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La información rigurosa de los medios de comunicación "tradicionales", clave en la lucha frente a la pandemia

La diferencia entre implicarse para transmitir aspectos esenciales de la crisis del covid-19 o contribuir al caos

Asistentes a la 17.ª edición del Foro de Ética y Envejecimiento, en Oviedo. | LNE

El 31 de diciembre de 2019, la Comisión de Salud y Sanidad de la provincia China de Wuhan informó sobre un agrupamiento de casos de neumonía de etiología desconocida. El 7 de enero de 2020, se identificó el agente causal: un nuevo coronavirus denominado “SARS-CoV-2”. El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una “emergencia de salud pública de importancia internacional”.

Desde ese momento, nuestra sociedad ha sido sometida a situaciones de extrema gravedad que ha podido superar gracias a la cohesión social. En concreto, en Asturias hemos sido testigos de cómo la interrelación y el compromiso de los diferentes agentes sociales han contribuido a reducir las tasas de contagio y a incrementar las tasas de vacunación, con respecto a otras zonas de la Unión Europea.

En relación con estos aspectos, el comité organizador del Foro de Ética y Envejecimiento consideró oportuno incluir en el programa de su decimoséptima edición, celebrada en Oviedo, una mesa sobre la importancia de los medios de comunicación, titulada “Influencia de los medios de comunicación y las redes sociales en la salud de la población: de la información a la manipulación”.

Los medios de comunicación –prensa, radio y televisión– de nuestra comunidad autónoma han sido una de las piedras angulares sobre las que ha pivotado el éxito en el control de la pandemia. No hay duda del beneficio de su implicación en informar y formar de manera adecuada y coherente a la sociedad sobre aspectos relacionados con el virus, su propagación y, sobre todo, de las bondades y beneficios de las medidas de higiene y prevención.

Asimismo, la información que han ido aportando sobre eficacia y seguridad de las vacunas, siendo rigurosa y basada en referencias científicas, ha podido contribuir a incrementar las tasas de vacunación de la población asturiana.

Por otro lado, en el foro también se habló sobre el peligro que pueden representar otro tipo de medios que están aflorando en los últimos tiempos, especialmente vinculados a las redes sociales, que pueden lanzar mensajes sobre temas de salud incorrectos y no basados en evidencia científica. Estos medios y sus mensajes pueden llegar a desinformar a la sociedad, condicionando situaciones no deseables y peligrosas para la salud individual y poblacional.

Para poder evitar estas situaciones, se planteó la importancia del periodismo especializado en salud y de la posibilidad de someter a esos medios al mismo control de calidad al que se somete a los medios tradicionales de prensa, radio y televisión.

En definitiva, en esta reciente edición del Foro de Ética y Envejecimiento, organizado por el área de gestión clímica (AGC) de Geriatría del Hospital Monte Naranco y la Sociedad de Geriatría del Principado de Asturias, se puso en valor el papel de los medios de comunicación “tradicionales” en la lucha contra la pandemia y se alertó del peligro de los nuevos medios que nacen sin control en las redes sociales.

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