Comenzar una dieta por nuestra cuenta y riesgo puede llegar a ser muy perjudicial para la salud si no contamos con el correcto asesoramiento de un profesional.

Existen varios aspectos que no debemos perder de vista a la hora de iniciar un proceso de adelgazamiento. Posibles patologías previas o toma de medicación, entre otros factores, deben tenerse en cuenta antes de iniciar una dieta, ya que algunas pueden estar contraindicadas y ser la causa desencadenante de un paciente.

El papel del dietista- nutricionista es clave a la hora de perder peso de forma progresiva, equilibrada y sin poner en riesgo nuestra salud, pues es el profesional con los conocimientos necesarios para prestar apoyo psicológico, solucionar posibles dudas y afianzar el compromiso que adquiere el paciente con su médico especialista. Una buena alimentación repercutirá positivamente en nuestro estado de salud.

Entre otros, podemos destacar varios aspectos para acudir a un profesional cualificado:

1. El dietista-nutricionista trabajará con cada persona de manera personal e individualizada. Lo más positivo para nuestra salud sería olvidar las "dietas milagro" y los regímenes que circulan por internet. Un buen dietista- nutricionista realizará un estudio previo y valorará las características físicas y las condiciones de cada persona y, de ese modo, tendrá la posibilidad de trabajar con el paciente con unos objetivos realistas. En la consulta se realiza una medición de la composición corporal del paciente: masa muscular, masa grasa y agua. No sólo se tendrá en cuenta el índice de masa corporal (IMC), sino la constitución real de cada persona, tomando parámetros fundamentales como la edad, el sexo y la actividad física.

2. Toda decisión tendrá una razón: un especialista no se limitará a dar a su paciente una hoja con el menú que debe tomar a diario. Explicará el porqué de cada plato y la persona sabrá por qué debe comer cada cosa y en qué momento del día, así como los beneficios que le reportará seguir las indicaciones del profesional. El dietista- nutricionista enseñará a utilizar los alimentos según la temporada y sus propiedades.

3. Será una dieta sostenible en el tiempo. Cuando una persona decide ponerse en manos de un dietista- nutricionista, lo hace con intención de buscar un cambio en la alimentación y que los buenos hábitos adquiridos con su ayuda se prolonguen lo máximo posible. La educación nutricional es el principal objetivo del dietista- nutricionista. Igualmente, hay que tener especial cuidado con las llamadas "dietas milagro" y los productos de adelgazamiento, así como con las informaciones poco o nada fiables que proliferan en la red. Una "dieta milagro" puede hacer perder peso, pero no es viable más allá de unos días pues con ellas sólo se consigue perder líquido.

Hay un factor que es importante no perder de vista: no todas las dietas valen para todos. De hecho, hay dietas poco adecuadas e incluso contraindicadas para ciertas personas que tengan problemas médicos (diabetes, patologías tiroideas, problemas renales, etcétera). La dieta también debe adaptarse al estilo de vida de cada paciente. Eso la hará llevadera y facilitará su cumplimiento. Un dietista- nutricionista profesional ayudará a cada persona con pautas para comer en el trabajo o asistir a comidas sociales o familiares.

4. La colaboración de un dietista- nutricionista también servirá de gran ayuda en el caso de que el paciente padezca alguna alergia alimentaria, una intolerancia o sea celiaco. Algo similar ocurre con aquellos que se decantan por un modelo concreto de alimentación como el veganismo o el vegetarianismo. El dietista-nutricionista será el encargado de elaborar un plan para que no se produzca un déficit de los nutrientes esenciales.

5. Un buen profesional no facilitará únicamente una dieta. No se trata de darle al paciente un régimen y decirle que lo siga hasta la siguiente cita. Los métodos de trabajo de los profesionales han ido cambiando con el tiempo. Entre otras cosas, el dietista-nutricionista recomendará recetas que pueden encajar en los planes de cada persona e informará sobre un amplio abanico de alimentos. De ese modo, facilitará al paciente la elección más acorde a sus gustos e incluso la información sobre algún alimento desconocido para él. Es importante ofrecer menús variados para que la dieta no sea monótona, así como nuevas técnicas culinarias para que la manera de preparar un plato sea apetecible y su presentación, jugando con el color, más atractiva. No contar con apoyo ni seguimiento puede hacer que el paciente obtenga resultados menos positivos de lo esperado e incluso puede llegar a provocar un efecto contrario.

6. Trabajar en colaboración con otros especialistas es fundamental para que los pacientes cuenten con un diagnóstico y un tratamiento más eficaz, en el que también colaboran otros profesionales, como psicólogos, fisioterapeutas, entrenadores personales o profesionales de la salud. Todo un trabajo en equipo con un objetivo común: mejorar nuestro estado general de salud y no únicamente nuestro aspecto físico.