"Cuanto más te escuches y te respetes, mejor salud tendrás", señala la terapeuta ayurveda Elisabet Díez

Elisabet Díez es terapeuta ayurveda, profesora de yoga y pilates y especialista en ginecología, mujer y suelo pélvico. Catalana de nacimiento, lleva tres años en Asturias, dos de ellos residiendo en Salas, y tiene por delante el reto de ayudar a las personas a autoconocer su cuerpo para mejorar su salud. El pasado viernes impartió un taller en la capital salense para celebrar el día de la Mujer Rural.

La medicina ayurvédica nació en la India y tiene una visión integral del cuerpo y la mente. No solo trata las dolencias, sino que plantea un cambio en los hábitos de vida para lograr mejorar la salud. Con este hilo conductor, Eli, como la conocen en la zona, comenzó a impartir talleres de yoga y pilates en Grado. Confiesa que al principio le costó encontrar su público, pero, "una vez que la gente ve que mejora, confía en ti", y ahora tiene las clases llenas. "La gente está empezando a darse cuenta de que es importante cuidarse", sostiene.

"Me resultó difícil empezar, pero lo que hice fue adaptar el conocimiento de la medicina ayurveda para acercarlo a la gente. Quiero concienciar y empoderar a las mujeres, que se acerquen a la percepción de su cuerpo, sentirlo, respirarlo y relajarlo para soltar toda la tensión", precisa, convencida de que el autoconocimiento es clave para sentirse mejor. "Cuanto más te escuches y te respetes, mejor salud tendrás", añade.

Aunque la mujer es la principal usuaria de sus clases de yoga, pilates y suelo pélvico, también quiere hacer hincapié en el público masculino. "El suelo pélvico es tan importante en hombres como en mujeres. Hay que soltar ese tabú", explica. Muchas de las dolencias de próstata y problemas urinarios con los que algunos hombres se encuentran en la mediana edad se deben a una debilidad en el suelo pélvico. "Es muy importante que los hombres se den cuenta de esto y que sepan que lo fundamental es la prevención", cuenta.

Su viaje a Asturias comenzó en 2014, cuando decidió marcharse de Estados Unidos donde residía entonces y descubrir el Norte de la región. Un proyecto la trajo a Salas y allí conoció a su pareja. Se volvieron a marchar, pero, hace tres años, decidieron establecerse en el lugar donde habían sido felices. Ahora Salas es su hogar y Díez compagina sus talleres presenciales en Grado (espera poder dar alguno en Salas en un futuro) con sesiones online y viajes a Barcelona, donde aún tiene clientes.