Muchos kilómetros, una pasión: los oviedistas que viven fuera volvieron a casa para estar con su equipo

Aficionados oviedistas que viven fuera de Asturias regresaron a casa para sentir los colores y el ascenso en el calor del hogar: "Llegaré a Madrid a las tres de la mañana y me levanto a las siete para ir a trabajar"

Hinchas del Oviedo, ayer, en el Antiguo, esperando a los jugadores.  | MIKI LÓPEZ

Hinchas del Oviedo, ayer, en el Antiguo, esperando a los jugadores. | MIKI LÓPEZ

María Rendueles

María Rendueles

Oviedo

Entre tanto ovetense y asturiano Paloma Teixidó se mimetiza con el ambiente como una más. Es valenciana, pero hace tiempo que su corazón tiene acento asturiano. Su pareja, Juan Frutos, es oviedista de cuna, y juntos viven cada jornada como si fuera una final. Vinieron desde Madrid, donde viven, para ver el partido, aunque separados. "Mi abono está en otra grada y la entrada de Paloma era en otra", explicaba él, "Paloma vio el partido con su hermana, que casualmente está con mi hermano", comentaba entre risas. "Llevo cinco años viajando cada fin de semana por España, y no sabía que la afición del Real Oviedo era tan grande. Me emociona mucho formar parte de esto", comentaba la valenciana, a la vez que su pareja decía que "es más del Oviedo que del Valencia o del Levante"

Aficionados durante la celebración en el Ayuntamiento. | MARIO CANTELI

Aficionados durante la celebración en el Ayuntamiento. | MARIO CANTELI

Para otros, el ascenso ha sido la excusa perfecta para volver a casa. Es el caso de Álex García, militar destinado en San Sebastián. "Tenía claro que si ascendíamos, volvía. Y aquí estoy". Recuerda el ascenso a Segunda B como uno de los momentos más emotivos de su vida. "Los niños pequeños no se dan cuenta todavía, pero esto no se olvida nunca", decía orgulloso. Su padre le hizo socio siendo niño, y eso lo considera uno de los mayores regalos que ha recibido. "Podía haberme hecho de cualquier otro equipo, pero me hizo del Oviedo. Y se lo agradeceré siempre".

Paloma Teixidó y Juan Frutos en la Plaza Porlier.

Paloma Teixidó y Juan Frutos en la Plaza Porlier.

Y como en toda historia de ascensos, también hay quien no pudo estar. Héctor González tuvo que elegir entre el fútbol y una promesa: "Mi novia me regaló un viaje por mi cumpleaños hace meses, y lo tenía reservado para este finde. No me lo podía imaginar…". Lo vivió desde lejos, pero ayer por la mañana se subió a un tren y llegó a Oviedo para no perderse la fiesta. "Todo lo que no viví el sábado lo viví hoy (por ayer) por dos", decía.

Aficionados animando el paso de los jugadores en el autobús

Aficionados animando el paso de los jugadores en el autobús

Había quien esperaba que saliera Melendi para poner el broche final pero, aunque no apareció, nadie se sintió decepcionado. La emoción estaba en el aire. Félix Pérez, con una mochila al hombro, contaba que en cuanto acabara tenía que volver a Madrid. "Llegaré a las tres de la mañana y me levanto a las siete para ir a trabajar. Pero merece la pena. Esto no pasa todos los días". Candela Jiménez viajó desde Galicia para sumarse al festejo. "Llevo todo el fin de semana con una adrenalina en el cuerpo que no sé cómo voy a trabajar esta semana. Pero no me importa. Lo volvería a hacer".

Entre la multitud, Natalia Heres caminaba de la mano de su hijo Jorge, de seis años. Iba con la camiseta azul, la cara pintada y los ojos brillantes de tanto estímulo. "A ver quién le duerme hoy", decía su madre, resignada pero feliz. Porque cuando un niño crece sabiendo que su equipo ha vuelto, no hay noche larga que pese.

Y ahora, a seguir soñando, y viajando.

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