterior del campo, donde peñistas y aficionados participarían en el VII día de las peñas. El pistoletazo de salida, sin embargo, tuvo lugar sobre la una y media. María Joglar, presidenta de la APARO, abría el acto de bautismo de tres puertas, la 6, la 1 y la 34, destinadas en esta ocasión a Falín, Emilín y Marianín, tres históricos que vivieron los mejores tiempos en el club carbayón.

Los descendientes de los García Martínez, con los García-Barrero como máximos exponentes, ilustraron el orgullo de una familia que siempre ha estado ligada al club azul. Muchos amigos del exjugador Santi García-Barrero, hijo de Falín y sobrino de Emilín, también estuvieron en el acto. Algo parecido sucedió con Marianín, acompañado por una decena de familiares. Al delantero se le acumulan los homenajes. Sabe que Oviedo no le olvida.

La siguiente parada de la expedición azul fue en el "Bosque Oviedista", en el jardín que descansa junto al estadio donde en los últimos años se ha impuesto la bonita tradición de plantar un carbayu por cada año de vida de la entidad. Esta vez fueron la esposa y el padre de Pelayo Novo, el exjugador azul fallecido recientemente, los que protagonizaron el acto. Itziar López y Juan Novo estuvieron acompañados por el club y los representantes de las peñas.

A las 14.30 se inició la comida de confraternización entre peñistas, otro acto que ha ganado peso con el paso de los años. Como ya había sucedido en otras ediciones, el club aportó una tarta gigante para endulzar el encuentro.

Los miles de aficionados congregados durante todo el día en la explanada junto al campo aprovecharon la jornada para apurar la previa, accediendo al campo al final. La hora del partido, 21.00 horas, favorecía la fiesta. Pero la euforia se trasladó al estadio en cuanto se acercó un choque esencial para las esperanzas azules por escapar de los puestos de peligro de la tabla.

Subasta benéfica.

La fiesta se cerró con el choque, pero las actividades de la APARO aún tendrán continuidad durante la semana que viene. Ayer se inició una subasta con fines benéficos en la que los aficionados azules pueden optar a hacerse con una camiseta con un diseño especial por la efeméride. Hay una por cada futbolista convocado.

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