“Si no sabemos vivir todos juntos como hermanos, pereceremos todos juntos como idiotas”

M. L. King

En el año 2019 el recién elegido alcalde de Santiago de Compostela actuaba como delegado regio en la ofrenda al Apóstol. Atrás quedaban cuatro años en los que “Martiño” había renunciado a participar en los actos en virtud de la aconfesionalidad del estado entendida como “anti-confesionalidad” y no como “sana” colaboración entre instituciones.

Cuando se escucha la ofrenda de Sánchez Bugayo uno queda gratamente sorprendido y sobre todo esperanzado: “Te pido (Señor Santiago) que ilumines a nuestros representantes políticos para que prevalezca el interés general y el bien común sobre los intereses particulares y partidistas”.

España “es el mejor marco para avanzar en la igualdad, la democracia y el progreso de los pueblos que la componen” y imploró la ayuda del apóstol Santiago para “encontrar el camino que nos permita superar la actual situación”.

El delegado regio hizo un llamamiento a trabajar para avanzar en una sociedad igualitaria y afirmó que la ciudad de Santiago es la muestra de que la diversidad cultural y religiosa no está reñida con la convivencia, como tampoco lo está la tradición con la modernidad. Somos una ciudad cosmopolita, universal, pero a la vez apegada a sus tradiciones, que respetamos y veneramos. Santiago no sería lo que es sin su Iglesia.

En esa misma línea “respondía” el arzobispo de en su homilía: intercede por nuestros gobernantes para que sepan encontrar, en dialogo sereno y respetuoso con la verdad, soluciones a los problemas políticos, sociales y culturales y recordó a los refugiados, los excluidos, los migrantes forzosos, los pobres, las víctimas inocentes de tanta violencia sin sentido, que día a día nos conmueven.

Hoy, dos años más tarde, no pocos, echan de menos aquel viejo ideal atribuido a Voltaire de no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.

A veces pienso recordando al citado Luther King que he tenido un sueño, pero no, lo han dicho el alcalde y el arzobispo de Santiago en 2019, ¿seremos “peores” en el 2021?