“Estudió todo y me dijo, 'Braulio, el Oviedo es mi sitio'”: así trabajó el club azul durante meses el fichaje de Nacho Vidal

Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, se une a la corriente de halagos hacia el hombre de moda en el Oviedo: "Se lo merece"

"El entrenador le quería; le dejé salir porque era él, si fuera otro no le hubiera permitido irse”, desvela

Alemão felicita a Nacho Vidal tras marcar al Albacete.

Alemão felicita a Nacho Vidal tras marcar al Albacete. / Juan Plaza

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Oviedo

Las lágrimas de Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, el día que se despedía de Nacho Vidal ejemplifican qué significaba el ahora lateral del Oviedo en Pamplona. Por eso se le despidió como a un futbolista importante. Porque el legado va más allá de lo que se ve en el campo. Y Braulio, que es uno de los que mejor conoce al zaguero azul, no se sorprende con el impacto instantáneo del lateral en el juego del Oviedo: "Es un grandísimo futbolista y todo lo que le pase es porque se lo merece".

Vidal es el hombre de moda de un Oviedo que ante el Albacete hinchó un poco más el sueño del ascenso. Ya era el mejor en el partido cuando cabeceó de forma magistral un centro que caía del cielo de Chaira. "A ver, lo de que marque de cabeza entrando en el segundo palo esa no la vi venir…", confiesa Braulio entre risas en su conversación con LA NUEVA ESPAÑA.

El arquitecto de Osasuna ayuda a explicar cómo un futbolista asentado en Pamplona ha acabado en Segunda División. "Lo primero, él lo tuvo muy claro. Nacho no es un futbolista normal. Es inteligente, lee libros, y tiene las cosas muy claras. Pero no toma decisiones a la ligera, analiza muy bien las cosas; incluso demasiado", introduce Braulio. "Antes de decidir irse de Osasuna, estudió el proyecto que le ofrecía el Oviedo, la ciudad, dónde podría vivir… Y me pidió salir. Me dijo ‘Oviedo es mi sitio’", añade el gallego.

Nacho Vidal, acompañado del presidente de Osasuna Luis Sabalza, ayer. | EFE

Nacho Vidal, acompañado del presidente de Osasuna Luis Sabalza, ayer. | / EFE

El punto número uno está claro: Vidal quería jugar en el Oviedo. Ahí es donde hay que resaltar la labor en la sombra de la dirección deportiva encabezada por Agustín Lleida (director general) y Roberto Suárez (responsable de los fichajes). Porque a ese estudio de todo lo que rodea al Oviedo que menciona Braulio se le unió una trabajada operación desde el club. Una labor de convencimiento que se inició el 15 de octubre, cuando se produjo el primer contacto con sus agentes y la operación era imposible. Que siguió las semanas siguientes cuando el fichaje era improbable. Y que desembocó en enero, con el futbolista pidiéndole a Osasuna vestir de azul.

Cuentan fuentes cercanas a la operación, que el Oviedo usó todos los recursos a su alcance. Con una oferta poderosa en lo económico, claro, con una duración a medio plazo -hasta 2027- ideal para un futbolista en plena madurez de su carrera, 30 años. Pero, además, el Oviedo tocó la cuestión emocional, hablando incluso con personas del entorno del futbolista, para convencerle a dar ese paso definitivo que finalmente dio. Evidentemente, el peso de contar con el Grupo Pachuca detrás, tanto por su músculo económico como su proyecto ambicioso, también fue un factor fundamental.

"Tiene una gran capacidad de adaptación. En Pamplona, el primer día ya se fue de cañas con los compañeros"

Braulio Vázquez

— Director deportivo de Osasuna

Pero quedaba un último elemento para que se cerrara la operación. Uno capital. Vidal tenía contrato con Osasuna hasta el próximo 30 de junio. El club rojillo ya había descartado su salida algunos meses antes, en verano, cuando el Mallorca volvió a llamar a su puerta. "Y el míster le quería", interviene Braulio, en referencia a la opinión de Vicente Moreno, técnico rojillo, que deseaba contar con un futbolista ejemplar en el día a día y que gozaba de cierto protagonismo en la Copa. Aquí tuvo un valor fundamental la relación entre jugador y director deportivo. "Le dejé salir porque era Nacho. Si hubiera sido otro futbolista, probablemente no lo hubiera permitido", reconoce Braulio.

Así encajaron todas las piezas, con Calleja partícipe, esperando la llegada de su ansiado lateral. Tanta fe tenía en él que le puso de titular con apenas dos entrenamientos. Cumplió con nota contra el Castellón, se salió en el tramo inicial de Almería, dio profundidad ante el Eldense y triunfó contra el Albacete.

Muchos en Pamplona se alegran por él. Uno en especial. "Tiene una gran capacidad de adaptación. En Pamplona, el primer día ya se fue de cañas con los compañeros. Y cuando pasó a un rol de suplente de Areso, siguió sumando como el que más. Eso le define. Me alegro de todo lo bueno que le pase", indica Braulio, que sentencia: "Quiero verle el año que viene en El Sadar en un Osasuna-Oviedo de Primera".

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