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El 20 de junio, el "día más feliz del año": "Ni tan feliz ni fan amarillo"

Los psicólogos se muestran escépticos ante la idea de que haya una época del año que provoque una mayor felicidad que otra: el sol aumenta la serotonina y retrae a los pacientes en sus consultas, pero también incrementa la impulsividad y los conflictos de pareja

Ilustración Pablo García

El próximo lunes día 20 –sí, lunes– está considerado como el día más feliz del año. Varios factores han llevado a esta conclusión. Es víspera del solsticio de verano. Las temperaturas aún no aprietan demasiado –pese a alguna que otra ola de calor–; las vacaciones están a la vuelta de la esquina y, para muchos asalariados, también la extra veraniega. Es lo que se conoce como el “yellow day”, el día que se irradia felicidad, y que se opone al “blue day” (el, supuestamente, más triste del año) de mediados de enero. Pero, no hay consenso entre los psicólogos asturianos. La felicidad es más una cuestión muy personal. Es más, no hay un día más feliz que otro.

En las siguientes líneas, siete psicólogos reflexionan sobre si existe una época del año más feliz que otra. Spoiler: esto es Asturias y la lluvia suele tapar el sol.

“Hemos normalizado los días especiales”.

Elena Arnaiz, psicóloga asturiana especializada en desarrollo profesional, asegura que “más luz, más horas de sol y temperatura más agradable invitan, al menos, a dos aspectos fundamentales para el bienestar psicológico: incrementar la interacción social y pasar más tiempo en contacto directo con la naturaleza. Sin contar el efecto relajante y energético que la luz hace en nuestros neurotransmisores”. Aunque agrega que “hemos normalizado que haya días especiales para que casi todo, ¿qué mejor que un día que nos recuerde la importancia de buscar acciones que nos lleven a estados de bienestar?”.

“No hay consenso en que el verano sea la época más feliz”.

La psicóloga sanitaria Isabel Cano destaca que “la luz tiene una función poderosa en nuestras emociones, sentimientos y pensamientos. Se ha comprobado que, por lo general, los días de sol tendemos a estar más alegres y los días grises con mayores sentimientos de tristeza. Es cierto que, en verano, la mayor duración de los días junto con el tiempo soleado, hace que los rayos solares fomenten la liberación de un neurotransmisor que está repartido por diferentes zonas de nuestro cerebro, la serotonina, que está relacionada con mayores sensaciones de felicidad, bienestar y calma”. Hasta ahí lo positivo, pero el día más feliz tiene una cara oculta: “Es cierto también que hay estudios que demuestran que son las altas temperaturas las que nos producen un bajón de ánimo. No pareciera que hubiese un consenso general sobre si el verano es la época más feliz del año. Más bien sabemos que la felicidad depende de muchos otros factores tremendamente importantes. Por tanto, hay factores claves que influyen poderosamente en nuestra felicidad distintos a la época del año en la que estemos”.

“En verano baja la asistencia psicológica”.

La psicóloga llanisca Laura Buj recuerda que “somos animales, racionales, eso sí, pero animales, y por ello también estamos afectados por nuestro entorno, al igual que cualquier otro ser vivo. Hay ciertos procesos por los que todos pasamos más o menos al mismo tiempo. Muchos de ellos, además, están reforzados por el propio sistema social que hemos ido creando a nuestro alrededor. Por ejemplo, las fiestas patronales se acumulan en verano, las pagas extras están establecidas en los mismos meses del año o hay colegio durante la temporada invernal”. A su entender, “compartimos ya no solo una misma condición ambiental natural, sino también una misma condición cultural. La temporada de verano se caracteriza por un sentimiento generalizado de mayor felicidad; sin ir más lejos, cuando revisamos las estadísticas de asistencia psicológica, bajan considerablemente en la temporada estival respecto a la invernal”.

“La luz solar provoca más impulsividad”.

Esther Blanco, psicóloga en Oviedo, asegura que “parece que hay un cálculo metafórico con las horas de luz, las relaciones sociales... pero cuando nos vamos a bases de datos vemos que esto no es así”. Por ejemplo, en España no parece que el clima sea una variable importante para determinar la felicidad: “Lejos de lo que parece, la luz del sol puede provocar una mayor impulsividad”, asegura. “Lo que puede provocar un aumento de los suicidios. De hecho, varios estudios apuntan a que los lunes son los días de la semana en los que más frecuencia de suicidios hay”, asevera la especialista ovetense.

“Hay días grises en cualquier mes”.

El ovetense Raúl Casasola es de la opinión de que este tipo de días –alegres o tristes– carecen de rigor. Y más en el Principado. “En Asturias, tenemos un clima tan peculiar que hace echar por tierra cualquier intento de establecer épocas especialmente tristes o alegres. Podemos tener un día gris con 16 grados en cualquier mes del año”, señala. Y añade: “Indudablemente, la falta de luz y el clima hacen que aumente la sensación de tristeza y el ser humano es sensible a ese factor del clima. A los asturianos no nos queda otra que acostumbrarnos, y acaba ocurriendo que hay personas que son más permeables a esta cuestión y otras menos. Incluso existen estudios que correlacionan la falta de luz con el número de suicidios en condiciones normales (no postpandemias)”.

“No hay evidencia de que haya una época más feliz”.

La psicóloga avilesina Marisol Delgado asegura que “no hay ninguna evidencia científica de que haya una época del año, y mucho menos un día concreto, en el que seamos más felices”. Y añade: “Lo cierto es que hay estudios contradictorios, unos afirman que en el verano las personas se sienten más enérgicas, motivadas y positivas, mientras que otros muestran que las altas temperaturas aumentan la irritabilidad, la angustia y el malestar de muchas personas”. Delgado tira de estudios para apoyar sus afirmaciones: “La psicóloga Sonja Lyubomirsky ha demostrado con sus investigaciones que las personas que no se comparan, que se relacionan más, que viven más el momento presente y que ayudan a otras personas se sienten con niveles más elevados de bienestar”. Y agrega: “Otras variables que en múltiples análisis se han demostrado asimismo influyentes tienen que ver con tener una buena autoestima, una elevada motivación, capacidad de manejo emocional y adecuadas estrategias de afrontamiento ante los problemas de la vida. Y estas variables no dependen, en absoluto, de la época del año”.

“Los pacientes mejoran en verano”.

La psicóloga gijonesa Isabel Menéndez Benavente asegura que “las personas con trastornos estacionales suelen mejorar en verano porque muchos de los trastornos afectivos estacionales mejoran con la luz solar por la serotonina”. Y agrega que a esto se une que esta es una época en la “se disfruta de un mayor tiempo al aire libre, de las actividades de ocio, de estar más tiempo con la familia”. Lo que, por otra parte, “puede tener sus desventajas, porque es cierto que los estudios indican que en esta época hay más divorcios”.

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