Ya sea por comodidad o por gusto, nos hemos acostumbrado a comer muchos embutidos durante la semana. Para un almuerzo rápido, parecen adecuados para hacer un sándwich, una piadina o simplemente para acompañarlos con un trozo de queso y un poco de lechuga. En realidad, hay que limitar el consumo de embutidos o, en todo caso, no hay que comerlos todos los días de la semana. Cuando hablamos de embutidos, nos referimos a una serie de alimentos encerrados en el intestino del animal, que puede ser de pollo o de cerdo.

Hay que señalar que no todos los embutidos se clasifican como salchichas. Por ejemplo, el jamón no lo es, pero las salchichas, el salami, la mortadela, la coppa y el cotechino se definen como embutidos. Dado que su uso está muy extendido, especialmente entre los niños, es bueno saber que hay que consumirlos con cuidado, veamos por qué.

Una de las primeras hipótesis es que el consumo desenfrenado de embutidos puede aumentar el riesgo de cáncer. En concreto, se realizó un estudio de investigación en el que se demostró que el consumo de 50 g al día de embutidos podría aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en un 18% (aquí puedes ver las claves del estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud). Básicamente, los argumentos se basan en que los embutidos, al ser una carne procesada, contienen grandes cantidades de nitratos y nitritos. Para otros, el pigmento de la hemoglobina podría destruir las células.

Los embutidos no procesados, en cambio, se producen a partir de cortes individuales de carne, por lo que no se someten al proceso de mezcla. Los cortes de carne más comunes son la paleta y el muslo. Además del jamón, mencionado anteriormente, otros embutidos no envasados son:

  • bresaola;
  • mancha;
  • Tocino;
  • guanciale;
  • culatello.

¿Cuántas salchichas hay que comer?

Es mejor no excederse, ya que también son muy salados. En realidad, también tienen beneficios, ya que son ricos en vitaminas B y minerales. En cualquier caso, el consejo es no comerlos más de una vez a la semana y preferir los que tienen menos grasa. A la hora de comerlas, es preferible no superar los 100 g y acompañarlas con un poco de pan normal o integral y verduras. Los embutidos bajos en grasa pueden ser: el jamón crudo, es ligero pero salado; el jamón cocido es ligero y digerible; el bresaola sería preferible por ser más bajo en calorías. Por eso no debemos consumir embutidos con demasiada frecuencia, sino con moderación y sin exagerar.