Cuando era niña, la salense Beatriz Menéndez soñaba con convertirse en maestra y música los fines de semana ( y lo logró)

"Empecé a tocar el acordeón con 6 años, es mi vida", relata esta mujer que compagina la docencia con el trabajo en el dúo Nueva Onda

Luis Ángel Barrios y Beatriz Menéndez en una imagen promocional.

Luis Ángel Barrios y Beatriz Menéndez en una imagen promocional. / Nueva Onda

Salas

Beatriz Menéndez tiene 36 años y desde los seis toca el acordeón. Siempre sintió adoración por el instrumento y recuerda que de niña la fascinaba ver a su tío amenizando con él las reuniones familiares. Desde muy pequeña lo tuvo claro: "Siempre decía que quería ser maestra y música los fines de semana". Esta salense cumplió su sueño y ahora estira el tiempo para compatibilizarlo todo.

Junto al cantante Luis Ángel Barrios tiene el dúo "Nueva Onda", da clases de acordeón en la Academia Ovetense de Acordeón y clases particulares para niños de Primaria en su propia academia de Salas. Además, forma parte de la Banda de Pravia donde "hacemos algunos espectáculos maravillosos con grandes artistas".

Una imagen promocional del dúo Nueva Onda.

Una imagen promocional del dúo Nueva Onda. / Nueva Onda

Menéndez no solo se formó en acordeón, sino que estudió piano y clarinete en la Escuela de Música de Salas. Hizo el grado profesional de clarinete en el Conservatorio de Música de Oviedo y, también en la capital asturiana, estudió Magisterio por la especialidad de Primaria y Música, además de Historia y Ciencias de la Música.

A los 17 años le propusieron entrar como teclista en la desaparecida orquesta Nueva Onda. Cuando la orquesta, con sede en Pravia, se deshizo, ella continuó junto al solista, con el que trabaja desde hace casi dos décadas. Se quedaron el nombre "Nueva Onda" y formaron un dúo que realiza una media de doscientas actuaciones al año. "Hacemos música para bailar: cumbias, pasodobles, merengues...", cuenta. El dúo actúa mayoritariamente en Asturias, aunque está especialmente solicitado en el entorno de Salas y Gijón, de donde procede su compañero.

"La música es mi vida", cuenta Menéndez, que hace encaje de bolillos para sacar el tiempo suficiente para todas sus ocupaciones. "Desde pequeña compatibilicé la música con mis estudios, así que aprendí a organizarme. Tener tantas responsabilidades te ayuda a tener rutinas y a sacar tiempo para todo", señala.

Considera que el acordeón vive "un auge increíble" y son muchos los niños que están aprendiendo a tocarlo. "Es uno de los instrumentos más completos que existe", añade convencida de que la enseñanza musical es muy positiva para la formación de los más pequeños.

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