Las redes sociales han revolucionado las relaciones personales, el ocio y el modo de interacción con el entorno. Para las empresas, la óptima gestión de estas plataformas es clave para transmitir transparencia y confianza, así como para crear una imagen de marca que potencie su responsabilidad social.

La irrupción en el ecosistema digital de las redes sociales y de la denominada web 2.0. ha cambiado profundamente la comunicación. Plataformas como LinkedIn, Facebook, Twitter o YouTube actúan sobre la economía y los negocios, y son un canal cada vez más importante para el intercambio de información sobre las iniciativas empresariales responsables y la opinión de sus grupos de interés. Si el objetivo es crear una comunidad virtual, las organizaciones deben involucrarse con los públicos que usan estos canales, siguiendo sus normas y códigos de comunicación y ofreciéndoles contenidos de interés que atiendan a sus demandas económicas, sociales y medioambientales.

Las redes sociales han empezado a desempeñar un papel vital en la forma en que las compañías presentan en sociedad sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa como elemento de innovación para aportar valor. Son la parte visible de la contribución empresarial al desarrollo sostenible, y su correcta gestión se ha convertido en un factor de competitividad, además de otorgar una ventaja diferenciadora que es percibida por el consumidor como determinante en su elección de compra o de servicio. Entre los riesgos está el saber comunicar sin caer en el autobombo y ser consciente de que un error en redes puede traducirse en una crisis de reputación con consecuencias económicas.

El papel del internauta

Los internautas son hoy mucho más que simples receptores de información. Entre otros roles generados en el mundo digital, se han convertido en generadores de contenido, líderes de opinión, consumidores expertos y en exploradores constantes de información. En este nuevo escenario global, las plataformas aportan beneficios: posibilitan el conocimiento en tiempo real las opiniones de los grupos de interés (clientes, proveedores, empleados...) para interactuar directamente con ellos, así como obtener datos vitales sobre la empresa, comunicar acciones y fomentar la transparencia o establecer canales bidireccionales e informaciones transversales, tanto a nivel general como con una persona o entidad en particular.

Por otro lado, permiten gestionar la imagen, crear nuevos contactos y clientes, construir relaciones de cercanía y conocer el mercado y a los competidores. En esta línea, facilitan la creación de foros y grupos de opinión sobre temas concretos y pueden ser una importante palanca para impulsar la gestión de riesgos o impactos negativos que genere la compañía por su actividad o por su falta de diligencia (daños al medio ambiente o a la salud, vulneraciones laborales o corrupción), así como ser una herramienta para sondear negocios y abrir vías de relación con grupos de interés en el entorno digital.

Entre las ventajas de actuar en el contexto digital destacan la repercusión mediática a un bajo coste, con un efecto target que posibilita realizar el acompañamiento del público al que se destina la información. Al mismo tiempo, tiene una consecuencia viral que facilita la rápida divulgación del producto, mejora la comunicación con el cliente e implica una interacción instantánea que permite detectar alertas sobre posibles problemas con productos o servicios.

El diálogo entre usuarios y organizaciones es la base para conseguir un sentimiento de comunidad y para poder generar un clima de confianza que son claves en cualquier tipo de transacción. La información puede ser examinada por el gran público, independientemente del sector en que se actúe. Ante esta realidad, cerca del 90% de las empresas españolas utiliza las redes con fines de negocio, y entre sus objetivos figura el mejorar la imagen de la marca, ganar notoriedad o promocionar productos y servicios. Cuando los consumidores son tratados como ciudadanos pueden contribuir a difundir el mensaje de la compañía, opinar sobre el estilo de un nuevo producto y ayudar a mejorar un servicio o a crear una marca.