“Ganar y ganar y volver a ganar”: el Oviedo de Paunovic explicado en 5 frases de Luis Aragonés

Desde el carácter competitivo que ha imprimido al serbio a la excelente gestión del vestuario: así ha cincelado un equipo que parece seguir los consejos del Sabio de Hortaleza

Así fue el primer partido del play-off entre el Almería y el Real Oviedo

Así fue el primer partido del play-off entre el Almería y el Real Oviedo / Miki López / LNE

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Almería

Proclamaba un Sabio, residente en Hortaleza, que el éxito en una Liga radicaba en llegar bien posicionado a las últimas diez jornadas y, a partir de ahí, pegar el acelerón. Dicho y hecho, aunque a la estrategia le faltó poco para abrazar el éxito más rotundo, el del ascenso directo. Recitaba el mismo Sabio que esto del fútbol era un arte sencillo de explicar: “Ganar y ganar y volver a ganar… Ganar y ganar y volver a ganar…”. Veljko Paunovic siempre se ha considerado un hijo futbolístico de Radomir Antic, pero su Oviedo parece seguir al dedillo los consejos de Luis Aragonés.

“Ganar y ganar y volver a ganar...”

La frase más recordada de Aragonés es a la que se agarra el Oviedo en el momento caliente de la temporada. Desde que Manu Molina, centrocampista del Málaga, enchufara una volea en la escuadra de su propia portería en el estreno de Paunovic, el equipo ha ido exponencialmente creciendo en autoestima. Es como si saliera al campo confiando en que, de una manera u otra, las cosas le acabarán sonriendo. Paunovic habla de fe. Hay más razones que lo explican: la forma de competir de este Oviedo es asombrosa. Es como ese equipo balcánico que en cualquier deporte no quieres tener en frente.

Porque sabe agarrarse a los partidos. Puede verse sometido por momentos, se tambalea pero nunca cae a la lona. Aguanta y espera la suya, consciente de que llegará. En Almería sucedió otra vez, cuando ya cuidaba de un empate que consideraba un tesoro. Pero levantó la cabeza, superó el medio del campo y encontró un claro. Una vez sería casualidad. Dos, una rareza. Cuando pasa tantas veces hay que valorar otras explicacioens… El Oviedo de Paunovic hace la danza de la lluvia y siempre cae un chaparrón. No parece coincidencia.

“Suecia nos lo va a poner en japonés”

Aragonés soltó la frase antes de enfrentarse La Roja al combinado nórdico, para expresar la dificultad del reto. En un tono similar aunque con un lenguaje más directo explica ahora Paunovic la situación del Oviedo en la eliminatoria: “Hemos dado un pasito; solo existe el siguiente partido”. En el libro de estilo del serbio no se ha detectado nunca ni un síntoma de euforia a pesar de los resultados. “Nadie tiene permiso para celebrar”, indicó Pauno, semblante serio, cuando el Oviedo dio un golpe de autoridad ganando en Huesca.

Ese carácter adusto, el que muestra a la hora de analizar los partidos, el que sigue dentro de la caseta, se ha trasladado al campo, donde se ve un equipo siempre metido en los partidos, que no es una oda al fútbol más alegre pero que molesta como una piedra en el zapato a cualquier contrario.

“Si no llego a la final con este grupo es que soy un mierda”

La frase la pronunció Aragonés en plena Eurocopa 2008, ante una audiencia en la que estaba Santi Cazorla, entre otros. Sirve para reforzar la idea de la fortaleza del grupo. “Forman ustedes un grupo excepcional”, completó Luis.

Si hay un elemento en el que Paunovic ha sobresalido desde su llegada a Oviedo ha sido en su excelente gestión del grupo. El serbio entró con mensajes a los veteranos (“los cinturones negros”) y fue cuidando el día a día con piezas que eran secundarias. Todos han dado un paso adelante. Calvo y Costas son ejemplos de lo primero, de futbolistas que tras un bache ahora viven su momento más brillante en años. Rahim y Paraschiv son modelos de lo segundo, olvidados en un rincón han emergido con fuerza cuando las cosas se ponen calientes. Paunovic ha aunado el mejor nivel individual de sus futbolistas con la difícil tarea de hacer que todos se sientan importantes, sin excepción.

“Las finales no se juegan, se ganan”

Otra de las sentencias más recordadas del Sabio, un tópico futbolístico que él completó antes de la final de la Euro 2008. “Del subcampeón no se acuerda nadie”, soltó. Es la última frase del de Hortaleza que el Oviedo quiere cumplir a rajatabla. El año pasado, el play-off fue un momento precioso que una mala tarde en Cornellá echó al traste. Esta vez, no se quieren cometer los mismos errores, la historia solo será redonda con el ascenso a Primera. Le quedan 3 finales para cumplir.

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