Un cuerpo sano es un buen requisito para que el cerebro funcione y, a menudo, para mantener un estado de ánimo alegre. A veces queremos alcanzar ciertos objetivos de forma específica. Así que buscamos ejercicios sencillos que se centren en determinadas zonas del cuerpo. Muchas personas, por ejemplo, quieren deshacerse de un detalle que les parece antiestético. Son los llamados brazos curvos. Básicamente, la piel de la parte superior del brazo se hunde y cae suavemente del brazo. Esto se debe claramente a la fuerza de la gravedad, pero también a la falta de firmeza o, en algunos casos, a un cambio brusco de peso. Así, el tejido adiposo se concentra, provocando un efecto que resulta desagradable para algunos.

Por supuesto, podemos anticiparnos a ello entrenando los músculos con determinados movimientos. Entre ellos se encuentra el deltoide anterior, pero también los músculos pectorales y el tríceps. Así que, para acabar con los músculos flácidos y los brazos caídos, debemos entrenarlos con dips. Son ejercicios que tonifican los tríceps y que adoptan varias expresiones posibles en función de su dificultad. Hoy vamos a echar un vistazo a uno de los más fáciles de hacer en casa, los saltos de banco.

Un método sencillo pero muy eficaz

Para realizar este ejercicio, basta con situarse frente a una silla o banco, con la espalda hacia él. Presta atención a la posición inicial. Debemos asegurarnos de que nuestras palmas se adhieren al borde. Colocamos los talones en el suelo y luego empezamos a extender gradualmente las piernas hacia delante. Doblamos los brazos mientras descendemos hasta que los codos formen un ángulo de 90º. La tensión muscular en las piernas es esencial en este ejercicio. Lo ideal es que las piernas queden paralelas al suelo, pero sin tocarlo.

Una vez alcanzada esta posición, intente mantenerla durante 2-3 segundos. A continuación, podemos levantarnos progresivamente utilizando los codos. En cierto modo, será como empujar hacia abajo la silla o el banco sobre el que estamos practicando para recuperar la posición de partida. Para un ejercicio de tonificación, prueba con sesiones de 10-15 repeticiones de movimientos. A continuación, nos tomamos un minuto entre cada sesión para recuperarnos.

Si nuestras articulaciones no están muy bien entrenadas, hay que evitar sobrecargar los hombros dejándolos demasiado caídos. Cualquier movimiento debe ser proporcional a nuestra condición muscular y en general a nuestra condición física. Para realizar el ejercicio es importante no arquear la espalda mientras descendemos hacia el suelo. Para ayudarnos a hacerlo, mantén el torso erguido, mirando al frente.