"Nos daba un poco de yuyu que nos hicieran el trasplante el día de Difuntos", coinciden la donante y la receptora, ambas gijonesas. Ana Belén Gallego de la Iglesia, de 48 años, recibió el 2 de noviembre de 2016 un riñón de Ana Isabel Lorenzo Benavente, de 52, amiga suya, pero aún más amiga de su hermana. "La familia y los amigos me felicitaron mucho, pero no entiendo por qué, no le veo el mérito, me parece una cosa normal", señala la donante.

A finales de 2014 o principios de 2015, Ana Belén comenzó a sentirse cansada, a sufrir unos dolores de pies y de rodillas que casi le impedían caminar. Inicialmente, lo atribuyó al agotamiento que le producía su trabajo, que ha transcurrido por diversos sectores: limpiadora, camarera de pisos, cuidadora de niños... Finalmente, una analítica desveló que su nivel de creatinina era muy elevado, y que sus riñones eran muy pequeños.

"Me hicieron más pruebas en el Hospital de Cabueñes, y terminaron pasándome al HUCA. Iban a ponerme en lista de espera, mi hermana no era compatible, y apareció Ana Isabel, que a mí no me lo dijo directamente, sino a mi hermana", relata Ana Belén. "No llegué a entrar en diálisis; sólo me pusieron algo de diálisis justo antes de la operación", agrega.

Mientras tanto, Ana Isabel decidió no contar nada a su familia "para no preocuparlos". Sólo a última hora les confesó que donaría un riñón a Ana Belén. "Su hermana me iba informando. Yo dije que no tenía ningún problema. Estuvimos casi un año haciendo pruebas. Fuimos al juez a firmar el consentimiento", afirma esta antigua trabajadora de una imprenta, ahora en el paro. ¿Cómo fue la donación? "Sentí alguna molestia, pero pensé que iba a ser más", expone Ana Isabel Lorenzo. Dado que vive sola, cuando recibió el alta fue acogida durante unos días por la hermana de Ana Belén.

Para la receptora del riñón, la operación en el Hospital Universitario Central de Asturias también se desarrolló sin incidentes. "No tuve dolores ni nada. Estuve hospitalizada nueve días. Me sorprendió que todo fuera tan rápido y tan bien", testimonia Ana Belén Gallego, quien actualmente procura seguir el consejo médico de hacer ejercicio físico moderado. Toma seis pastillas por la mañana y una al mediodía. "Todos me dicen que vaya amiga que tengo. Ahora, Ana Isabel es una más de la familia", celebra.