Polémica e indignación: la opinión sobre los arbitrajes al Oviedo

Sobre el gol no concedido a Colombatto

El 1-1 del Almería ante el Oviedo.

El 1-1 del Almería ante el Oviedo. / LaLiga

Pedro Allongo

Pedro Allongo

El fútbol español vive una crisis de credibilidad en lo que respecta al arbitraje. Cada jornada se suceden decisiones que generan dudas razonables sobre la imparcialidad y la calidad del arbitraje en nuestras competiciones. Lo que debería ser un factor de justicia y equidad se ha convertido, en demasiadas ocasiones, en el foco de la polémica y la indignación. Y si hay un equipo que puede dar fe de ello en la presente temporada y en las pasadas, ese es el Real Oviedo.

Los aficionados carbayones han visto cómo su equipo ha sido víctima de decisiones inexplicables y errores arbitrales que han condicionado sus partidos. Sin embargo, lo sucedido en el reciente encuentro contra el Almería ha sobrepasado cualquier límite tolerable. Durante el transcurso del partido, un micrófono abierto captó una conversación que deja en evidencia la actitud del colegiado. En el audio se escucha claramente: "No es falta, chocas con tu compi pero te la pito". Una frase que, lejos de ser una anécdota, representa el nivel de inconsistencia y arbitrariedad con el que se toman algunas decisiones en los encuentros de LaLiga.

Este tipo de situaciones no solo dañan a un equipo en particular, sino que afectan a la integridad de toda la competición. Hoy es el Real Oviedo el perjudicado, mañana puede ser otro club, y así sucesivamente en un ciclo que parece no tener fin. Las actuaciones arbitrales están influyendo de manera directa en el resultado final de la temporada: unos equipos serán empujados al descenso, otros verán frustrado su acceso a puestos de privilegio y otros se quedarán sin el ansiado ascenso. No estamos hablando de errores humanos aislados, sino de una tendencia preocupante que pone en jaque la credibilidad del fútbol español.

Los clubes tienen la responsabilidad de alzar la voz de manera unánime y contundente. No pueden seguir amparándose en la lógica de "hoy me toca a mí, mañana a ti". La pasividad y el conformismo solo contribuyen a perpetuar una situación insostenible. Es necesario exigir transparencia, revisión de los procedimientos arbitrales y, sobre todo, un compromiso firme por parte de los órganos competentes para garantizar que los errores y las decisiones incomprensibles dejen de ser un elemento determinante en la competición.

El fútbol debe ser un deporte regido por la justicia, la meritocracia y el respeto a la competición. Pero si los clubes no denuncian de manera conjunta estos atropellos, el fútbol español seguirá sumido en una espiral de desconfianza que solo perjudica a la esencia del juego. Ha llegado el momento de decir basta.

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