El fútbol tiene esas cosas. El Oviedo saltó a la segunda parte ante el Eibar con un resultado en contra y un tembleque que asustaba. Había incluso algún pito y mucho murmullo ante un equipazo como el Eibar, que rondó el área nada más arrancar. Entonces se encendió una luz, el Oviedo empató y el equipo de Carrión demostró una personalidad tremenda para conseguir una victoria de postín y hacer rugir a un Tartiere entregado. Triunfo de los de alumno notable. Ojo al dato: la última vez que el Eibar había perdido, Cervera seguía siendo entrenador del Oviedo. Los armeros llevaban diez partidos sin perder hasta pisar la capital del Principado. Ahora son los azules los que presumen de racha: nueve sin besar la lona. El Oviedo lo ha conseguido a lomos de Colombatto. Suyo es el reinado del equipo de Carrión. Un líder total que ayer, esta vez sí, cogió el balón y medio cojo metió el gol de la victoria desde los once metros. El de Colombatto –fenomenal ojo ahí Jesús Martínez y Jesús Martínez Jr. después de que Tito lo rechazase hace dos veranos– ha sido por todo y ante todo el fichaje del curso en lo que al balón se refiere. Un medio para todo que tan pronto roba un balón en el área, pone un centro de gol o llega con todo para dar una asistencia. Un lujo para el Oviedo que incluso hace olvidar, palabras mayores, a un uruguayo que se llamaba Brugman y que hace no mucho jugaba en su posición.
Luismi y el trabajo sucio
Para que funcione un equipo que, como el Oviedo, quiere tocar, tocar y volver a tocar también hace falta un pitbull. Alguien que se sacrifique para que los demás luzcan. Un recogedor que haga la parte fea. En el Oviedo, tiene nombre propio y lleva casco. Luismi. El andaluz, que a lo tonto lleva ya varios años en el club –esta es su cuarta temporada– regresó tras lesión ayer ante el Eibar, suplió a Camarasa y dio el equilibrio necesario. Con él, Colombatto es mejor. Carrión, formado en La Masía y amante del buen trato de balón, no es sospechoso: "No lo valoráis", dijo una vez sobre el pivote. Y los hechos le dan la razón. Porque el sitio de Luismi en el Oviedo parece indiscutible en una posición con escaso recambio en el banquillo. Luismi, se ha visto, es intocable.
Bastón y su labor
Era el debate de la semana –Carrión es consciente– y su apuesta fue continuista. Bastón se mantuvo ayer como titular por delante de Alemão, al que muchos tenían ganas de ver de titular. El técnico dejó claro otra semana más que hasta que lo que ve en el día a día no demuestre lo contrario, el madrileño, capitán del equipo, es su hombre arriba. El "9" no estuvo mal en la primera parte, ganando algún duelo y jugando con criterio. El problema es que el juego del equipo no beneficia para nada su estilo de ariete clásico. En el segundo asalto, cambio total: un par de centros precisos y Bastón se creció. El "9" empató en un gol de delantero listo y poco después estrelló un balón en el palo tras un gran desmarque en el área y una mejor maniobra. Con el de ayer, con abrazo con Carrión incluido por si las moscas, suma cuatro goles, empatado con Paulino como "pichichi".
Seoane y su aportación
A Jaime Seoane, fichaje a priori diferencial del curso tras una operación relámpago, nadie le puede discutir el trabajo y la entrega. Vaya por delante que el ¿mediapunta? se desfonda. Pero, sería necio no admitirlo, todo el mundo esperaba más de un talentoso jugador que hace no mucho goleaba con el Huesca. Su partido de ayer ante el Eibar define su aportación hasta ahora. Seoane cumple, pero de momento nada más. El equipo de Carrión, precisamente, necesita más desborde y creatividad en la zona de arriba. ¿Es Seoane el hombre a recuperar? Por ahí hay trabajo.
Aquel empate....
En Segunda, categoría de detalles, cada jugada cuenta. Aquella del Cartagena que acabó en un gol de Calero duele especialmente al Oviedo, con un subidón merecido tras vencer ayer al Eibar. Al equipo de Carrión, pese a su gran racha, le está costando un mundo enseñar la cabeza por arriba por ese horrible inicio de Liga que todavía tiene consecuencias. Pero yendo días atrás está claro que aquel paso atrás ante el Cartagena escuece. El Oviedo sumó 4 de 6 puntos. Si hubiese vencido al colista, estaría ahora el séptimo clasificado, a solo tres puntos de la zona noble que da acceso a la promoción de ascenso. Lo bueno: que el equipo tiene ya experiencia de sobra en la categoría para saber que poco importa la tabla en noviembre, con una eternidad pendiente. Lo malo: que verse arriba da gusto y moral. De momento, es undécimo a la espera del Levante-Racing de esta noche.