El oviedismo se llevó ayer a la boca un gran bocado en forma de victoria ante el Eibar (2-1) con un Tartiere entregado, en uno de los mejores ambientes del curso con casi 16.000 almas –15.875 exactamente– apoyando a los de Carrión. La tarde fue de sufrimiento, en la grada, por supuesto, y también en el palco, algo menos lleno que de costumbre.
Ahí, en la zona noble, había mucho invitado "vip", con los consejeros azules que esta semana se desplazaron desde México presentes en el Tartiere. José Ramón Fernández, Pedro Cedillo y Gerardo Cabrera, directivos con peso en Pachuca que operan desde el país azteca, regresan hoy a México con una victoria y el sabor de ver un buen partido tras unos días con mucho trabajo.
En el palco también estuvo muy atento Miguel Torrecilla, ex director deportivo del Sporting y ahora miembro de Pachuca desde su puesto de presidente ejecutivo del Everton de Villa de Mar, el otro conjunto del máximo accionista del Oviedo junto con el Pachuca y el León. Torrecilla, que influyó en la llegada de Luis Carrión asesorando a Jesús Martínez, estuvo muy cerca de Cedillo y también dialogó largo y tendido con Roberto Suárez, director deportivo del Oviedo, sentado cerca de Cazorla, que se perdió el partido por lesión y sufrió hasta el final.
La visita de los tres consejeros, que no están en el día a día del club, tuvo especial importancia por todo lo sucedido en la junta de accionistas relacionado con la ciudad deportiva. Gerardo Cabrera, apodado "el contador", estuvo en su día metido de lleno en las negociaciones con Herce, la constructora, y durante estos días vio de primera mano en qué punto está la operación, sobre la que ahora todas las partes contienen la respiración a la espera de la postura definitiva del equipo azul. Aunque ante el Eibar poco o nada se habló de Latores, estando el foco en el balón.
El Ayuntamiento, que trasladó calma y "confianza" total con que la ciudad deportiva se construya en Latores tras las dudas mostradas por el club, estuvo representado por Conchita Méndez, edil de Deportes. No estuvo en esta ocasión el alcalde Alfredo Canteli, que suele acudir al Tartiere cuando se lo permite su agenda.
