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La Atención Temprana necesita más atención: una necesidad infantil que urge en Asturias

El aumento de embarazos tardíos o prematuros ha disparado la tasa de niños con necesidades para completar su desarrollo

Los centros especializados en intervenir en los primeros años de vida, tanto públicos como privados, están saturados

La Universidad de Oviedo ofrece un máster específico para formar en unas competencias cada día más demandadas

El testimonio de una madre: "Gran parte de lo maravillosa que hoy es mi hija se lo debo a la Atención Temprana”

"Actualmente, los centros de Atención Temprana, sean públicos o privados, se encuentran saturados, ya con listas de espera, como si el desarrollo infantil pudiera esperar. Y esta saturación se debe principalmente a dos razones: el incremento de niños con necesidades infantiles tempranas entre los 0 y 6 años y la falta de profesionales especializados para trabajar en este campo de la atención temprana". Así de tajante se muestra, Jorge Arias, catedrático de Psicobiología y director del Máster en Atención Temprana de la Universidad de Oviedo, al hablar de un problema sanitario emergente: la necesidad de atención en un centro especializado de los niños menores de seis años, para "prevenir, atenuar y recuperar las distintas discapacidades que puedan producirse", añade.

Arias explica que la tasa de niños que nacen con necesidades para completar su desarrollo "ha aumentado en los últimos 15 años debido a causas muy diversas como la prematuridad o los embarazos tardíos". Esto ha generado centros "que deben tener profesionales de muy diversas especialidades, como psicólogos, fisioterapeutas, logopedas, psicomotricistas, estimuladores, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, maestros, enfermeros y, por supuesto, neonatólogos y pediatras". Profesionales que "tienen que estar coordinados, saber trabajar en equipo, intercambiar constantemente información entre ellos, para ir solventando los problemas que vayan surgiendo a lo largo de la intervención".

Para atender esa demanda social emergente, la Universidad ofrece desde hace siete años el Máster en Atención Temprana que desarrolla la Universidad de Oviedo, "en el que participan los mejores profesionales de la región y en el que los alumnos hacen prácticas rotatorias por todos los centros de Asturias, desde las unidades de neonatología y atención temprana hasta fundaciones como Aspace, Vinjoy y escuelas infantiles", apunta Arias.

Uno de cada cinco niños presenta signos de alerta en el desarrollo del lenguaje

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Pese a que existe una oferta formativa específica, este catedrático de Psicobiología observa en el panorama dos obstáculos importantes para que todos los niños que lo precisen puedan acceder a este tipo de intervenciones. "A día de hoy, no todos los problemas de la atención temprana están resueltos a nivel político. Pese a que es una ayuda social directamente en conexión con la salud, no está incluida en la Consejería de Salud. Ha pasado a otros departamentos y continúa en ellos, lo que no facilita la coordinación de los profesionales, así como su desplazamiento a los centros hospitalarios, estimuladores o psicomotricistas que puedan realizar estancias cortas en una unidad hospitalaria de neonatología, entre otras disfunciones".

Segundo obstáculo: "En las oficinas de contratación pública no se tiene en cuenta a aquellos profesionales especializados en la atención temprana, algo que no ocurre con las unidades privadas de atención temprana. Esto es una reivindicación mantenida desde hace muchos años por todos los especialistas en estas actuaciones y que perjudica seriamente a los profesionales mejor preparados para trabajar en las unidades públicas".

Gonzalo Solís, neonatólogo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), se expresa en un sentido parecido sobre la necesidad de reforzar la atención en este campo: "Los cambios sociales acaecidos en los últimos 20 o 30 años hacen que el cuidado de nuestros pequeños deba ser tomado como una prioridad sociosanitaria básica. La situación actual hace que la sociedad deba volcarse en todos sus hijos, buscando su óptimo desarrollo personal y cuidando con sumo mimo a aquellos que necesiten ayuda para conseguirlo. Por este motivo, como pediatra y neonatólogo, considero que la atención temprana de los recién nacidos y lactantes en riesgo neurológico –sea motor, cognitivo y/o neurosensorial– es una obligación indiscutible de todos los estamentos competentes".

Solís considera clave una formación especializada en aquellos profesionales –desde personal de enfermería a logopedas, pediatras o monitores de terapia ocupacional– que trabajen en el ámbito de la atención temprana. "Los profesionales que trabajamos con estos niños, como en mi caso con los grandes prematuros y otros recién nacidos enfermos, sabemos la gran importancia que tiene una atención temprana y de calidad en su neurodesarrollo", subraya. Y en este sentido incide en que el Máster de Atención Temprana que ofrece la Universidad de Oviedo es la vía óptima para formarse en este tipo de cuidados e intervenciones. "Muchos de los profesionales implicados en este título propio de nuestra universidad son profesionales asistenciales que diariamente trabajan con pequeños que precisan estimulación precoz, logopedia, fisioterapia o un apoyo psicológico para hacer que su neurodesarrollo sea el mejor posible", apunta.

Problemas del lenguaje

El logopeda Luis Castejón, de la Universidad de Oviedo, explica cuál el papel que especialistas como él tienen en este ámbito sanitario que cada día tiene más demanda: "En torno a un 20 por ciento de los niños y niñas a los 24 meses no llegan a producir 50 palabras y no las combinan. Estamos ante un signo de alerta de un posible patrón alterado del desarrollo del lenguaje con importantes consecuencias en el desarrollo y los aprendizajes escolares, que en muchos casos es simplemente un retraso sin consecuencias. El logopeda sabrá en estos casos diferenciar un inicio tardío del lenguaje de un trastorno del desarrollo del lenguaje. Y sabrá activar en el contexto familiar una intervención basada, por ejemplo, en la estimulación focalizada, que permitirá enriquecer el lenguaje del niño en poco tiempo".

Castejón añade que "la logopedia es eficaz en la atención temprana en estos y otros casos. Obtiene buenos resultados cuando se ocupa de detectar y actuar en los primeros años, apoyando el desarrollo de una manera precisa y resolutiva". Y apunta que "no solo el autismo o el trastorno del desarrollo del lenguaje, también otras alteraciones, como la tartamudez, la disglosia (fisura palatina), la discapacidad auditiva o la parálisis cerebral infantil, van a encontrar en la aportación del logopeda un apoyo clave".

Y al respecto hace un apunte interesante: "Con frecuencia se ha propuesto no intervenir y solo esperar y mirar (‘wait and see’), con la esperanza de que el niño ya hablará, o de que la tartamudez ya se le pasará. Indudablemente, hoy sabemos que no es la mejor opción porque es cierto que el desarrollo es una fuerza natural y la plasticidad cerebral una gran posibilidad, pero es más cierto aún que, especialmente en los primeros años de vida, la comunicación puede ser enriquecida con la intervención logopédica temprana".

Por todo eso, hace una recomendación clara a los padres: "No espere. No se preocupe, atienda a su preocupación y ocúpese de acudir a un equipo de profesionales. Tal vez su hijo con uno, dos o tres años le preocupe porque no produce 50 palabras, o no responde a su nombre, o no le mira, o no le imita en el juego con objetos, o no juega con otros niños, o repite sílabas cuando quiere decir algo, o se bloquea... En todos estos casos podrá beneficiarse de un equipo de atención temprana en el que participe un logopeda. Los procedimientos logopédicos se basan en la evidencia que proporciona la investigación y están contrastados por la práctica clínica".

Y para los jóvenes que quieran internarse en este campo sociosanitario, Castejón también tiene una recomendación: "Dado el carácter generalista que ofrece el grado en Logopedia, el profesional requiere una especialización de postgrado en atención temprana para adquirir una sólida formación sobre el desarrollo y las alteraciones logopédicas características de los primeros años de vida".

El testimonio de una madre: "Gran parte de lo maravillosa que hoy es mi hija se lo debo a la Atención Temprana"

Este es el testimonio de una madre que acude diariamente con su hija a tratamientos de Atención Temprana y que, a petición de LA NUEVA ESPAÑA, accedió a contar su experiencia a condición de no desvelar su identidad:

"Si tuviera que describir con una palabra lo que siento cuando me nombran ‘atención temprana’, diría que la que más lo refleja es gracias. Cuando te dicen que tu hija tiene una dificultad, un problema, cuando tú misma lo ves, el mundo se te viene encima. Las consultas, pruebas y los terribles ‘hay que esperar’ como respuesta a las dudas de lo que va a poder o no poder hacer, las dificultades que va a tener, el estar encima de lo que debería ser y no es, se hacen cuesta arriba. Sin embargo, cuando llegas a atención temprana, siempre con las mismas profesionales, que conocen a tu hija, que desde el primer día trabajan para sacar lo mejor de ella, que no te trasladan todo lo que no hace según su edad y que tú misma ves, sino que cada día te enseñan lo que sí puede hacer, lo que ha mejorado desde que se inició la intervención, lo que ahora logra y que ayer no te atrevías a pensar, que te enseñan cómo ayudarle a avanzar y te ayudan a sentirte orgullosa de cómo es, se abre otro mundo ante ti".

"Es fantástico ver como las psicólogas, logopedas, fisioterapeutas, etcétera, trabajan con los niños desde la amabilidad, la sonrisa, ¡el juego!, y cómo a tu hija no le cuesta entrar en la sala, todo lo contrario, ¡está deseando empezar! Yo no tengo claro cómo sería o estaría mi hija si no hubiera ido a atención temprana, pero tengo muy claro que gran parte de cómo es hoy, de lo maravillosa que es hoy, es gracias a ellas".

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