Así cuenta una profesora de Salas su desencanto en las aulas: "Nos llaman peseteros y privilegiados, pero no saben a lo que nos enfrentamos día a día"
"Cuando llegas al instituto con toda tu ilusión después de superar una oposición es cuando caes del guindo: instalaciones que se caen de viejas, clases llenas de alumnado muy diverso, montañas de papeles...", relata la docente

Amor Domínguez / Mario Canteli
Noelia Menéndez es profesora de Economía en el Instituto de Enseñanza Secundaria Arzobispo Valdés Salas y ha querido escribir estas líneas con motivo del conflicto educativo que se vive en Asturias
Cuando uno se plantea ser docente (en mi caso casi desde que tengo uso de razón), comienza un camino precioso, aunque cargado de baches y de sinsabores.
Estos días, con la atención mediática debida a la huelga que mantenemos, se ha hecho palpable el apoyo de algunos sectores y el sentimiento de otras partes de la población que sin cesar, en medios de comunicación y RRSS, no deja de llamarnos peseteros, privilegiados y muchas otras cosas que no voy a reproducir. Y por ello creo que un poco de pedagogía y explicación de esta profesión, no viene mal.
Sin entrar a valorar la necesidad de estudios superiores, máster o másteres para entrar en ella y luego conseguir puntos a través cursos, etc. que se han de realizar previamente (con un coste alto de oportunidad por las horas de trabajo perdidas y otro económico por lo tremendamente caro que sale realizar algunas de estas formaciones), el camino de un docente podríamos decir que empieza generalmente con la oposición.
Una oposición no es un examen al que presentarse después de estudiar unas horas o unos días, aprobar y ya. Una oposición requiere de un montón de meses preparando un temario de muchos temas de los que se tiene un título y nada más, que requieren previo al estudio una búsqueda de información, una selección del material que cada uno considera más interesante, una redacción adecuada y entretenida que te haga sobresalir entre los demás... Sin acabar aquí, simultáneamente has de preparar una parte práctica con problemas, supuestos, análisis, preguntas abiertas, cerradas, identificación de imágenes, textos, comentarios y un sinfín de posibilidades que hacen imposible llevar una certeza de que se va a poder defender dignamente esa prueba.
¿Todo eso? Pues aún hay más. Al mismo tiempo, hay que preparar una programación didáctica, que básicamente es, entre otras cosas, redactar un documento que explique la metodología que vas a usar en clase, qué unidades vas a impartir y cuándo, cómo vas a evaluar a tu alumnado, qué medidas de atención a la diversidad vas a aplicar, cómo vas a evaluar tu propia programación, etc. Y por supuesto tener bien preparados los materiales, actividades, recursos, situaciones de aprendizaje y más, de cada unidad que llevas en tu programación porque tocará defender una extraída al azar (de entre tres).
Si aún no parece suficiente preparar todos estos materiales, estudiarlos y hacerlos tuyos, aún a mayores hay que lidiar con una presión tremenda esos días... Largas esperas hasta entrar en las aulas, condiciones de temperatura a veces difíciles (fruto también de lo obsoletos que están nuestros centros educativos, con ventanas que se caen, fachadas en mal estado y techos que no resisten un mínimo examen de eficiencia térmica y energética), tensión por no saltarte ningún paso entre todas las formalidades que requieren estas pruebas y que te pueden dejar fuera del proceso, etc.
Has terminado, con no poco sufrimiento, tus exámenes de oposición... Ahora llega la larga e interminable espera para saber la nota...
Pero no os aceleréis, que incluso un 10 (prácticamente imposible de obtener en muchas especialidades) te deja fuera de la carrera por una plaza, porque si no tienes suficientes méritos (solo podrás tener otro 10 en méritos con experiencia laboral), tendrás que conformarte con entrar en un listado de interinos.
Después de la oposición
Bueno, ya eres interino... (casi todos los funcionarios de carrera hemos pasado por algún año de interinidad). ¡¡Qué bien!! Tienes dos meses de vacaciones... Aquí habría que ir a cada caso porque si no has acumulado suficientes días de interinidad, en verano no estás de vacaciones, estás al paro, con prestación o no. Pero tampoco los y las que tienen pagado el verano están dos meses de campo y playa... Que cuando acaban de opositar, conocen sus notas, ven su posición en listas, realizan las peticiones en algunos casos ordenando cientos de plazas por preferencia de cercanía, materia, etc. ya casi ha pasado julio y luego, a partir del 25 de agosto empieza lo fuerte...
Enterarte dos o tres días antes (algunos años directamente el día antes) de a dónde te han destinado... En algunos casos hacer la maleta e ir buscando piso, habitación o similar porque la plaza está en la otra punta de Asturias (o fuera de Asturias) en otros renunciar a irse lejos por circunstancias personales o familiares y tener que conformarte con trabajar a media jornada, en plazas itinerantes (usando tus medios para trasladarte) o con horarios partidos y extenuantes (he conocido gente con horarios a primeras horas de la mañana y últimas del horario vespertino).
Cuando empiezas a dar clases
Cuando llegas al instituto (cole, cra, cifp,...) con toda tu ilusión, ganas de trabajar y motivación por las nubes, es cuando caes del guindo. Tú estabas en esto porque querías formar, enseñar, ayudar a los chavales y las chavalas a madurar, a aprender, a labrarse poco a poco su propio camino. Y lo haces a duras penas en instalaciones que a veces se caen de viejas, en condiciones de temperatura que no pasan una ley de prevención de riesgos, con clases llenas de alumnado muy diverso al que tienes que atender sin apoyos y que aprende a ritmos muy diferentes.
Tienes que preparar material distinto, exámenes diferentes, actividades de mil tipos y un largo etcétera para poder darles esa formación que soñabas. Pero no acaba aquí tu trabajo ¡¡no!! Porque te encuentras con montañas de documentos justificativos de todo... PIRE para un alumno que pasa de curso pero repite tu materia, adaptaciones para aquel alumnado al que haya que hacérselas, dosieres de actividades para los que suspenden materias, memorias justificativas de todo lo que has hecho, resúmenes estadísticos de los resultados obtenidos, actas de departamento si eres jefe del mismo, gestión de faltas a través de sauce (un programa que no se puede definir porque parece hecho en MSDOS), partes de primera hora, justificación de faltas si eres tutor o tutora, reuniones con familias de las que hay que levantar otro acta, documentos de apercibimientos si has de "castigar" por transgredir las normas del centro a algún alumno o alumna...Vamos, que es cansado solo nombrarlos todos.
Por eso que cuando dicen que "solo" trabajamos 20 horas... Pues no. En teoría nuestro horario está hecho para dedicar 37,5 horas semanales, pero puedo asegurar que cualquiera de nosotros con un mínimo de vocación e interés por la educación pública, dedica unas cuantas más.
Una vez obtenida la ansiada plaza, toca lidiar con todos esos problemas apuntados antes y con la posibilidad de ser tribunal una vez cada dos años (ya no hay dos meses de vacaciones otra vez). No sé si a alguien se le ocurre lo duro que puede ser para alguien decidir sobre el futuro laboral de compañeros y compañeras. Me parece tremendo y cualquier persona con una pizca de responsabilidad y empatía se dará cuenta de lo que es esto. Imaginaos poniendo notas a vuestros compañeros de trabajo y que de ello dependiese su continuidad o no en la empresa...
Con la plaza fija
Pero además los funcionarios con plaza fija (aunque a veces los interinos también se ocupan de estas cosas) suelen hacerse cargo de organizar actividades complementarias y extraescolares a través del DACE, gestionar la web del centro, la biblioteca, la revista, la sección bilingüe (ahora haBLE)... Y ya no digo nada si acabas (voluntariamente o nombrado por el SIE) siendo equipo directivo. Realizar horarios, contabilidad del centro, gestión de facturas, documentación con hacienda, todos los documentos de centro (PECs, NOFs y otros mil más con nombres y siglas imposibles), convocatorias de claustros, CCPs, consejos escolares, actas, gestión de absentismo de alumnado y profesorado, y un largo etcétera de tareas. Sin olvidar el trabajo de orientadores, PT, AL, etc. que tienen que cargar con otras mil historias de documentación a la vez que atienden a todo el alumnado en sus problemas diarios.
Con esto yo no quiero decir que otras profesiones sean fáciles, no lo son (y lo sé porque mi vida laboral es extensa y en muchos tipos de sectores). Pero nosotros tampoco lo tenemos tan fácil como algunos piensan. La responsabilidad es enorme, trabajamos a veces 24 horas al día en viajes y excursiones atendiendo a criaturas que no son nuestras, les enseñamos mundo, valores. No nos quedamos en formar académicamente, sino que tratamos de hacerlo integralmente. Les animamos, motivamos y orientamos porque creemos en lo que hacemos y nos encanta. Pero a veces es duro sentirse tan cuestionados por una sociedad que, en muchos casos, no sabe a lo que nos enfrentamos día a día.
Por eso y por muchas más cosas luchamos. Porque queremos vivir mejor... como cualquiera ¿no? Pero principalmente porque queremos ver a nuestro alumnado realmente contento, ver cómo se desarrollan, cómo se convierten en adultos funcionales y van cumpliendo sus sueños. Porque sí, además de seguirles en la etapa educativa que nos toca, muchos seguimos su desarrollo una vez en la siguiente etapa. Porque también les llegamos a querer.
Así que, en estos tiempos de crítica (no constructiva muchas veces) en la que es fácil hundir desde el otro lado del ordenador... Pensemos antes de hablar, reflexionemos antes de escribir y sobre todo, informémonos antes de atacar.
(Este texto ha sido revisado por Pilar Huerta)
- El sintecho del aeropuerto de Barajas contratado por un empresario asturiano duró tres días en el trabajo: 'No era lo mío. Era muy duro
- Ni la arena ni las medusas... esto es lo que más preocupa a los bañistas de la playa de San Lorenzo en Gijón: 'No se puede tener así la joya de la corona
- Atrapada en una excedencia: una vecina de Mieres no puede volver a trabajar porque se le niega el acceso de su bebé a la escuelina
- Un oasis de paz y parrillas para los domingos: esta es la área recreativa que triunfa en la comarca de Avilés
- El Oviedo ya ficha para Primera: El extremo francés Brandon Domingues refuerzo para el ataque
- Las abejas invaden un establecimiento hostelero de Oviedo y el dueño se lo toma con humor: 'somos tan dulces que entraron a vernos
- Con cuellos, azul y el escudo con detalles dorados: así será la nueva camiseta del Oviedo
- El drama de dos jóvenes emprendedores asturianos: denuncian que Carreteras les prohíbe el acceso al negocio que compraron, abierto en 1977