La desnutrición es un problema sanitario "oculto", es decir parece no ser aparente por la calle, pero afecta a un porcentaje muy elevado de personas de edad avanzada y con enfermedades crónicas, llegando a alcanzar al 60% de las personas institucionalizadas en residencias. Al pensar en desnutrición la mayoría nos viene a la cabeza una persona de muy bajo peso, pero no siempre es así. Además de las personas con un índice de masa corporal (relación entre peso y talla al cuadrado) muy bajo, existen personas con un peso normal o incluso elevado que también están desnutridos. Son personas que han perdido peso de forma involuntaria (por ejemplo consecuencia de una enfermedad grave). Es decir, podemos encontrarnos con gente que a pesar de incluso ser obesos, están desnutridos. Y no solamente el peso o la pérdida de peso reciente, también podemos diagnosticar la desnutrición cuando tenemos una masa muscular muy deficiente, independientemente del peso. Existen diversas pruebas de imagen que nos pueden ayudar a cuantificar la masa muscular. Y hay determinados parámetros analíticos (como la albúmina, los linfocitos?) que también están alterados en las personas desnutridas.

En personas ancianas la desnutrición constituye un problema importante. Está demostrado que los que están desnutridos tienen más problemas de salud, ingresan con más frecuencia y además son ingresos más largos y con más complicaciones. Además la pérdida de masa muscular hace que se reduzca la capacidad para caminar, ir a la compra, cocinar, levantarse sin ayuda? es decir pierden funcionalidad e independencia. Por otra parte, cada vez más ancianos viven solos porque las estructuras de apoyo familiar han ido cambiando, y es en este grupo de gente donde detectamos más problemas, en los hombres sobre todo, quizá porque culturalmente no se han familiarizado tanto con la cocina. La crisis económica y las bajas pensiones también hacen que no se compren los productos más adecuados, porque desgraciadamente los alimentos ultraprocesados son muy baratos pero nada nutritivos.

Para evitar la desnutrición y mejorar la masa muscular y por ende aumentar la independencia y el bienestar hay que incidir en dos cosas: aumentar el consumo de proteína (únicamente restringimos proteína a personas que tengan insuficiencia renal muy grave) y realizar ejercicio físico de fuerza (adaptado lógicamente a cada persona, pero sirve de ejemplo levantarse de una silla sin apoyar las manos, o ejercicios de brazos con un par de botellas de agua)

Los alimentos más ricos en proteínas son los de origen animal como todo tipo de carnes, pescado, huevos, leche y queso, aunque también encontramos proteínas en los vegetales, como en las legumbres, la quinoa o los guisantes por ejemplo. Los frutos secos como las nueces o las almendras también tienen además de proteínas, grasas muy saludables, como el omega 3. Desgraciadamente. es frecuente que las personas mayores consuman con mucha frecuencia alimentos procesados y bollería (galletas, magdalenas?) que tienen muy poco valor nutricional y que además contienen azúcares simples y grasas poco saludables. En la consulta nos encontramos muchas veces pacientes de edad avanzada que tanto al desayuno como a la cena toman leche con galletas u otra bollería. Es decir, proteína escasísima, calorías poco saludables y una alimentación que les va a perjudicar en todos los sentidos (al final somos lo que comemos?).