La temporada de verano trae a nuestra mesa más y más jugosas frutas de temporada. Que podíamos disfrutar después de las comidas o para los tentempiés de media mañana y media tarde. Podemos comerlas enteras, con o sin la piel, o en trozos, en una deliciosa macedonia. Sin embargo, no todo el mundo sabe que la fruta de verano, además de ser sabrosa, puede tener algunas propiedades especialmente interesantes. Por ejemplo, podríamos incluir esta fruta en nuestra dieta, lo que podría aportarnos algunos beneficios realmente interesantes. Y especialmente en lo que respecta a la circulación sanguínea y a los miembros inferiores.

El Melón

El melón podría ser una fruta de verano con interesantes propiedades, además de ser muy sabrosa, dulce y de calmar la sed. Rico en agua, vitaminas A, B6, K, betacaroteno y potasio, el melón podría ser una buena fuente de antioxidantes. También puede tener propiedades antiinflamatorias y ayudar a reducir el riesgo de síndrome metabólico. Los fitonutrientes del melón podrían ayudar con la diabetes al mejorar el metabolismo de la insulina y reducir el estrés oxidativo. El melón también podría ser útil para mejorar la circulación sanguínea y las piernas. Averigüemos las posibles razones de esto.

La riqueza de un mineral como el potasio, presente en una fruta como el melón, podría ser beneficiosa para la circulación sanguínea. La presión arterial podría disminuir y el corazón podría estar mejor protegido contra los estados inflamatorios. Además, el melón podría ser beneficioso para un problema como la insuficiencia venosa. Eso provocaría el difícil retorno de la sangre a las piernas. Y provocaría dolor, hinchazón, picor y hormigueo en las extremidades. El contenido de betacaroteno del melón podría ayudar a combatir este problema.

Por lo tanto, se podría incluir la fruta en la dieta, alternándola con otros alimentos de temporada en las habituales 2 o 3 raciones de fruta al día. Lo que sería recomendable para una dieta saludable. No obstante, recuerde que los cambios en el menú habitual deben decidirse tras una consulta con un nutricionista. Y que, en el caso de los problemas de circulación y de las piernas, sería aconsejable pedir consejo a su médico sobre el tratamiento adecuado.