Nuevas quejas y lamentos: el Principado no convence (un año más) con sus criterios para regular la pesca del salmón en Asturias
Las sociedades de pescadores dudan de los criterios y apuntan al cormorán como uno de los culpables del declive de la especie en los ríos asturianos

Pescadores al salmón, en el río Narcea, la temporada pasada. / Mario Canteli
No se prevé tranquilo el próximo Consejo de Pesca del Principado, el próximo lunes 20 de octubre, para tratar la propuesta de la Consejería de Medio Rural para regular la temporada de pesca fluvial de 2026. En lo referente al salmón, como es habitual, hay gran discrepancia entre las sociedades de pescadores, entre ellas mismas y con la administración. Y es que la tendencia a la baja de las capturas en los últimos años –en la última campaña fueron 130 salmones, hace 10 años superaron con creces el millar– ha obligado a aplicar una normativa cada vez más restrictiva que no contenta a nadie.
Hay quejas por las limitaciones y, por lo contrario, por no adoptar medidas más drásticas que eviten la pesca con muerte; y también por no aplicar otros métodos que contribuyan a preservar la especie más allá de cargar toda la responsabilidad en el pescador.
Para la próxima temporada, que se iniciará con muerte y sin muerte el mismo día, el 25 de abril, más tarde que otros años para facilitar la entrada de peces –que cada vez regresan más tarde a los ríos desde el mar–, se reducen cupos por ríos. En total serán 120 los que se puedan pescar (la última campaña fueron 620). Un pescador solo podrá llevarse a casa uno –hasta ahora han sido dos– y el resto que podrá pescar serán sin muerte, es decir, con vuelta al agua.
"No es sorpresa que la normativa sea más restrictiva, porque es evidente que algo hay que hacer. Pero sí sorprenden ciertas medidas", señala Enrique Berrocal, presidente de la asociación "Las Mestas del Narcea", que agrupa a cerca de 900 aficionados. "Nuestra idea es pedir en el Consejo de Pesca una explicación de los criterios que se han utilizado para fijar los cupos, porque hay cosas que no tienen sentido", apunta. El Narcea tiene fijado un máximo de 60 salmones. "El año pasado se pescaron 100. En el Esva, que no hubo, les dejan 5. No es proporcional el número. Así en el resto de ríos", lamenta Berrocal.

EL PRESIDENTE DE LAS MESTAS DEL NARCEA, ENRIQUE BERROCAL, MIDE EL NIVEL DE AGUA DE LA BALSA DE LA ESTACIÓN DE ALEVINAJE DE QUINTANA (PRAVIA). / SARA ARIAS
Zonas libres
En "Las Mestas" entienden que se tomen medidas para conservar la especie. "Cuantos menos se maten, mejor. Pero la forma para hacerlo no tiene sentido. Se quitan zonas libres para evitar la presión en el Narcea a partir del 1 de junio. Así lo único que logras es trasladar esa presión a otros ríos. Creemos que los criterios tienen que aplicarse para permitir a los aficionados ejercer la pesca en igualdad de condiciones", insiste Berrocal, quien también pide medidas en otro sentido, no solo sobre la pesca. "Esperamos que este año haya un plan para controlar a los cormoranes. Una forma de que haya salmones es que las crías puedan llegar al mar y ahora están acosadas por las aves depredadoras. Quiero pensar que este año se actuará sobre el cormorán. Es la única forma que un tiempo haya resultados de mejoría de la especie", insiste.
Limpieza
Pepe Vallejo, presidente del club "La Socala", de Valdés, no ha tenido tiempo a estudiar el borrador del Principado. Recuerdan que han pedido más atención y cuidados para el río Esva. "Está en abandono total porque no hay limpieza prácticamente", dice. Piden limpiar y acondicionar el cauce, con actuaciones concretas como la retirada de árboles caídos o la limpieza del escombro del azud de Casiellas, zona que quieren transformar en coto tradicional de pesca de salmón. También quieren un exhaustivo control de aves y mustélidos como el cormorán o la nutria, así como prohibir la pesca con embarcaciones en la zona de la desembocadura del Esva.

Pepe Vallejo, en Luarca. / Ana M. Serrano
Ven bien que se abra más tarde la temporada, pero también que se cierre más tarde. Y rechazan que las grandes vedas sean la solución: "El gran problema de los salmones está en el mar, es un problema general, en todo el mundo".

Román Herrero. / DEMELSA ALVAREZ
En la otra punta se sitúa Román Herrero, presidente de la asociación de pescadores "Fuentes del Narcea", convencido de que "no se puede matar ni un salmón". Por esto mismo, pese a rebajar cupos de capturas, la norma prevista "se carga" la especie y es un "brindis al sol porque se reduce lo que no se tiene" Y añade: "Se pone al Esva un cupo anual de 5 salmones que es lo que dio en total en los últimos cinco años. Al Narcea le ponen 60, pero es que no los hay". Herrero defiende que el salmón es "un símbolo" de Asturias. "Vendemos que somos un paraíso natural, que tenemos el salmón que junto al oso y el urogallo son los símbolos de nuestros ecosistemas, pero por el salmón no se hace nada".
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