El Carlos Tartiere, con casi 26.000 aficionados azules en las gradas, entre el "Volveremos" y la taquicardia

Los oviedistas se dejan la garganta en el feudo carbayón en una noche histórica para el Oviedo

Joaquín Alonso

Joaquín Alonso

Oviedo

Tras una de las mayores previas que se recuerda en la historia reciente del oviedismo, la hinchada azul decidió continuar la fiesta en el Tartiere. En total, 25.921 espectadores tiñeron las gradas del feudo carbayón, a pesar de que el club cobró a los socios por acceder al recinto. Dio igual. Nadie se quiso perder una cita tan trascendental como la que estaban a punto de vivir. Nervios, tensión y ganas de volver en poco más de una semana. Todo por los suyos, todo por el Oviedo.

Aficionados azules, ayer, en la grada del Carlos Tartiere.  | LUISMA MURIAS

Aficionados azules, ayer, en la grada del Carlos Tartiere. | LUISMA MURIAS

Faltaba algo más de una hora y las gradas del municipal azul ya lucían a tope como cuando quedan cinco minutos para que comience un duelo liguero. La gente cumplió con lo acordado por el club y accedió con algo de antelación, aunque muchos alargaron la previa y se formaron largas colas a la entrada del estadio. Sin embargo, la seguridad del club aprendió la lección tras los incidentes del derbi ante el Sporting y la mayoría de aficionados estaban dentro cuando en la megafonía sonaba el "Volveremos" de Melendi.

El tifo desplegado por los seguidores del Fondo Norte del Tartiere.  | LUISMA MURIAS

El tifo desplegado por los seguidores del Fondo Norte del Tartiere. / LUISMA MURIAS

El cantante de la capital del Principado no estuvo presente. No pudo, seguramente por temas de agenda. Quién sabe si podrá estar para el partido de la final. Sin embargo, no hizo falta. Todas las gargantas azules que llenaron ayer el estadio azul se dejaron la voz cantando el himno oficioso del artista carbayón. Quién sabe si en semana y poco, el tema de Melendi dejará de tener sentido. Pero de momento, el oviedismo lo vive y lo canta como si fuera un himno religioso. De hecho, la megafonía del estadio decidió bajar el volumen en el estribillo, y los decibelios del campo hicieron reventar los sonotones. Parecía que estaba pasando un caza militar por el cielo azul.

El Carlos Tartiere, entre el "Volveremos" y la taquicardia

El Carlos Tartiere, entre el "Volveremos" y la taquicardia

Tras el "Volveremos", Guti, gaitero mayor del Oviedo, hizo acto de presencia para interpretar con su gaita, desde el centro del campo, el himno oficial del conjunto carbayón. La megafonía hizo lo mismo y bajó el volumen en el estribillo. Otra vez, los tímpanos a punto de reventar con las decenas de miles de oviedistas gritando la arenga azul. Miles de hinchas esperando ver a los suyos avanzar de ronda y poder ponerse más cerca desde un sueño que lleva demorándose veinticinco años, y que en poco tiempo podría cumplirse. Pero para eso, primero hay que pasar por Miranda o por Santander. Queda poco, y el oviedismo lo sabe.

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