El Oviedo y Calleja, sin acuerdo: el técnico demanda al club por su despido

El entrenador rechaza la oferta de indemnización azul y reclama las dos temporadas de contrato íntegras que había firmado con la entidad

Javier Calleja.

Javier Calleja. / David Cabo

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Oviedo

Javi Calleja llevará al Real Oviedo a los tribunales para intentar cobrar de manera íntegra los dos años de contrato que, entiende, tenía firmados con el conjunto azul y que se cortaron de forma abrupta el pasado 25 de marzo, cuando fue despedido. El club se ha reunido esta semana con los representantes legales del entrenador –y el resto del cuerpo técnico– para tratar de llegar a un acuerdo, ofreciéndole como indemnización el primer año íntegro y cinco meses del segundo, pero el madrileño no acepta la propuesta y el caso, salvo un nuevo acercamiento exitoso, se dirimirá en los tribunales ya que ayer fueron presentadas las cuatro demandas (Calleja, Loro, Romero y Unanua) contra el club por los despidos.

La clave del asunto está en la redacción del contrato firmado el pasado verano. El Oviedo anunció públicamente el fichaje de Calleja para dos temporadas, pero la vinculación incluía una cláusula de desestimiento según la cual cualquiera de las dos partes –club o entrenador– podía romper la relación al final del primer curso abonando una penalización de 50.000 euros.

Aquí, en esta cláusula, es donde radica la diferencia en las posturas. El Oviedo entendía que debía abonar solo una campaña más los 50.000 euros previstos para el desestimiento. El entrenador, sin embargo, defiende que un despido en marzo no puede considerarse incluido en la cláusula y reclama que la vinculación es de dos temporadas.

Para tratar de que la situación no se dilate, el club le ofreció esta semana al cuerpo técnico una compensación más elevada que la que tenía prevista inicialmente, incluyendo el pago de cinco meses del segundo año de contrato. Pero la postura de Calleja y su equipo de trabajo es tajante: quieren percibir los dos años de manera íntegra.

Fuentes jurídicas consultadas por este periódico señalan que la redacción del contrato no es del todo clara, por lo que todo parece indicar que será el juez el que decida si el contrato se podía anular en junio o si, como defiende Calleja, se extendía por dos temporadas.

Además, hay un matiz importante a tener en cuenta. Los contratos firmados el pasado verano incluían recompensas por objetivos, como clasificar al Oviedo al play-off y subir a Primera, además de prever un significativo aumento en el sueldo de los entrenadores en el caso de ascenso. Unas circunstancias que, de cumplirse al final de curso, podrían variar el dinero a percibir por los despidos.

La cantidad que pagará el Oviedo tiene una importancia notable de cara a la planificación deportiva de la próxima temporada, ya que las indemnizaciones por despido tienen como efecto directo la disminución del tope salarial, es decir, del techo máximo de gasto que los clubes emplean para configurar su plantilla. Si finalmente el club se ve obligado a abonar los dos años a Calleja y sus colaboradores supondrá una merma de cara al tope salarial de la temporada que viene, de ahí que el club haya tratado de limitar los daños intentando llegar a un acuerdo antes de ir a juicio, un acercamiento que no ha funcionado.

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