Un baño de futuros abonados

Jóvenes aficionados sueñan con convertirse en socios la próxima temporada para ver a sus ídolos en el Tartiere en la máxima categoría n"Iré con mi abuelo, porque mi padre es del Sporting", planea una niña

Un grupo de niños y sus familiares exhiben banderas y bufandas del Oviedo durante la celebración del ascenso. | LNE

Un grupo de niños y sus familiares exhiben banderas y bufandas del Oviedo durante la celebración del ascenso. | LNE

Oviedo

No todos los días se vive un ascenso a Primera División. Es un momento extraordinario que ayer la plantilla del equipo ovetense celebró sobre una ola de aficionados. Nadie se lo quiso perder. Maite Nava está recién operada y no dudo en echarse a la calle equipada con muletas, y también con silla de ruedas por si acaso, para festejar con su equipo. "El partido me lo perdí con mucho dolor, lo tuve que ver desde casa, pero hoy no lo pensé. Tenía que estar aquí", afirmó contundente. Lo hizo acompañada de Alberto y Nuria Puente. Los tres son asociados del equipo carbayón. "El partido fue impresionante, sufrimos hasta el final. Ahora toca celebrar", indicaron.

También Laura Alvarado, una joven con discapacidad, acudió con su silla de ruedas a la primera fila de la calle Real Oviedo. Acompañada de sus padres, Marta Fernández y Antonio Alvarado, y de Encarnita Fernández, se emocionó al paso del autobús. "El ascenso es tremendo. Yo soy oviedista desde pequeño porque en mi familia ya lo eran, y yo las arrastré a ellas", comentó Antonio Alvarado, antes de gritar: "Al final se consiguió".

Casi al término del recorrido, en el entorno del parque San Francisco, un grupo de amigos intercambiaba impresiones sobre el desfile. "Los vimos muy de cerca", comentaron con los ojos cargados de ilusión. Los aficionados en cuestión eran Lucía Méndez, Sofía Fernández, Blanca Migoya, Alicia Fernández, Covadonga García, Isabella Espías, Nico Fernández, Pedro Menéndez y Sara Castañón. Son alumnos del colegio San Ignacio de entre 7 y 9 años que ayer disfrutaron lo más grande.

Todos reconocieron ser del Oviedo desde la cuna, aunque todos también coincidieron es en que no son abonados del Tartiere, todavía. "El año que viene me haré socia", aseguró una de las pequeñas. Sus amigos respondieron a coro: "Yo también". "Iré con mi abuelo, porque mi padre es del Sporting, mala suerte", sentenció Sofía Fernández. Ella tiene claro que es de un Oviedo que pasará de darse un baño de masas a un baño de abonados tras el ascenso.

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