Remontada y ascenso: ¡El Oviedo es de Primera!
Los azules firman una remontada épica y logran el ascenso 24 años después
Cazorla, Chaira y Portillo le dieron la vuelta al tanto de Panichelli
¡Qué sensación! ¡Qué agonía! ¡Qué disfrute en el sufrimiento! El Real Oviedo es de Primera y lo hace con un partido que es un fiel reflejo de lo que le ha sucedido desde que en 2001 perdiera pie y, a partir de entonces, cayera rondando y rodando. Pero siempre se levantó. Porque el Oviedo siempre vuelve. Lo hace ahora, tras un partido que ya forma parte de la historia del Real Oviedo, 120 minutos -y algo más- inolvidables.
Era complicado porque los de Paunovic traían un resultado negativo. Lo fue aún más cuando Panichelli acertó de cabeza para doblar el reto. Un muro para cualquier cosa, la rutina para un club acostumbrado a derribar cada obstáculo que se le puso delante.
En cuanto a los futbolístico, porque habrá quien incluso quiera saber lo que sucedió en el campo, salió el Oviedo enchufado, como mandaba el ambiente, en armonía con el tono emotivo de la previa. Pero tampoco salió nada mal el Mirandés, que incluso se hizo con el mando en los dos primeros minutos. Pero los azules no tardaron en hacerse con la pelota, y su rival en replegar. El guion era el de los partidos importantes. Un córner a los 5 minutos celebrado casi como un gol. Una tangana a los 8. Lo que nadie esperaba era un bofetón a los 16.
Perdió Colombatto un balón de los que nunca se pueden extraviar. Porque ahí, en el medio, y en estas circunstancias, ante este rival, es un acto de riesgo. Lo cierto es que el Mirandés montó una contra perfecta: llevó el balón raudo a Benito, que profundizó, avanzó hacia dentro y la puso para que Panichelli amargara el inicio de la final.

EN IMÁGENES: Así se vivió en el Carlos Tartiere la noche del ascenso del Oviedo a Primera División 24 años después /
Pasó entonces el Oviedo por un periodo de dudas, aturdido, golpeado aunque aún en pie. El Mirandés, jugosa renta, replegó un poco más y los azules trataron de crecer con la posesión. Y con su mayor valor, Santi Cazorla.
Sacó la brújula del bolsillo, la limpió con un trapo y empezó a mandar. Balón aquí en corto. Allá en largo. Apoyo en un lado y otro. No llegaban grandes ocasiones, salvo una combinación de Viñas con Colombatto sin rematador final, pero todo sucedió cerca del área jabata.
Ya se llevaban varios córners peligrosos cuando salió un afortunado rebote. Tocó de cabeza Costas y Reina interceptó con el brazo despegado. Penalti. Allí fue Santi Cazorla, para batir al gigante Raúl con sangre fría desde los once metros. Otra vez Santi. Es eterno.
El partido entró en un estado de ebullición instantáneo. Aarón despejó una falta maliciosa de Izeta y el Oviedo montó una contra a la que solo le falló el centro de Chaira. Con los dos tratando de sacudirse, fuera las correas, se llegó al descanso. La sensación en el bando azul era que se habían librado de una buena a pesar de que el ascenso seguía siendo rojillo.
Las sensaciones no tardaron en traducirse en certezas. Hassan escapó de la jaula ideada por Lisci para llegar en moto a la frontal. Ahí, el caos. Un rebote, un hombre caído, un centro, y balón a Chaira, pulsaciones de levantarse de la siesta, para controlar y batir a Raúl. El 2-1 abría un nuevo partido.

Nervios y locura desatada con cada gol: así se vivió la final del play-off en la plaza de Pedro Miñor de Oviedo / Mario Canteli / LNE
Izeta no tardó en subrayar que el Mirandés seguía vivo. Vivísimo. Su remate se fue alto. Al Oviedo le costó gestionar la situación, con muchas pérdidas evitables, la mayoría por precipitación. Era como si estuviera defendiendo una renta en el 90. Pero con media hora (más prórroga) por delante.
Intuyó Paunovic que escaseaba la energía y movió las piezas. Alemão y De la Hoz, al verde. Viñas y, la mala noticia de esto, Cazorla, fuera. Había que sobrevivir sin el Mago.
Aarón puso una mano milagrosa a los 80 para rechazar el remate de Panichelli. Paunovic metió más oxígeno con Luengo y los tres centrales. También con Portillo para serenar los ánimos. A los 84, la tuvo Alemão, pero su definición se fue arriba tras un gran recorte. El Oviedo había igualado la balanza con los cambios, pero el partido se jugaba en el alambre.
El choque se fue a la prórroga sin saber muy bien por dónde podía ir la cosa.

María Rendueles
Empezó con dominio del Mirandés, resistiendo el Oviedo. Siguió con posesión de los azules para respirar. Y otra ocasión magnífica de Alemão, que rechazó Raúl con las piernas. Y llegó el estallido.
Llevaba un par de acciones rondando el área el Oviedo, con ese elemento inexplicable llamado Lucas. La cosa es que le cayó el balón a Portillo, que no es Cazorla pero es lo más parecido que se puede encontrar en Segunda, y el tipo clavó un derechazo a la escuadra imposible para Raúl. Se le caen los ascensos a Portillo, por cierto.
La segunda mitad de la prórroga fue de dominio jabato y resistencia astur. Con el Tartiere encendido como nunca. Solo le faltó despejar algún balón de cabeza.
Señaló el final Sespa Espinosa y la grada se inundó de abrazos y lágrimas. Era la noticia más esperada por la afición más ejemplar que se pueda encontrar. Un premio merecido. Una alegría inmensa. Permítanme repetirlo otra vez: ¡El Oviedo es de Primera!
Suscríbete para seguir leyendo
- El metal asturiano no encuentra trabajadores: los motivos por los que la mitad de las empresas del sector tiene empleos sin cubrir
- Fallece José Antonio Castillo, 'Toni', mítico hostelero y antiguo dueño de la cafetería Tenampa de Gijón
- El Oviedo, a punto de cerrar un delantero de la Liga española
- Susto en la autovía del Cantábrico: dos caballos invaden la carretera a la altura de Llanes
- El Boombastic arranca motores en Llanera con orbayu, buen ambiente y mucha música: Bad Gyal, Lit Killah y Trueno en el estreno del festival
- Francisco de la Torre, inspector de Hacienda, coautor de 'La factura del cupo catalán': 'Madrid sería la más beneficiada por la financiación singular
- Incidente entre el párroco de Villaviciosa y una influencer en una iglesia: 'Me ha pegado un cura, será que soy muy mala persona
- La singular (y poco cívica) iniciativa con la que se pretende protestar contra un nuevo límite de velocidad en la 'Y