La increíble historia de Fede Viñas: “Con 13 años dejé el fútbol, trabajé de repartidor y volví con 17; era una mole de 95 kilos, pero ahí descubrí que era delantero”

"Soy joven y estoy a tiempo de triunfar en Europa; lo bueno es que ya estoy aquí. Vamos paso a paso, pelearé todo en lo individual y en lo colectivo"

Fede Viñas

Fede Viñas / Real Oviedo

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Oviedo

La entrevista está en todo momento pendiendo de un hilo: La mujer de Fede Viñas salió de cuentas el pasado domingo y en cualquier momento puede presentarse Victoria, la primera hija del uruguayo y su pareja. Pero el parto espera y Viñas puede atender a LA NUEVA ESPAÑA en El Requexón, tras una exigente sesión de entrenamiento, con un claro componente táctico. Se le ve cómodo en Oviedo, el destino elegido para volver a ser quien era antes de la maldita en el Aquiles. El charrúa aprovecha la entrevista para relatar su sorprendente historia en el fútbol. Viñas llegó a la élite con un camino diferente al de la mayoría.

¿Cómo se encuentra tras el esfuerzo de Ferrol?

Contento por la primera titularidad. Después de mucho tiempo sin jugar de inicio estoy feliz. Sigo con dolores, eso sí. La inactividad fue larga y hay otros músculos que se van cargando. Pero voy agarrando el ritmo poco a poco.

¿Qué es lo que más cuesta al volver a jugar después de tanto tiempo?

Obviamente el ritmo y el estado de forma. Y la cabeza: sacarse el miedo. Es algo psicológico, también.

Ha vuelto a participar antes de lo esperado.

El cuerpo me ha ayudado a recuperarme rápido. El plan en León era hacer la pretemporada en enero… Pero debutar a los cinco meses y medio no entraba en los planes. Lo hubiera firmado. La recuperación fue muy buena.

Fede Viñas.

Fede Viñas. / Real Oviedo

Se le vio cómodo en Ferrol.

Así me sentí, cómodo con balón y sin él. Ahora tengo que recuperar la noción de estar jugando, las distancias, los esfuerzos… Voy a ir a más pero estoy muy contento con el cuerpo técnico y también con los médicos que me he encontrado aquí en Oviedo, que han sabido llevarme muy bien desde que llegué. Son grandes profesionales.

¿Qué le falta?

Estar más fino con balón, además de las mejoras físicas. El otro día jugué 60 minutos y estaba ya cansadito. El verdadero Fede Viñas no va a tardar en verse.

¿Se fija mucho en las cifras?.

No me obsesiona, yo creo que los goles llegan solos. Siempre me pongo una meta de goles, pero está solo en mi cabeza, no me gusta decirlo públicamente. Primero, ayudar al equipo; y a partir de ahí llegarán los goles.

¿Qué le parece Alemão?

Como persona es un tipo extraordinario. Y como jugador es muy fuerte. Rápido, explosivo, aguanta bien el balón y es bueno técnicamente . Yo creo que somos parecidos. Hace un trabajo de la hostia, como decís aquí (risas). Por todo ese esfuerzo es recompensado con lo más bonito para un delantero, que es el gol. Me sentí muy cómodo formando con él.

Mi agente me dice que me tiene que llamar Jesús (Martínez). Al poco me llama él, y me empieza a hablar eufórico, como es él, y me dice: «Tienes que irte a Oviedo porque vas a seguir mejorando de la lesión». Yo le dije que encantado.

¿Cómo se produce su llegada? ¿Quién es el primero que le habla del Oviedo?

Mi agente me dice que me tiene que llamar Jesús (Martínez). Al poco me llama él, y me empieza a hablar eufórico, como es él, y me dice: «Tienes que irte a Oviedo porque vas a seguir mejorando de la lesión». Yo le dije que encantado.

¿Así de primeras?

Sí, sí. Lo vi claro. Yo estaba sin ficha en León y era una oportunidad para sumar más minutos, me iba a beneficiar porque tendría más opciones de continuidad. No hizo falto que Jesús me convenciera de venir al Oviedo porque vi claro el reto, aunque él estaba muy ilusionado. Me aprecia mucho, a mí y a mi familia, y sé que se alegra mucho de que esté aquí tan cómodo.

¿Conocía algo del Oviedo?

El torneo pasado estaba pendiente porque estuvo cerca de ascender, en México se seguía al Oviedo mucho al final de Liga. Fue una pena que no se diera el ascenso al final. Y a Santi Cazorla le seguía mucho, claro. Lo veía en la tele y ahora puedo compartir vestuario con él. Le pega con una pierna, con la otra, le da igual. Es un espectáculo.

¿Ya le han hablado del derbi asturiano?

Sí, me han dicho que se vive con mucha euforia. Que es una cosa de locos, de partidos cerrados y que la afición está en su «peleíta». Será bonito vivirlo dentro de poco.

¿Cómo se produjo su lesión en el tendón de Aquiles?

Me la hice en el gimnasio, haciendo trabajo de explosividad en unos cajones. Apoyo la punta del pie y cuando quiero hacer la fuerza siento la famosa pedrada. Miré hacia atrás pensando que alguien me tiró algo. Es lo que suele pasar con este tipo de lesiones. Y cuando no vi a nadie, dije «me pasó algo grave». No estaba equivocado.

Fede Viñas.

Fede Viñas. / Real Oviedo

¿Qué fue lo más duro?

Mantener la calma, tener paciencia, superar etapas poco a poco. Es complicado, porque hay que ir siempre al cien por ciento. No puedes bajar al 50 porque es una carrera de fondo. Y al final todo depende de la cabeza.

Justo antes de la lesión tenía su pase encarrilado al Nápoles. ¿Usted estaba al corriente de las negociaciones?

Sí, claro. Tuve charlas con gente del Nápoles y mi agente ya tenía previsto viajar a Italia para negociar el contrato. Se iba a hacer seguramente, aún no había aprendido italiano pero casi (risas)… Pero sucedió lo que sucedió y ya ahí pasé página y ahora estoy centrado en nuevos retos.

Aún está a tiempo de triunfar en Europa.

Claro, soy joven, 26 años, y lo bueno es que ya estoy aquí. Vamos paso a paso, pelearé todo en lo individual y en lo colectivo.

¿Ha hablado con Bielsa últimamente?

Directamente con él, no. Pero sí con gente del cuerpo técnico y médicos. Marcelo es muy exigente, siempre en su mundo, un entrenador que saca lo mejor de cada uno. Tienes que estar preparado física y mentalmente porque te exprime al máximo.

Hablemos de su historia en el fútbol. ¿Cómo empezó a jugar?

En Uruguay el «babyfútbol» (categoría más joven) empieza con los niños de 5 años pero yo con 4 ya jugaba. Después me metí en las categorías inferiores del Liverpool (de Montevideo) y me fui formando en sus equipos hasta que llegó un momento en el que decidí dejar el fútbol.

¿Cuándo sucedió?

Cuando tenía 13 años. Y estuve 4 años sin jugar. Había perdido el «gustito» de ir a entrenar cada día y en mi cabeza vi que me faltaban las ganas de seguir, se me habían ido. Pensaba además que mi sitio se lo merecía alguien que tuviera ganas de verdad.

¿Y qué hizo?

Me puse a trabajar. Dejé los estudios, también, y empecé como repartidor. Iba un chico conduciendo el camión y yo era su ayudante, y repartía jamones, carne… De todo. Íbamos incluso fuera de Montevideo con el reparto. En ese tiempo jugué algo al fútbol con los amigos, pero competir lo había abandonado por completo.

Un amigo me convenció para hacer la prueba en un equipo que se había creado para jugar en la C (última categoría en Uruguay). Cuando llegamos allí, todos fueron eligiendo puestos y no había nadie que fuera delantero. Y me ofrecí para jugar ahí.

¿Cómo volvió?

Con 17 años, un amigo me dijo que por qué no nos apuntábamos a un equipo. Y yo le decía «no, el fútbol ya pasó. Ya somos mayores…». Pero me convenció para hacer la prueba en un equipo que se había creado para jugar en la C (última categoría en Uruguay). Cuando llegamos allí, todos fueron eligiendo puestos y no había nadie que fuera delantero. Y me ofrecí para jugar ahí. Yo nunca había jugado de delantero hasta entonces, ¿eh? De pequeño me ponían de 10, entre líneas, luego un entrenador me puso en el lateral porque tardé en crecer, era pequeñito.

Ahí surgió un delantero...

Cuando volví a jugar, después de esos cuatro años de parón, ya había crecido. Pero al final había estado cuatro años sin jugar, era grande, pero con mucha grasa. Pesaba 95 kilos. Era una mole, estaba muy gordo. Pero ahí empezó de verdad mi carrera. Descubrí que era delantero con 17 años, pero gracias a Dios no fue demasiado tarde.

¿Su ídolo de pequeño?

El «Cebolla» Rodríguez, zurdito, potente, con pegada. Fue mi primer ídolo, de ir a verlo al estadio. No sé cuántos pulmones tenía de lo que corría.

Toro, búfalo, Maraviñas… ¿Con qué mote se queda de los que le han puesto?

Me gusta el de «Tanque» Viñas. Es el que me dicen los más cercanos.

¿Le ha vuelto a pasar como profesional aquello que le sucedió a los 13 años de perder de pronto la motivación por el fútbol?

No, nunca. Disfruto mucho el fútbol, del día a día. Me di cuenta que había nacido para esto, para jugar al fútbol. Pero no me arrepiento de ninguna decisión porque Dios habrá querido que sea así. Si no hubiera dejado en su momento el fútbol no creo que ahora estaría aquí. Ahora valoro mucho lo que tengo.

Un sueño que tenga por delante.

Jugar un Mundial con Uruguay.

¿Tiene previsto jugar el Mundial de Clubes con León?

No es algo que esté previsto, ni en lo que piense ahora. Estoy a préstamo por León y hay que ir paso a paso, pero solo pienso en que las cosas le vayan bien al Real Oviedo.

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