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Pocos ganaderos, pero muy convencidos en la Feria de Mulas: "Estos eventos no se pueden perder, deberían ser patrimonio"

La cita ganadera de Salas, con menos afluencia que otros años, reunió en torno a medio centenar de reses de vacuno y caballar

Salas

El salense Fernando Díaz, de la Ganadería Díaz y Alba, madrugó este sábado y mucho para no perderse la Feria de Mulas, una cita ganadera ancestral en el concejo de Salas. Hubo menos afluencia que otros años, si bien este profesional del pueblo de La Peña sostiene la importancia de apostar por estos encuentros: "No se pueden perder, deberían ser patrimonio. Ya no es necesario venir para comprar o vender ganado, pero sí conveniente, porque hablas con la gente y te das a conocer. A casa no viene nadie si no te conoce".

Fernando Díaz acudió con la familia al completo y, como antaño, con una abundante comida para degustar a media mañana. "Esto es pura pasión, te tiene que gustar. Mi mujer y yo nos levantamos a las tres de la mañana para poder dejarlo todo listo y venir", explica dando cuenta del esfuerzo que supone para los profesionales. Por eso, cree que se debería incentivar de algún modo su presencia en este tipo de encuentros. "A las ferias cuesta venir y por eso cada vez se anima menos gente", relata Díaz que junto a su mujer, Andrea Méndez, regenta en el pueblo de La Peña una explotación de más de doscientas cabezas de ganado. Tienen alrededor de treinta caballos de la raza Bretón y, este sábado trasladaron a Salas cuatro potras y un caballo.

"Hay que colaborar"

Junto a Fernando Díaz está Armando Martínez Riesgo, de Brañaseca (Cudillero) y amigo de la infancia. Se conocieron de niños y entre ganado. Él también lo tiene claro: "Hay que venir y colaborar con las ferias de año. Antes estas ferias eran el motor de la venta de animales, ahora como ya no hace falta traerlo para vender... pero vienes, hablas con la gente...". Los dos son firmes convencidos de la utilidad de estos encuentros que, como el de mulas, cuentan con una historia ancestral. Aunque actualmente sin presencia de mulas, el Ayuntamiento se esfuerza por mantener la tradición. "Está flojo de ganado, pero queremos mantener y mejorar el evento", señaló el alcalde, Sergio Hidalgo.

Bernardo Castañedo, de la villa de Salas, también acudió a la feria con una de sus yeguas. "Este año estuvo un poco más floja, pero hubo ventas. A las ferias cerca de casa hay que ir porque son una oportunidad de vender animales y, además, es una tradición que hay que conservar", relata este joven que tiene ganado por afición.

A su lado está David Castro, de Priero, que acudió junto a su hija María. Regentan una ganadería de vacuno y tienen caballos como complemento. "Hay que venir a las ferias para colaborar con el Ayuntamiento y para que no se pierdan las costumbres. Al final, siempre se vende algo", señala.

La feria, celebrada en el recinto ferial de las Naves de la Recta, tuvo una animada participación de público durante toda la mañana.

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