Se calienta la final de Santander: Conatos de peleas, identificados y lluvia de botellas en la previa del duelo ante el Racing

La policía separó a los implicados con celeridad y procedieron a su identificación

La policía separa a un aficiondo del Oviedo

La policía separa a un aficiondo del Oviedo / Miki López

O. O.

La previa del duelo entre el Racing de Santander y el Oviedo fue alegre y amigable. Sin embargo, todo se torció en los últimos instantes, cuando ambas aficiones se encontraron en los alrededores del estadio. Las fuerzas y cuerpos de seguridad tuvieron que intervenir durante el corteo de la afición azul. Mientras los hinchas del Oviedo se acercaban a las inmediaciones del campo cántabro, varios grupos de seguidores de ambos equipos se enfrentaron y se escucharon algunos golpes. No obstante, la Policía actuó con rapidez, separó a los implicados y procedió a su identificación.

Todo comenzó a las 13 horas, cuando la hinchada oviedista inició su desplazamiento desde la zona del Gran Casino de Santander, en el barrio de El Sardinero, rumbo al estadio. La Policía desplegó un dispositivo de seguridad (el partido fue declarado de alto riesgo) para escoltar a los azules durante el trayecto, que duró unos veinte minutos, ya que la distancia no superaba el kilómetro. A las 13.20 horas, el corteo carbayón alcanzó la rotonda de Las Llamas, situada a la salida del túnel que conecta Puerto Chico con El Sardinero y que en otras ocasiones ha sido punto habitual de paso para la afición visitante. Sin embargo, el cambio de localización, motivado por el cierre de los bares en Cañadío, obligó a los oviedistas a tomar otra ruta.

Una vez superado el instituto de la zona, la afición del Racing esperaba en uno de los bares próximos al estadio, custodiada por la Policía. Pero cuando ambos grupos de seguidores coincidieron, comenzaron los cánticos, los insultos y los gestos provocadores. Nada nuevo. Sin embargo, algunos aficionados se salieron del cordón policial para encararse con la afición rival, lo que generó varios momentos de tensión que, por suerte, no fueron a más.

La afición del Oviedo quedó retenida por la Policía a pocos metros de acceder al estadio. En ese momento se lanzaron algunas cervezas, una de las cuales pudo impactar en algún aficionado. El grupo permaneció parado unos diez minutos hasta que finalmente se permitió su entrada al recinto deportivo.

Una vez dentro del estadio no hubo mayores problemas y se vivió un ambiente sano entre aficiones rivales. Destacó el tifo desplegado por la afición santanderina, en el que se representaba a un niño con la camiseta del Racing y semblante feliz, mientras que otros dos, con las camisetas del Oviedo y del Sporting, lloraban. Cada uno de ellos llevaba estampado en el pecho el número de temporadas que su equipo ha estado en Primera División.

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