La "milla de la bata blanca" se hace mayor

El polo biosanitario impulsado hace justo un decenio en torno al nuevo HUCA congrega ya a 1.500 investigadores

Por la izquierda, Faustino Blanco; Iván Aitor Lucas; Francisco Pérez; Zoraida González; Henar Muñoz; el gerente del SESPA, Aquilino Alonso; la gerente del área sanitaria IV, Beatriz López Muñiz; Sonia Aladro; Guillermo Muñiz; Óscar Cosido; María Fernández, y la directora general de Planificación Sanitaria, Montserrat Bango, junto a los letreros de la FINBA y el ISPA en La Cadellada, delante del HUCA.

Por la izquierda, Faustino Blanco; Iván Aitor Lucas; Francisco Pérez; Zoraida González; Henar Muñoz; el gerente del SESPA, Aquilino Alonso; la gerente del área sanitaria IV, Beatriz López Muñiz; Sonia Aladro; Guillermo Muñiz; Óscar Cosido; María Fernández, y la directora general de Planificación Sanitaria, Montserrat Bango, junto a los letreros de la FINBA y el ISPA en La Cadellada, delante del HUCA. / ANALÍA PELLO

Oviedo

Sin hacer mucho ruido y con el afán de sumar cada vez más manos, comenzó justo hace diez años a formarse lo que hoy ya se conoce como la "milla de la bata blanca". El polo biosanitario de Oviedo nació a la vez que su cabecera, el HUCA, en 2014, con un edificio granate situado frente al bloque de hospitalización como sede de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria (FINBA). Esta entidad fue el embrión de un ecosistema del conocimiento que, aunque no está constituido como tal, suma ya 1.500 investigadores trabajando en diferentes proyectos impulsados por la propia FINBA a través del Instituto de Investigación Sanitaria (ISPA) –creado en 2016–, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad, así como por entidades privadas como las diferentes empresas instaladas en el Vivero de Ciencias de la Salud (Vivarium) creado por el Ayuntamiento en Prado de la Vega.

Con motivo de los diez primeros años de historia de la FINBA, LA NUEVA ESPAÑA, reunió en la sede de dicho organismo a representantes de los diferentes centros y equipos instalados a lo largo de la milla que conecta La Corredoria con La Cadellada y aspira a extenderse hacia La Vega con una bioincubadora y la Agencia Estatal de Salud Pública (AESP). "Han sido diez años de un proyecto surgido con mucha ilusión y saldó la deuda pendiente de Asturias de contar con una agenda de generación de investigación biomédica y sanitaria en la región", explica Faustino Blanco, director de la FINBA, quien considera que el polo en torno al HUCA es "una fiel expresión del conocimiento que hay en Asturias".

A día de hoy, la FINBA en total coordinación con el ISPA, cobija bajo su paraguas 64 proyectos integrados por 950 investigadores, unos 200 más que antes de la pandemia, orientados hacia ocho áreas del conocimiento: biotecnología y análisis biomédico; inmunobiología, microbiología e infección; cáncer; metabolismo; cardiología, respiratorio y renal; neurociencias y órganos de los sentidos; atención primaria; e investigación en cuidados.

"Este polo es una fiel expresión del conocimiento que hay en Asturias"

Faustino Blanco

— Director de la FINBA

"La vinculación al Hospital favorece la transmisión de conocimiento a la sociedad"

Guillermo Muñiz

— Director científico del ISPA

Todo ello impulsado por la acreditación que desde hace un lustro ostenta el ISPA como centro de excelencia reconocido por el Instituto de Salud Carlos III, una distinción con la que sólo cuentan 35 centros en todo el país. "Esto nos da una visión de presente y futuro, con mucho margen para seguir creciendo", sostiene Faustino Blanco, quien destaca igualmente el apoyo de patronos privados como Fundación Cajastur, Fundación Caja Rural de Asturias, Fundación EDP, Fundación del Transporte Sanitario, Instituto Fernández-Vega, TSK y Lacera.

Para el director científico del ISPA, Guillermo Muñiz, resulta importantísima la conexión y coordinación de estos investigadores con el centro sanitario de referencia en la región: "La vinculación al hospital favorece la transmisión de conocimiento a la sociedad". Los avances en la comprensión del envejecimiento de las células, una terapia con nanopartículas para tratar las lesiones renales o un tratamiento para los condrosarcomas son sólo algunos de los frutos más recientes de las investigaciones, a las que el ISPA aspira a sumar avances en materia de bioinformática. "El próximo desafío es la ciencia de datos, analizar datos es importantísimo porque el HUCA es una máquina de generarlos", adelanta Muñiz.

"Entre el 70% y el 80% de nuestras investigaciones son sobre salud y alimentación"

María Fernández

— Delegada regional del CSIC

En estos proyectos tiene mucho que decir el CSIC. El organismo estatal dedica parte de sus 150 investigadores ubicados en el Instituto del Carbono (Incar), con sede en La Corredoria, a trabajos biosanitarios. "Hemos hecho proyectos de crear prótesis reticulares y sensores de detección de ácido úrico, entre otros", explica la investigadora del Incar, Zoraida González.

A finales de este año está prevista la apertura de otro centro del CSIC a la zona. El Instituto de Lácteos (IPLA) llegará desde Villaviciosa a su reluciente nueva sede de La Corredoria con 86 investigadores y el encargo de aportar grandes avances en materia de nutrición y salud. "Entre el 70 y el 80 por ciento de nuestras investigaciones son sobre alimentación y salud", indica su responsable y delegada del CSIC en Asturias, María Fernández, la cual subraya la participación del centro estatal en muchas investigaciones coordinadas por el ISPA.

En la "milla de la bata blanca" también hay iniciativa privada: el ejemplo son las tres pequeñas empresas que desarrollan sus proyectos en el Vivarium municipal de Prado de la Vega. "Desarrollamos soluciones de inteligencia artificial de uso sanitario", explica Óscar Cosido, de la empresa UPIntelligence, cuyos cinco empleados trabajan en proyectos como un sistema de predicción de cuántos niños recibirá el área de Urgencias Pediátricas al día siguiente.

"Hemos trabajado en crear prótesis reticulares y detectores de ácido úrico"

Zoraida González

— Investigadora del Incar

"Desarrollamos soluciones de inteligencia artificial de uso sanitario"

Óscar Cosido

— Empresario del Vivarium

En el mismo centro municipal está instalada la empresa Bioquochem, con diez trabajadores volcados en crear sensores que midan varios parámetros sobre el estrés oxidativo. "Es un campo que despierta mucho interés", indica la cofundadora de la empresa, Henar Muñoz, a la que en breves acompañarán en el mismo recinto Francisco Pérez y Sonia Aladro con Loutkar Robotics, una pequeña empresa orientada al diseño de exoesqueletos para personas con problemas de movilidad.

Todos estos proyectos sitúan al complejo del HUCA como epicentro de un amplio ecosistema rodeado de cada vez más batas blancas, que aspira a seguir creciendo. "Aspiramos a captar talento incluso internacional", anuncia Faustino Blanco.

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