Anduva se atraganta, pero queda el Tartiere: el Oviedo pierde por la mínima en la ida de la final por el ascenso

Los azules, de menos a más, fallaron un penalti a cinco minutos del final y lo dejan todo para el choque de vuelta

Resumen, goles y highlights del Mirandés 1-0 Real Oviedo de la semifinal de playoffs de LaLiga Hypermotion

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Miranda de Ebro (Burgos)

Tocado, pero no hundido. Así sale el Real Oviedo de Anduva tras el primer envite por el ascenso. Salió un partido raro, en el que los azules nunca parecieron cómodos. Tampoco el Mirandés fue un dominador claro. A los de Paunovic les vino el revés muy pronto y desaprovecharon la suya casi al final. La suma de factores arrojan un 1-0 que pone al Mirandés por delante en la eliminatoria y manda a los azules de vuelta con claro sabor amargo, acentuado este por el error de Colombatto, pero queda mucho. Queda el Tartiere, empezando por ahí. Y queda aún ver a un Oviedo mucho más decidido, sin reservas, alejado de la versión conservadora que se vio en Anduva.

Mirandés
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1 0
Real Oviedo
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1-0, min. 3: Reina.

Alineación Mirandés

Raúl Fdez. (3);
Rincón (1), Tomeo (2), Egiluz (2), Parada (1), Benito (1);
Reina (1), Gorrotxategi (2), Lachuer (1);
Panichelli (1), Izeta (1).

CAMBIOS

Roca (1) por Izeta, min. 76.
Tachi (s.c.) por Lachuer, Postigo (s.c.) por Reina y Alonso (s.c.) por Benito, min. 94.

Alineación Real Oviedo

Aarón (2);
Nacho Vidal (1), Luengo (1), Costas (2), Calvo (1), Rahim (1);
Sibo (1), Colombatto (1);
Hassan (2), Paraschiv (1), Chaira (1).

CAMBIOS

Viñas (1) por Paraschiv, min. 68.
Cardero (1) por Chaira, min. 76.
Lucas (1) por Vidal, Alemão (1) por Colombatto y Paulino (1) por Hassan, min. 90.


Galech Apetezguia (comité navarro). Amonestó al local Rincón y a los visitantes Luengo, Vidal, Costas, Alemão, Paulino y Colombatto.

Anduva: 5.409 espectadores, con más de 500 oviedistas en la grada.

Se preveía una final táctica, de escasos movimientos y con los equipos asentándose poco a poco, palpando el terreno. Y lo que se dio de primeras fue un terremoto. A los 3 minutos, gol del Mirandés. La jugada de toda la temporada, servicio de un flanco y golpe desde el otro. Pilló el ataque mal parado al Oviedo, recibió Iker Benito entre ese espacio sin dueño entre carrilero y central diestro (Vidal-Luengo) y centró al área para que, desde segunda línea, Reina irrumpiera y cabeceara abajo. Aarón, algo metido sobre la línea, no pudo repeler hacia fuera.

Anduva explotó para mantener el estado de euforia en el que transita desde el pasado agosto y el Oviedo comprobó de primeras que en una final toca sufrir.

Respuesta al golpe tempranero del Mirandés

Sorprendió el golpe porque Paunovic había armado al equipo con tres centrales y carrileros, en un dibujo bastante simétrico al de su rival en busca, parece, de una pelea uno contra uno. Quizás la falta de experiencia en el sistema se pagó en ese golpetazo inicial. Además del novedoso sistema, con Luengo acompañando a Costas y Calvo, Paraschiv había entrado de nueve. La mala noticia, que unas molestias habían dejado fuera de la lista a Santi Cazorla, reservando al capitán para la vuelta.

Pero antes de pensar en el Tartiere tocaba remar en Anduva. A contracorriente, además. Y lo cierto es que el Oviedo respondió con entereza al bofetón, bien plantado, con juego directo pero ganando muchas segundas jugadas y tratando de asentarse en campo rival. Pudo igualar a los 8 minutos pero Chaira, ya en el área, prefirió devolver a Hassan antes de chutar en posición nítida.

La reacción azul serenó el ambiente. En el campo, porque fuera Anduva era una fiesta. Para el espectador neutral la primera parte no habrá sido gran cosa. Mucho juego directo, disputas y escasas escenas de acción. Evitar peligros como prioridad absoluta de ambos.

Del Mirandés poco se supo tras su gol. La única visita a Aarón fue en una mala entrega entre Hassan y Sibo, que los jabatos usaron como excusa para correr. Reina probó los puños de Aarón, seguros estos. Paunovic sabía que con el 1-0 el equipo avanzaba en el alambre. No se podía permitir el fallo.

Esa sensación pesó en el Oviedo, demasiado conservador en el primer acto. Poco riesgo en la toma de decisiones y, con ello, ni Chaira ni Hassan se vieron surtidos de balones. Un derechazo de Chaira a las nubes dio paso al tramo final con un tibio arreón carbayón. El marroquí falló un cabezazo claro a centro exacto de Hassan, pero el colegiado señaló una falta previa y Paraschiv no llegó a impactar del todo otra acción del galo en la derecha.

El regusto que quedaba al descanso es que el Oviedo había tomado el camino del poco riesgo como entrada en la final y que tenía fe en el plan. Pero el zarpazo del minuto 3 había puesto el sueño un poco más caro. Como el Mirandés no había mostrado gran cosa, bien controlados Panichelli e Izeta, la sensación era que se podía hacer más. La magnitud del premio exigía algo más.

Un paso adelante del Oviedo tras el descanso

Dio un pasito adelante el Oviedo tras el silbido de reanudación, tampoco gran cosa porque el duelo seguía siendo táctico, con demasiadas sujeciones. Colombatto puso un centro raso sin rematador para empezar con otras intenciones el segundo acto en el que los balones solían caer del lado azul. Rahim en un ataque de inspiración probó con la derecha, muy desviado. El siguiente fue Hassan, este de cabeza, a servicio de Rahim.

El Mirandés sacó las garras a continuación para recordar lo poco que necesita para dañar. Izeta recibió en la frontal y sacó un latigazo con cita con la escuadra, pero Aarón repelió de forma magistral en una intervención que puede significar muchas cosas en una semana. Un par de córners encendieron Anduva y Paunovic entendió que había que mover algunas piezas. Entró Viñas que, de primeras robó y probó su cañón, pero rechazó la defensa.

Es como si el Oviedo dudara en los últimos 20 minutos. ¿Ir a por el partido y arriesgarse atrás? ¿O mejor seguir resguardado? Pareció más de lo segundo que de lo primero. Al fin y al cabo, la desventaja no era tan dura. Un cabezazo de Egiluz asustó algo más a los azules.

El jaleo de todo partido así llegó a los 80 minutos. Un rechace le cayó cerca a Hassan que fue sujetado en el intento de penalti. Lo reclamó medio Oviedo pero el colegiado dejó seguir. Tras una tensa espera, el VAR analizó y mandó a Galech Apetezguia al monitor. Calló Anduva a la espera del juicio. Galech decidió: penalti. Colombatto disparó, agarrotado por el momento, Raúl adivinó y la ocasión de oro se esfumó ante la algarabía local.

Fue ese el detalle donde estuvo el partido. Era esa a la que se agarraba Paunovic para cerrar atrás y encontrar el premio. Ahí estaba medio ascenso. En los detalles, como sucede muchas veces. Siguió el Oviedo intentándolo hasta el final, porque el penalti metió al menos algo de miedo en el cuerpo a los locales, que cuidaron su ventaja con mimo.

Pero no dio para más. El choque murió en el campo del Mirandés, con un rival replegado y un Oviedo que solo inquietó en algún centro. Los dos miraban ya desde el penalti al Tartiere, que será una caldera de 30.000 almas en busca de la remontada, que no es tan complicada, solo se trata de ganar por la mínima. Como ha hecho tantas veces el Oviedo de Paunovic.

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