El Requexón se llena de ilusión bajo la lluvia: así fue el entrenamiento a puerta abierta del Oviedo

Desde bien temprano, las gradas de la ciudad deportiva se llenaron de aficionados de todas las edades que no quisieron perder la oportunidad de ver de cerca a sus ídolos

VÍDEO: Así fue le entrenamiento a puertas abiertas del Real Oviedo

M.R.

Oviedo

Ni la lluvia ni el frío lograron empañar la pasión de los oviedistas que se acercaron este miércoles al Requexón para presenciar el entrenamiento a puerta abierta del Oviedo. Desde bien temprano, las gradas de la ciudad deportiva se llenaron de aficionados de todas las edades que no quisieron perder la oportunidad de ver de cerca a sus ídolos, sacarse una foto y conseguir el ansiado autógrafo. Cuantos más, mejor.

Santi Cazorla y Alemão eran, sin duda, los más solicitados. Se escuchaban sus nombres con fuerza entre los pequeños que miraban con ojos brillantes cada movimiento en el campo. Pero no eran los únicos. Ilyas Chaira, Sebas Moyano o incluso el propio Paunovic se llevaban buena parte del protagonismo.

Ayalga Suárez, que no se perdía detalle desde la grada, lo tenía claro: “El nuevo entrenador me gusta, ahora los veo atacar más”. Aunque también señalaba que “hay cosas que mejorar para estar en Primera, pero yo creo que subiremos. A veces estamos muy parados en el campo y eso no puede ser”, dice.

La figura de Paunovic generaba consenso. Gabriel Martínez, que aprovechó su día libre para acercarse al entrenamiento, lo resumía así: “Ilusión, garra y ganas de ganar. El final de temporada es ilusionante porque hay un ascenso en juego”, asegura. Él lo tiene claro: si tuviera que quedarse con un jugador, sería Ilyas Chaira.

Lena y Xuan Lamadrid decían entre risas que “No somos socios del Oviedo”, mirando a su padre, que apuntaba: “Hay que pagar el abono, más adelante”. Lena ya había conseguido las firmas de Fortune y de Paunovic. Xuan, por su parte, no dudaba en elegir a Cazorla como su jugador favorito.

Lucas y Leire González también tenían claro quiénes eran sus referentes: “Cazorla y Sebas Moyano”, decían al unísono. Lucas, convencido, lanzaba una predicción que sonaba fuerte entre los asistentes: “100% el Oviedo va a subir”.

El entusiasmo era compartido por los hermanos Nico y Guille Azparren. “Mi favorito es Luengo”, decía Nico, que también valoraba positivamente al nuevo técnico. Su hermano Guille, más futbolero aún, afirmaba: “Mi favorito es Alemão, porque también soy delantero”.

Entre los más entusiastas estaba también Nicolás Villar, que ya había intentado asistir a otro entrenamiento sin éxito. “Esta vez vine a ver si me firman. La afición es un 10 de 10”, decía, feliz de haber podido estar allí.

Mateo y Valeria Fernández Costa no se quedaban atrás. “Se notan los resultados con el nuevo entrenador”, comentaban. Ambos coincidían también en su elección para la próxima temporada: “Si tuviéramos que quedarnos con un jugador, sería Cazorla”. Incluso se animaban a soñar en grande: “Nos gustaría traer a Lamine Yamal al Oviedo”.

Entre comentarios, fotos, risas y gritos de aliento, los jugadores del Real Oviedo salieron al final del entrenamiento a saludar a los aficionados. Hubo abrazos, dedicatorias, selfies y firmas en camisetas. Todos querían llevarse un recuerdo.

Pero más allá de los autógrafos, lo que se respiraba en el ambiente era ilusión. La ilusión de volver a Primera División. Esa categoría que el Oviedo no vive desde hace 24 años y con la que todos sueñan para que, por fin, el año que viene se haga realidad. Una ilusión que, pese al frío, la lluvia y el paso del tiempo, sigue encendida como el primer día. Porque soñar con el ascenso no entiende de edades. Solo entiende de corazones que laten en azul.

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