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Opinión

El análisis de la derrota del Oviedo en el derbi: Un triste e inconsistente equipo

Sobre la dolorosa derrota de los de Calleja en el choque ante el Sporting

Cuatro partidos son pocos para ver lo que puede dar de sí este Oviedo en la actual temporada, pero lo que sí se puede afirmar tras este inicio de campaña es que el equipo de Javier Calleja es mucho más triste y más inconsistente que el que dirigió hasta el pasado junio Luis Carrión. Y eso que la base del conjunto es la misma que la de la Liga anterior. Pero algo falla: el equipo no carbura. En las dos primeras jornadas del campeonato los resultados fueron engañosos. Triunfo en La Coruña y empate en Castellón, pero sin que los carbayones se mostraran superiores a los rivales en ningún momento. Más bien todo lo contrario. Ante el Racing la semana pasada el Oviedo hizo un partido para olvidar. Y ayer fue inferior, sin paliativos, al Sporting, que ganó merecidamente. Por muchas razones, pero sobre todo porque puso más ganas, más intensidad, que los de la capital del Principado para llevarse el derbi, y porque falló menos.

El Oviedo no había recibido ningún gol en los dos primeros encuentros de la temporada y lleva seis en los dos siguientes, tres por partido, que ayer pudieron ser más. Sin embargo, los carbayones continúan mostrándose muy espesos ante la portería contraria. Ayer, en El Molinón, aunque durante algunas fases del choque llevaron el control del juego lo hicieron sin mordiente, sin peligro, excepto en la hilvanada combinación que finalizó con el tanto de Ilyas tras un meritorio pase de Alemão. Había tiempo suficiente para intentar enmendar el flojo y aburrido primer tiempo, pero ahí finalizó el ímpetu atacante de los oviedistas.

Hubo jugadas polémicas en el derbi y el entrenador y los jugadores azules pueden agarrarse a ellas para justificar la derrota. Pero están equivocados. En el penalti que sirvió a los rojiblancos para adelantarse en el marcador hubo alternativas previas para que los azules no forzasen tanto la situación, con Lucas y Costas estorbándose mutuamente. Y en el tercer tanto sportinguista Dani Calvo, que pidió falta, tenía que haber sido más contundente ante Campuzano, como dejó entrever al final del partido el propio Calleja.

Comentó el técnico del Oviedo que el Sporting les golpeó en "los momentos en los que mejor nos encontrábamos". Probablemente tenga razón, pero qué significa cuando "mejor nos encontrábamos". ¿Dar y dar pases en el centro del campo sin más? Porque eso fue lo pasó. Mordiente, poca, muy poca. Y errores defensivos, demasiados. El segundo gol de los sportinguistas viene de un nefasto despeje de Lucas Ahijado. Pero es que no fue el único. El encuentro comenzó con una clarísima oportunidad de Otero tras falló oviedista cuando no iban ni diez segundos de partido. Todo un presagio.

Es cierto, cuatro partidos no sirven para hacer balance de nada. Pero después de visto lo sucedido la pasada temporada no estaría mal que el Oviedo comenzase a reaccionar ya. Algo tendrá que hacer el entrenador para enderezar el rumbo del equipo.

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