Si antes del verano hay quienes se esfuerzan por conseguir la forma perfecta y la famosa "prueba del traje de baño" y adoptan técnicas restrictivas para ponerse en forma, durante los días de verano es natural darse algunos placeres. Las vacaciones, las veladas con amigos, los aperitivos y el mar contribuyen a ello.
A muchas personas les resulta difícil mantener su plan de alimentación saludable durante el verano. Las barbacoas en el jardín, las vacaciones y los fines de semana en la casa de campo pueden convertirse fácilmente en algo más indulgente de lo esperado. Por eso, cuando se acaba la temporada de calor, se renuevan las ganas de ponerse en forma y volver a estar a gusto con el cuerpo. El momento adecuado para ir es septiembre.
La mejor manera de ponerse en forma a partir de septiembre es, sin duda, retomar los buenos hábitos alimentarios: beber mucha agua y preferir las verduras, hortalizas y frutas de temporada. En septiembre, en la frutería se pueden encontrar muchas delicias de temporada y fuera de temporada, como:
- calabazas
- zanahorias
- col
- cebollas
- cohete
- achicoria
- frijoles
- patatas
- calabacines
- ensalada
- pimientos
- berenjenas
- rábanos
- nabos.
La fruta, por su parte, incluye:
- ciruelas pasas
- manzanas
- granadas
- uvas
- moras
- arándanos
- frambuesas
- peras
- nueces
- avellanas
- ciruelas
- kiwi
- pescado
- nueces
- higos.
Una dieta equilibrada significa ingerir los nutrientes que el cuerpo necesita y equilibrar los tres macronutrientes: hidratos de carbono, proteínas y grasas. Una dieta saludable empieza por la fruta y la verdura en particular, que te dan la energía suficiente y la carga adecuada para afrontar la recuperación. Cada fruta tiene también su propia particularidad, por ejemplo las uvas son ricas en vitaminas pero también tienen un efecto relajante y se recomiendan para mantener los vasos sanguíneos en buen estado. Las peras y los higos, por el contrario, contienen pocas calorías y son ideales como merienda a media mañana o por la tarde.
