Este es el pecado de Salas en Semana Santa (con base de pura mantequilla)

Los vecinos siguen elaborando por estas fechas el dulce típico, con ingredientes naturales y forma “de coleta”

Imagen de archivo de los populares panes.

Imagen de archivo de los populares panes. / R. Á. R.

Ángela Rodríguez

Algunos le llaman “Bollas de Pascua” y otros “Bollos de Pascua”. No faltan los que piden “una coleta dulce” o directamente “pan dulce”. Pero sobre todo, no faltan los que sucumben al pecado más popular de la Semana Santa de Salas. Elaborado con mantequilla, huevos, azúcar y harina, entre otros ingredientes 100% naturales, los espectaculares panes trenzados de Salas siguen siendo tradición en esta época, no solamente para vecinos sino también para los visitantes.

 “En Tineo le llaman Rosquilla de Pascua, y se solían intercambiar entre las familias. Aquí también se la conoce como la coleta de mantequilla. La verdad es que tenemos muchos encargos durante el año, así que mantenemos algunas fechas, además de Semana Santa, en que la seguimos haciendo”, explica Ana Menéndez, propietaria de la Repostería Casino de Cornellana.

Los panes del Casino.

Los panes del Casino. / R. Á. R.

 En una mañana de tarea, sin que dejen de salir creaciones dulces del obrador, explica que la tradición de las coletas de Pascua “sigue en pie en la zona”. “Ayer mismo una señora estuvo esperando para llevarse doce recién salidas del horno. Para regalar a sus familiares”, asegura. Con una elaboración laboriosa, muchos vecinos optan por acudir a los profesionales, que aún conservan las recetas originales.

 Ese es también el caso de la familia tras el obrador de Salas ‘Los Carajitos del Profesor’, que, eso sí, solo hacen el pan dulce en Semana Santa. “Hacemos las cosas a su tiempo. En su temporada. Con los bollos de Pascua empezamos la semana pasada ya, los haremos toda esta semana y el lunes de la próxima según los encargos”, explica Carmen de Aspe, de la saga de los Carajitos del Profesor.

 “Aprendí la receta de mi madre y hago la tradicional. Es laboriosa, la verdad. Es una masa que tiene que fermentar y luego hay que elaborar los panes y que vuelvan a fermentar individualmente. Hay que templar la leche y luego añadir la mantequilla que se va derritiendo con la leche templada… añadir también el azúcar…”, relata de Aspe, sobre el popular dulce “sin ningún tipo de edulcorante artificial”.