El sueño de un niño que podría hacerse realidad: así fue la gran noche de Cazorla en el Oviedo

El jugador, que regresó para devolver al equipo a Primera, mete a los azules en la final del play-off con su gol de falta directa

Cazorla celebra el gol.

Cazorla celebra el gol. / Luisma Murias / LNE

Joaquín Alonso

Joaquín Alonso

Oviedo

El 16 de agosto de 2023, Santi Cazorla regresaba a la que siempre fue su casa, el Real Oviedo. El canterano azul volví a El Requexón tras su marcha al Villarreal en 2003, justo cuando el Oviedo agonizaba en el barro de Tercera. El conjunto castellonense vio algo en él. Tienen mucho ojo ahí en el submarino amarillo, y no se equivocaron. Dos Intertoto, tres Community Shield y dos Eurocopas con la selección española en sus 81 partidos como internacional absoluto después, el Mago volvía a vestirse de azul con una misión: devolver al Oviedo a Primera División y así, cumplir el sueño de un niño que se debía algo a sí mismo.

Estaba llamado a ser importante. Sin embargo, tras su llegada a los 38 años, le costó tomar protagonismo. El llanerense tuvo muy mala suerte durante su brillante carrera. Una lesión que se complicó más de la cuenta estuvo a punto de retirarle del fútbol. Sin embargo, Cazorla tiró de resiliencia y, a base de duro trabajo, consiguió volver a ser ese "8" juguetón que asustaba a los rivales cada vez que tocaba el balón.

Con Carrión no tuvo demasiado espacio. No era titular, pero cada vez que entraba dejaba destellos de una calidad que nunca se pierde. Cada vez que saltaba al césped del Tartiere, la grada coreaba su nombre, y cuando lo hacía a domicilio, a las hinchadas rivales no les quedaba más remedio que levantarse a aplaudir. Estuvo a punto de lograrlo en su primer año, pero un Espanyol con una plantilla de Primera hizo que Cazorla tuviese que esperar una temporada más. En su primera campaña de azul, no pudo sumar ningún gol. Pero fue comenzar el segundo curso y, a pesar de no haber tocado casi balón en toda la pretemporada, empezó a tener cada vez más minutos a las órdenes de Javi Calleja. Y llegó Ferrol.

Cazorla fabricó su primer tanto con el Oviedo en A Malata. Tras aquel disparo se intuía que el llanerense iba a ser un hombre importante. Después de la salida del técnico madrileño y la llegada de Paunovic, el serbio siguió basando su equipo en la figura del doble campeón de Europa. Estaba llamado a ser uno de esos héroes que Paunovic pide cada rueda de prensa, y ayer llegó su momento. Fue en el minuto 48. El Almería ganaba 0-1 en el Tartiere. Cazorla entraba solo y Lázaro le hizo una falta al borde del área. Cazorla sonrío y golpeó. Gol, el cuarto del curso. El resto es historia. El niño de Lugo de Llanera es feliz. Y todavía lo puede ser mucho más.

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