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Los ambiciosos planes futuros del Oviedo en el Carlos Tartiere: "Queremos que sea parada obligatoria para cualquier turista"

"Del último partido en casa al de la semana que viene ante el Racing de Ferrol, la gente va a notar una diferencia brutal en el estadio", señala Estela Díaz Caicoya, Directora de Negocio y Operaciones del Real Oviedo

Estela Díaz,  en el Tartiere. | Irma Collín

Estela Díaz, en el Tartiere. | Irma Collín / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Oviedo

Aterrizó hace 8 meses en un mundo que solo le era desconocido a medias. Nunca había trabajado en un club de fútbol, pero sí había estado en contacto desde pequeña con el oviedismo. Por eso, a Estela Díaz Caicoya (Madrid, 1979), criada en Oviedo aunque con una larga trayectoria profesional fuera de España, la llamada del club de sus amores le hizo especial ilusión.

Ahora es la directora de Negocio y Operaciones del Real Oviedo, con mando en las áreas comercial, instalaciones, seguridad y eventos y protocolo. Concede su primera entrevista en el club a LA NUEVA ESPAÑA para mostrar algunas líneas maestras del club más allá de lo que se ve en el césped. También ahí, el Carlos Tartiere cobra una importancia vital.

–Es su primera experiencia en el mundo del fútbol. ¿Qué le ha llamado la atención hasta ahora?

–Ya había trabajado en el deporte, en Australia, en una Universidad, en el área de patrocinios y eventos. Sobre todo con el equipo de rugby y natación. La principal diferencia que veo ahora es el ritmo. Aquí es una rueda de hámster en la que subes y te lleva. A veces hay que bajarse y ver las cosas con perspectiva.

–¿Cómo llega al Oviedo?

–Había vuelto en junio, después de 14 años fuera, cuatro sin ver a la familia por la pandemia. Trabajé como colaboradora en los Premios Princesa, fue algo emocionante. Después, me avisaron de que había una oportunidad en el Real Oviedo y me surgió una entrevista con el presidente. Salió fenomenal.

–¿Qué Oviedo se encontró a su llegada?

–Me fui a los 20 años de casa, era otra ciudad y otro equipo. No puedo compararlo. Pero veo que en Asturias se lleva mucho la operación retorno de talento y en el área comercial hay muchísimo que hacer y muy bueno. Oviedo tiene una potencialidad brutal

–El del fútbol profesional es un mundo muy masculinizado. ¿Cómo se encuentra?

–Había gente que me lo advertía cuando entré. Pero desde el primer día me he sentido fenomenal. En el club me han acogido de la mejor manera posible. Me gustaría destacar a Martín (Peláez), el presi, que siempre está atento a todos los detalles. Es clave en el buen funcionamiento del club a nivel interno.

–¿Es fácil entrarle a una empresa cuando llama de parte del Real Oviedo?

–Es una ventaja, de eso no tengo ninguna duda. Es una marca muy fuerte y de reconocimiento internacional. Es una carta de presentación muy potente. En un club de fútbol juegas con el factor pasión. Pero hay que saber manejarlo. Puedes convencer a alguien para que haga un patrocinio, pero si detrás no hay un beneficio real para la empresa corres el riesgo de perderlo y desencantarlo.

–¿Qué valoración hace de estos meses?

–Lo miro en clave de equipo. Nada más comenzar me invitaron a una videollamada con México. Ahí eres consciente de que eres parte de un proyecto internacional. Y que te hace formar parte de la familia. Sabes que esto va en serio. El Oviedo tiene un equipo de profesionales de primer nivel. Desde hace tiempo apostamos por la comunicación interna, así es más fácil proyectar lo que queremos.

–¿En su área también hay sinergias con Pachuca?

–Hay que implantar el modelo de negocio de Pachuca, hay unas directrices. Desde México están involucrados en todo, cada día. Eso es determinante. Porque ellos, Pachuca, lo han hecho antes. Jesús Martínez está pendiente de todo. Cada paso que se da. Y, además, no vienen a imponerse, vienen a adaptarse a la personalidad del club.

–¿Cómo le vende a una empresa qué significa el Real Oviedo?

–En primer lugar, hay que conocer esa empresa para ver cuáles son sus necesidades. Ahí juega un papel determinante el departamento de comunicación, que es muy potente, son líderes en lo suyo, y que hace de altavoz de la marca Real Oviedo. A una empresa le diría que la marca Real Oviedo conlleva a un equipo histórico, con una afición inquebrantable, como dice el slogan, detrás. Y es que es verdad. Y no hay que olvidar el tirón de la "marca Asturias", muy vinculada al Real Oviedo.

–¿Alguna empresa se ha echado para atrás por temor a que el Sporting también le pida algo?

–Claro, también me ha pasado que al final la empresa con la que hablo acaba patrocinando a los dos equipos. Es lógico.

–Quizás la gente no es consciente de la influencia que tiene su departamento en los fichajes. Cada patrocinio firmado eleva el tope salarial…

–El famoso tope... (risas). Cada patrocinio es de máxima importancia para nosotros y tiene su ventaja. Desde que he llegado al Oviedo me he encontrado con patrocinadores involucrados y positivos, no lo digo por decir. Yo creo que influye que ven la seriedad del proyecto de Pachuca detrás, y eso ayuda.

–Que inscribir algún fichaje dependa de los patrocinios supondrá una presión añadida, supongo...

–Es mucha presión, pero recae sobre todos, porque actuamos como un equipo. Además, esa presión es la propia de un club de fútbol, es diferente a otra empresa, es verdad. Pero hay que saber gestionarla.

–Vayamos al Carlos Tartiere. ¿Darle una vuelta de tuerca al estadio es uno de sus objetivos principales?

–Sí. Y en ello estamos. Para nosotros, es una labor maravillosa, un reto muy bonito. Es parte del proyecto. Los cambios son progresivos, como se está viendo, pero supondrán una mejora muy interesante.

–Cuando el Oviedo debute en casa ante el Racing de Ferrol, ¿qué se encontrará el socio?

–Muchas mejoras y más comodidades: Videomarcadores nuevos, sistema de megafonía mejorado, luces led, la adaptación de la U televisiva… Y más cosas que estamos preparando: se trata de mejorar la experiencia del aficionado en el campo.

–Cuente alguna novedad de cara al estreno.

–La mascota. Nos hace especial ilusión este proyecto. Y desarrollarlo ha sido muy divertido: los niños son muy ingeniosos. Son únicos. A la mascota se le conocerá en el primer partido. Ya hemos anunciado que se trata de un oso pardo, que al igual que el Oviedo estuvo en peligro de extinción y que, como nosotros, consiguió salir adelante.

–¿Se puede saber el nombre?

–(Se lo piensa) Garra. Fue una propuesta de uno de los niños que participó en el proceso. Aún nos falta el candidato que se meta en el disfraz, que no es fácil. La mascota viene con personalidad y tenemos que encontrar alguien que se identifique con Garra. Ser mascota no es tan fácil como parece a simple vista. Creo que va a ser un exitazo y que va a conectar con los niños.

–¿Cuánto se ahorrarán de multas por las obras recientes en el estadio?

–Pues, por ejemplo, por luces pagábamos en cada partido una multa a La Liga de 3.600 euros, por falta de iluminación y por el sistema de reencendido automático. Además, en los partidos en los que tuvimos los dos apagones, la cuantía fue superior.

–Ya se ha visto en las redes sociales que se espera un espectáculo de luces en los minutos previos a los partidos. ¿Alguna novedad más?

–Estamos en ello. La gente no es consciente del cambio del Tartiere hasta que lo experimente en persona. Lo que tratamos de mejorar ahora la experiencia en el estadio. Y ante el Racing de Ferrol ya se verá. Del último partido jugado en el Tartiere al de la semana que viene la gente va a notar una diferencia brutal.

–Hay mucha gente que entra al campo con el tiempo justo. ¿Les gustaría cambiar ese hábito?

–Va en la línea de lo que buscamos nosotros, y para ello hay que conseguir que mejore la experiencia. También es cierto que hay factores que juegan en nuestra contra. Para empezar, el horario del partido. Hasta dos semanas antes de jugarse no se sabe la hora del encuentro, y eso dificulta la planificación previa. No es lo mismo jugar un sábado a las 6 que un lunes a las 9. Eso nos limita. Pero básicamente lo que nos gustaría es que en el Tartiere haya atracciones para toda la familia, eso es parte del proyecto.

–¿Qué estadio ve en el futuro?

–Queremos uno con más vida. Nos gustaría que el Carlos Tartiere fuera una parada obligatoria para cualquier turista que venga a Oviedo.

–Siempre se habla de que una clave es que los bajos del Tartiere tengan un uso comercial...

–El Ayuntamiento es el dueño, depende de ellos. Confiamos en que la buena relación que mantenemos facilite las cosas. De momento, otros grupos y colectivos ocupan esos bajos, no se les puede dejar sin su espacio. Nosotros tenemos el proyecto en marcha con Molcaworld, pero el gasto no es indefinido. Pachuca está haciendo un esfuerzo enorme: es un proyecto precioso pero no es barato. El inquilino no puede asumir todo el gasto; necesitamos la ayuda del Ayuntamiento.

–¿La ciudad deportiva ofrece nuevas posibilidades a nivel comercial?

–Claro. Aún no hemos definido la estrategia porque estamos centrados en el estadio. Pero será vital para el futuro del Real Oviedo, sin ninguna duda.

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